lunes, 20 de marzo de 2023

DESPUÉS DE LA MUERTE NO HAY PERDÓN

Viernes, 22 de enero de 2016

Una  Revelacion  Divina
del Infierno

Queda Muy Poco Tiempo!
por
Mary Katherine Baxter

Capítulo 15: Los días de Joel

Escuche una voz que me dijo, “Escribe, pues estas cosas son fieles y verdaderas.” Otra vez estaba con el Señor en el Espíritu. El estaba alto y exaltado, y su voz era como de trueno.

He aqui, oh tierra, estas cosas son, eran y están por venir. Yo soy el primero y el último. Sírvanme, el Creador, pues yo doy vida y no muerte. Levántense de su maldad y clamen a mi, yo os sanaré y os libertaré. Las cosas que lees en este libro son verdaderas y sucederán pronto.Arrepiéntanse, pues el tiempo está cerca, y el Señor de la gloria pronto aparecerá. Estad listos, porque no sabéis el día ni la hora. Grande será la recompensa de aquellos que ésperan mi venida. Yo bendeciré a mis pequeños, aquellos que han guardado la fe y me han servido en verdad y en justicia. Antes que lo sepan, Yo estaré sobre ellos. Yo he preparado una bendición para aquellos que han sido fieles a su llamamiento y para aquellos que no han negado mi nombre. 
Yo digo, que si mi pueblo que se llama por mi nombre, se humillan y oran, yo los perdonaré, y los sanaré, y los restauraré. Yo deseo escuchar, libertar, y salvar a todos los que creen y claman en mi nombre.
Santifiquen un ayuno. Llamen a una asamblea solemne. Reunid a todos los ancianos y a todos los habitantes de la tierra en mi casa y clamen a mí. Ay, pues el día del Señor viene como un ladrón en la noche —el día está cerca.
Confíen en mí, y yo restauraré los años que comió la oruga, las langostas, el gusano y las larvas.
El gran ejército que he llamado no romperá su lugar o su marcha. Ellos harán prestaciones brillantes maravillosas, y no serán conquistados, pues yo soy su fortaleza.
Sus voces sonarán como la trompeta, sonarán como el trueno y todos escucharán y sabrán que yo soy el Señor vuestro Dios.”

Amado Señor Jesús, es mi oración ser encontrada digna, de ser parte de este ejército. Yo quiero estar en este ejército, pero sé que tengo que ser pura y santa, como Jesús es, puro y santo. Con la sangre que Cristo derramó, límpiame de toda maldad. Ayudarne a mantener un corazón arrepentido, libre de todo odio y amargura.

Padre, yo sé que mucha de tu gente está dormida. Yo temo que vas a tener que romper nuestro vaso de barro y humillarnos para que pueda haber fruto de justicia.
Señor, yo no quiero tener que regresar al infierno otra vez y tener que quedarme allí. Oh Señor, ayudame a amonestar a la gente. Dame poder para impedir que el infierno siga creciendo. Ayúdame a mi, y a tu pueblo a ser buenos, de buen corazón, perdonándonos y amándonos los unos a los otros. Ayudanos a hablar la verdad todo el tiempo.
Yo sé que Jesús regresa pronto y sus recompensas con El. Yo sé que mi mensaje al mundo es, “Arrepentíos, pues el día del Señor está cerca.” Padre, yo no quiero la sangre de esta gente sobre mis manos.

  Capítulo 16: El centro del infierno

Otra vez, el Señor y yo fuimos al infierno. Jesús me dijo, “Mi hija, tu naciste para este propósito, para escribir y contar lo que te he dicho y enseñado. Pues estas cosas son fieles y verdaderas. Yo te he llamado para decirle al mundo por medio de ti que hay un infierno, pero yo he preparado un medio de escape. Yo no te enseñaré todas las partes del infierno. Hay cosas escondidas que yo no te puedo revelar. Pero te enseñaré mucho. Ahora, ven y ve, los poderes de las tinieblas y su fin.”

