Joe Stevenson
Hacía calor cuando regresé de la
iglesia aquel domingo en una mañana del mes de agosto. El estruendo de una
tormenta de truenos y chispas eléctricas estaban sobre los veinticinco mil
acres del espacioso terreno virgen detrás de mi casa, que se encuentra a unos
doscientos metros de la carretera Mount Rose, cerca de Reno, Nevada.
Yo había tenido una rnañana ocupada.
Primero había ayudado a mi esposa Janice a cargar el auto para un viaje a Las
Vegas, donde ella planeaba visitar a su hermana por una semana y llevar a los
niños con ella. Esto significaba que rne quedaba solo
con nuestra perra B.J. y nuestros dos gatos. Me sentía triste de ver
a la familia despedirse, pero al mismo tiempo estaba deseoso de disrutar una
semana llena de paz y soltería. Cualquier esposo cornprendería rni sentir.
Después que se fueron, manejé el auto
hasta el carnino de tierra que llega hasta la carretera principal y hacia la
Iglesia Evangélica Libre deMount Rose donde yo enseñaba a un grupo. Recuerdo el
tema de esa mañana, era I Corintios.
También recuerdo la sensación de
satisfacción que tuve cuando regresé y vi nuestra casa en medio de un mar de
arbustos y árboles, haciendo una silueta contra el cielo azul de Nevada. Nos
había tomado diez años planearla y dos años construirla. Todos la amábamos. La
considerábamos la última casa en la cual viviríamos.
Esa tarde larde,alrededor de las 2:30, un rayo provocó un fuego en un matorral, a unos tres
kilómetros de nuestra casa. Yo
me preocupé _ cualquier fuego en agosto es en extremo peligroso porque la
vegetación está muy seca- pero el viento
estaba soplando del suroeste, cosa que significaba que el fuego se
estaría alejando de nosotros. . Mi vecino
Tony Brayton vino a observarlo conmigo. Ambos nos sentimos seguros de que se
apagaría antes de llegar a alcanzarnos.
Por, pura precaución, cargué
algunas pertenencias en el auto. Luego saque la manguera y comencé a mojar el techo y el piso nuevo de madera que había añadido atrás de la
casa. Otras personas en el área estaban vigilando el fuego también. Tres veces sonó el teléfono; eran personas llamando para decirme que estaban orando
para que el fuego no nos alcanzara. Había Consuelo y animo en esto.
Pero abruptamente, alrededor de las 4:45, el
viento dio un viraje de 180 grados. Eel viento del suroeste cambió súbitamente
hacía el noroeste. Las llamas
se dirigían súbitamente hacia nosotros.
Tony quien se había ido diez minutos antes, regresó corriendo. Nos quedamos
allí, medio paralizados con lo que
veíamos. Lo que había sido un pequeño fuego de matorrales, era ahora una
tormenta gigante de fuego rugiendo hacía nosotros, consumiendo todo a su paso
en una pared de fuego de quince a treinta pies de alto y de un kilómetro de
ancho.
Venía a una velocidad increíble, absorbiendo
el oxígeno del aire al nivel de la tierra frente a ella y creando tornados de
fuego que se lanzaban a cincuenta pies de altura hacía el cielo lleno de humo
negro. El
sonido del chisporroteo era aterrador. Era como si un demonio
gigante se dirigiera a destruirnos y se materializaba de la nada. Bramaba por
las colinas, brincando sobre el cañón, sesenta pies de profundidad y cien pies
de años como si el cañón no hubiera estado allí. Su
velocidad era impresionante. En segundos estaría sobre nosotros.
Abrí la puerta y llamé
a B.J., pero no había señales de ella y no había tiempo de buscarla. Tony y yo soltamos los caballos y corrimos
para salvar nuestras vidas. Mientras
corríamos, dije la oración más rápida que despierto y corriendo he dicho en los
cuarenta y dos años de mi vida. Dije : “Señor, pongo mi casa y todo lo que hay en ella en
tus manos”. Y luego recordando lo que San Pablo dijo sobre la
importancia de dar
gracias por todo, bueno o malo, me las arreglé para orar (aunque no me sentía con deseos), "Señor, no importa lo que suceda,
te doy gracias por ello y te
alabo".