Regresamos otra vez al vientre del infierno y comenzamos a caminar hacia una pequeña apertura. Me puse a mirar por donde estábamos entrando y encontré que estábamos en una repisa. cerca de una celda en el centro del infierno. Nos paramos delante de una celda en la cual estaba una hermosa mujer. Sobre la parte alta de la celda estaban las iniciales “A.C.”

Escuché a la mujer que dijo, “Señor, yo sabía que un día vendrías. Por favor déjame salir de este lugar de tormento.”
Ella estaba vestida con la ropa del tiempo antiguo y era muy hermosa. Yo sabía que había estado aqui por muchos siglos y no podía morir. Su alma estaba en tormento. Comenzó a jalar las barras y a llorar. Suavemente Jesús dijo, “Sea la paz.” El le habló a ella con tristeza en su voz. “Mujer, tu sabes porqué estás aquí.”

Si,” dijo ella, “pero yo puedo cambiar.” Yo me acuerdo cuando dejaste salir a los otros del Paraíso. Yo me acuerdo de tus palabras de salvación. Ella exclamó, “Yo seré buena ahora y te serviré.” Ella apretó las barras de la celda con sus pequeños puños y comenzó a gritar, “Déjame salir! Déjame salir!

Después de eso, comenzó a cambiar delante de nuestros ojos. Su ropa se comenzó a quemar. Su carne se le cayó y todo lo que quedo fue un esqueleto negro con agujeros quemados en vez de ojos y un cascarón hueco por alma. Yo miré con terror mientras la mujer anciana caía en el suelo. Toda su belleza desapareció de momento. Se me estremeció el entendimiento al pensar que ella había estado aquí desde antes del nacimiento de Jesús.

Jesús le dijo, “Tú sabías en la tierra cual sería tu fin. Moisés te dio la ley y tu la escuchaste. Pero en vez de obedecer mi ley, escogiste ser un instrumento en las manos de satanás, una adivina y una bruja. Tu enseñaste el arte de la brujería, amaste las tinieblas en vez de la luz, y tus obras eran malas.

Si te hubieras arrepentido de corazón, mi Padre te hubiera perdonado. Pero ya es muy tarde,” le dijo El.
Con tristeza y gran pena en nuestros corazones, nos apartamos de ella. Nunca terminará su dolor y sufrimiento. Mientras nos alejábamos, sus manos delgadas trataron de alcanzarnos. “Mi hija,” dijo el Señor, “Satanás usa muchas artimañas para destruir hombres y mujeres buenas. El trabaja día y noche, tratando de conseguir que la gente lo sirva.”

Si usted fracasa en escoger servir a Dios, Ud. ha escogido servir a satanás. Escoga la vida y la verdad lo hará libre.

Después de caminar una corta distancia, nos paramos delante de otra celda. Escuché la voz de un hombre que llamaba, “ ¿Quién está ahí? Quien está ahí?” Yo me pregunté la razón por la cual llamaba.
Jesús dijo, “El está ciego.
Escuché un sonido, y miré a mi alrededor. Delante de nosotros estaba un demonio grande con alas largas que parecían estar rotas. El pasó sin mirarnos. Yo me paré cerca de Jesús.
Nos paramos juntos a mirar al hombre que había hablado. El también estaba en una celda y nos daba la espalda , el tenía la forma de un esqueleto en fuego y tenía el olor de muerte sobre él. Daba golpes en el aire y gritaba “Ayúdenme, alguien, ayúdenme.
Jesús dijo tiernamente, “Hombre, sea la paz.” El hombre se volvió y dijo, “Señor, yo sabía que vendrías por mi. Yo me arrepiento ahora. Por favor déjame salir. Yo se que fui una persona horrible y que usé mi minusvalidad para ganancias egoístas. Yo se que fui un brujo y que engañé a muchos para satanás. Pero Señor, yo me arrepiento. Por favor déjame salir. Dia y ñoche soy atormentado en estas llamas, no hay agua. El exclamó, tengo mucha sed, no me puedes dar una poco de agua. El hombre seguía llamando a Jesús, mientras nos alejábamos. Yo miré hacia atrás con tristeza.

Jesús dijo, “Todos los hechiceros y obradores de maldad tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre. Esta es la segunda muerte.

Llegamos a otra celda que estaba ocupada por otro hombre. El dijo, “Señor, yo sabía que tu vendrías a soltarme. Me he arrepentido hace mucho tiempo.” Este hombre, también era un esqueleto lleno de llamas y gusanos.
Oh hombre, estás todavía lleno de mentiras y de pecado. Yo sé que tu eras un discípulo de satanás, un mentiroso que engañaste a muchos. La verdad nunca estaba en tu boca y la muerte fue siempre tu recompensa. Tu escuchaste mis palabras muchas veces y te burlaste de mi salvación y mi Santo Espíritu. Tu mentiste toda tu vida y no me escuchaste. Tu eres de tu padre el diablo. Todos los mentirosos tendrán su parte en el lago de fuego. Tu has blasfemado contra el Espíritu Santo.”

El hombre comenzó a maldecir y a decir muchas cosas malas en contra del Señor. Seguimos hacia adelante. Esta alma estaba perdida para siempre en el infierno.

Jesús dijo, “todo el que quiera puede venir en pos de mi, y el que pierde su vida por mi causa encontrará vida, y vida en abundancia. Pero los pecadores tienen que arrepentirse mientras están vivos en la tierra; es muy tarde para arrepentirse cuando llegan aquí. Muchos pecadores quieren servirle a Dios y a satanás o se creen que tienen tiempo ilimitado para aceptar la gracia que ofrece Dios. Los verdaderamente sabios escogerán hoy a quien servir.”

Pronto llegamos a la próxima celda de donde salió un grito desesperado de dolor, miramos y vimos el esqueleto de un hombre acurrucado en el suelo. Sus huesos estaban negros del fuego y su alma por dentro era de un color gris sucio. Observé que le faltaban partes de su cuerpo a donde subían humo y llamas. Los gusanos se arrastraban dentro de él.

Jesús dijo, “Los pecados de este hombre fueron muchos. El fue un asesino y tenía odio en su corazón. El no se quería arrepentir o aún creer que yo lo perdonaría. Si solamente hubiera venido donde mi.”

Le pregunte al Señor, “ quieres decir que él pensó que tu no lo perdonarías de su homicidio u odio?”

Si,” dijo Jesús, “Si solamente hubiera creído y venido a mí, yo le hubiera perdonado todos sus pecados, grandes y pequeños. Por el contrario, el continuó pecando y murió pecando. Por eso es que está donde está hoy. Le dieron muchas oportunidades para que me sirviera, para que creyera el evangelio, pero él rehusó. Ahora es muy tarde.

La próxima celda a la cual llegamos estaba llena de un terrible olor. Yo podía escuchar los gritos de los muertos y sus ayes de remordimiento en todo lugar. Me sentí tan triste que estaba casi enferma. Yo decidí que iba a hacer todo lo que pudiera para decirle al mundo de este lugar.

La voz de una mujer dijo, Ayúdame.” Miré a un par de ojos reales, no las cuencas quemadas que eran señal de haberse quemado. Yo estaba tan triste que me dió escalofrío y sentí una gran pena y dolor por esta alma. Quería intensamente sacarla de la celda y correr con ella. Ella dijo, “Es tan doloroso, Señor, yo haré lo correcto ahora. Yo te conocí una vez y tu eras mi Salvador.” Sus manos apretaron las barras de la celda. Porqué no quieres ser mi Salvador ahora?” Grandes pedazos de carne en fuego caían de ella y solamente sus huesos apretaban las barras.,“Tu hasta me sanaste de cáncer,” dijo ella. “Tu me dijiste que me fuera y no pecara más, no sea que me viniera algo peor. Yo traté, Señor; Tu sabes que traté. Yo hasta traté de testificar en tu nombre. Pero Señor, pronto aprendí que los que predican tu palabra no son populares. Yo quería que la gente me quisiera. Lentamente regresé al mundo y la concupiscencia de la carne me devoró. Los clubs nocturnos y las bebidas alcohólicas se hicieron mas importante que tú. Perdí el contacto con mis amigos cristianos y pronto me encontré siete veces peor de lo que estaba antes.