Salté a mi pequeño Omni. Tony se tiró
dentro de mi otro auto y manejamos por la carretera hacia la casa de Tony. Recogimos a su esposa, le avisamos a una familia en la
tercera casa, y proseguimos la escapada hacia la carretera. Detrás de nosotros,
el monstruo de fuego arrasaba; rugiendo, silbando, chisporroteando,
envolviéndolo todo.
Ya en la carretera, salí de mi auto y
me quedé mirando una pared de llamas y fuego. ¿Cómo reaccionas cuando todo por
lo que has estado doce años soñando y trabajando, es destruido en diez segundos
de fuego consumidor? ¿Maldices? ¿Gritas? ¿Lloras? Otros estaban haciendo esas
cosas, pero yo no, porque el pensamiento más importante en mi mente en ese
momento era un cristiano Joe, así que actúa como tal. Recuerda: "Todas
las cosas obran para bien para aquellos que aman a Díos". Alaba a
Dios. Así que le alabé, en voz alta, aunque sé que algunas personas pensaron
que estaba loco, o conmocionado o ambas cosas.
.Nos quedamos en la
carretera durante otros diez minutos más o menos, observando como otras casas
eran envueltas en llamas, estábamos muy aturdidos para hacer o decir algo. Luego las llamas alcanzaron la
carretera donde estábamos y la policía nos dijo que teníamos que movernos
montaña abajo. Más
tarde,supe que 125 postes de la luz fueron consumidos ese
día.
Para ese
entonces, algo pasó que resultó ser muy extraño, aunque no nos pareció
raro en el momento que sucedió. Mientras
caminaba hacia mi auto, un joven con cabello
obscuro.,vestido con una camiseta y pantalones de mezclilla azules me llamó: "Tú, el de la camisa blanca". Yo no conocía al joven, y en realidad yo tenía una camisa amarillo claro, aunque en
ese momento no lo cuestioné. El me
miró directamente y dijo: "Yo me subí sobre tu techo y le eché agua". Tony
también le escuchó decir esto.
Yo
estaba seguro de que se había equivocado de persona, ya que nadie hubiera podido acercarse
a mi casa después que me fui. Le di las gracias de todas formas, y no pensé más
sobre el asunto.
Luego, ya en el hogar de un amigo en
el lago Tajo, pude comunicarme con Janice en casa de su hermana. El tener que
decirle que la casa de nuestros sueños se había quemado totalmente era más
difícil que el haber visto el fuego. Todo lo que dijo fue: "Gracias a
Dios que tú estás bien".
La amenaza de fuego a lo largo de las hizo imposible
el regresar a Reno esa noche. Llamé al
departamento de bomberos repetidas veces, pero no pude conseguir información. En un momento dado llamé a una pareja de la iglesia Chauncey y Betty Fairchild que podían ver mi casa a través del valle.
"Joe", Chauncey dijo: "Nosotros
observamos todo con nuestros binoculares. Cuando vimos las
llamas cambiar de
dirección y dirigirse hacia tu casa, toda nuestra familia formó un círculo de de oración y oramos por tu seguridad y la de tu casa. Y Joe, la casa está en
pie".
Le di las gracias, pero no le creí. Quizás,
pensé, él podía ver todavía el caparazón de mi casa, pero yo sabia que nada había
podido sobrevivir la tormenta de
fuego. Mi casa estaba rodeada de matorrales secos y maderas, lo cual mi espósa me había pedido repetidas veces que recogiera y limpiara.
Cuando regresé a la casa un poco después del amanecer de la mañana siguiente, no podía creer
lo que veían mis ojos.esto
es lo que encontré: El fuego había quemado lo que había
encontrado a escasos diez pies de distancia de la casa y todo alrededor pero nada había pasado adentro. La casa y su contenido estaban intactos.
La línea de electricidad que
alimenta mi casa se había derretido y había caído a tierra a treinta pies de la casa. Las líneas telefónicas que estaban encima de dichos cables estaban
fundidas.
Mi jaula
de pollos, a cuarenta pies de la casa, estaba chamuscada y caliente, pero los diez pollos estaban vivos.
Ia perra y los dos gatos estaban sanos. Los gatos estaban afuera, uno en ele garaje y
el otro en la escalera trasera. La perra estaba adentro, muy contenta de verme.
Un puente que queda a doscientas yardas de la
casa y ni siquiera está en mi propiedad, no fue tocado,mientras
que el puente de mi vecino a sólo quince pies de distancia, fue
completamente destruido .
Solo los
arbustos secos están entre ambos.
De las siete casas en mi área , tres
fueron completamente destruidas.
Todas las otras sufrieron daños, dos
de ellas serios. ¿Cómo puedo
explicar todo esto? ¿Cómo puedo explicar el hecho de que absolutamente nada de
lo que poseo fue tocado por el fuego, ya estuviera en mi
propiedad o no? Lo único que puedo decirles es lo que creo
Yo he sido cristiano casi toda mi
vida, pero sé que mi fe no es tan fuerte como debiera ser. Y esto puede que sea
cierto para muchas personas que van a la iglesia , sabemos que somos cristianos
y pensamos que es suficiente. Pero yo creo que hay momentos cuando Dios
desea probar nuestra -y reforzarnos-. También creo que no pretendo entenderlo
todo- que en ocasiones cuando podemos darle gracias a Dios frente a lo que
parece un desastre. y nos ponemos sin reservas en sus manos y no somos
obstáculos en su camino, que El puede y hará cosas maravillosas por nosotros.
No hemos exagerado al referirnos
la intensidad del fuego en la mañana del 9 de agosto de 1,981. En esa
época yo estaba trabajando para el sistema Telefónico Bell de Nevada. Así
que conozco algo sobre cables. Tuvo que haber
tomado 1,800 grados de calor para derretir esas líneas eléctricas que
estaban a treinta pies de altura. Quizás 2000 grados. Y sin embargo, mi casa, a treinta pies de distancia, ni
siquiera había sido marcada. Para mí esa fue la forma en la que Dios me
habló claramente y me dijo: “Estoy aquí, soy
real. Yo te cuido”.
El fortaleció mi fe, porque El sabía
que necesitaba ser fortalecida.
Nunca más seré negligente
en cuanto a mi fe ni dejaré de darle importancia. Luego está el enigma del joven, a quien nunca más he
visto. ¿Cómo sabía él quién
yo era? ¿Cómo sabía que era mi casa?
Cuando finalmente regresé a mi casa, la manguera que había dejado tirada al salir, sobre el piso
de madera del patio, estaba en el techo. Sin embargo Tony y yo
salimos por la única vía que no estaba en llamas. ¿Cómo pudo alguien llegar
allí sin nosotros verlo? Y si alguien hubiera podido llegar allí, ¿,cómo se encaramó en el techo? No hay escalera. Usted
simplemente no puede subir a él. Y sabiendo que las líneas eléctricas tuvieron que haber sido
la primera cosa que fue destruida, ¿cómo podía fluir el agua a través de una
manguera conectada a un pozo eléctrico?
Yo no puedo contestar estas preguntas.
Pero quizás –sólo quizás haya una respuesta en la Biblia. Busque Hebreos.l3 y
lea el segundo verso. La frase "hospedaron ángeles" sustitúyala con
las palabras fueron rescatados
por ángeles". Entonces puede que tenga una idea sobre lo
que realmente pasó ese día de agosto cn la carretera Mount Rose.
Para mí es algo más que un indicio.
Ceo que es la verdad.
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