Y aunque llegué a ser amante sexual de hombres y mujeres, no era mi intención perderme. Yo no sabía que estaba poseída por satanás. Todavía sentía tu llamamiento en mi corazón que me arrepintiera y fuera salva, pero no quise. Seguí pensando que todavía tenía tiempo. Mañana regresaré a Jesús, y El me perdonará y me libertará. Pero yo esperé demasiado tarde y ahora es demasiado tarde,” exclamó ella.Sus ojos tristes se derramaron en fuego. Y desapareció. Yo grite y me apoyé de Jesús. Yo pensé, Oh Señor, cuán fácil pude yo o uno de mis seres queridos, haber sido como ella! Por favor pecadores, despierten antes que sea muy tarde.

Caminamos a otra celda. En esta había otro hombre con una forma de esqueleto y un alma por dentro de color gris suelo. Gritos de dolores agudos y remordimiento salían de este hombre, que yo sabía que jamás los olvidaría.

Jesús dijo: “Mi hija, muchos de los que van a leer este libro lo van a comparar con una historla de ficción o a una película que han visto. Dirán que esto no es verdad. Pero tu sabes que estas cosas son verdaderas. Tu sabes, que el infierno es real, pues yo te he traído aquí muchas veces por mi Espíritu. Yo te he revelado la verdad para que des testimonio de ella.”

Alma perdida, si no te arrepientes y te bautizas y crees en el evangelio de Jesucristo, seguramente que éste será tu fin.El Señor dijo, “Este hombre está aquí debido a su rebelión. El pecado de rebelión es como el pecado de hechicería. Es más, todos los que conocen mi Palabra y mis caminos y han escuchado el evangelio y todavía no se arrepienten, están en rebelión contra mi. Muchos están en el infierno hoy debido a este pecado. 

El hombre le dijo a Jesús, “Una vez pensé en hacerte el Señor de mi vida, pero, no quería caminar por tu camino angosto y derecho. Yo quería el camino ancho. Era mucho más fácil servir al pecado. Yo no quería tener que ser justo. Yo amaba mis maneras pecaminosas. Yo deseaba beber bebidas intoxicantes y hacer las cosas de este mundo más que obedecer tus mandamientos. Pero ahora quisiera haber escuchado a los que me enviaste. Al contrario, hice lo malo y no quise arrepentirme.” Grandes sollozos estremecieron su cuerpo, mientras gritaba de remordimiento. “Por años he sido atormentado en este lugar. Yo se lo que soy y se que jamás saldré de este lugar. Soy atormentado día y noche en estas llamas y estos gusanos. Yo lloro, pero nadie viene a ayudarme. Nadie se interesa por mi alma aquinadie se interesa por mi alma.”

Se cayó al piso en un montón y continuó llorando.

Jesús exclamó,Mi padre, mi Padre ten misericordia.

Caminamos hacia otra celda. Una mujer estaba sentada quitándose los gusanos de sus huesos. Ella comenzó a llorar cuando vió a Jesús “Ayúdame Señor,” dijo ella. “Yo seré buena. Por favor, déjame salir.” Ella, también se paró y apretó las barras de la celda. Yo sentí gran pena por ella. Mientras ella lloraba, sus sollozos estremecieron su cuerpo.

Ella dijo, “Señor, cuando yo estaba en la tierra, yo adoré al dios de los Hindúes y muchos ídolos. Yo no creí en el evangelio que los misioneros me predicaron, aunque lo escuché muchas veces. Un día morí, yo clamé a mis dioses para que me salvaran del infierno —pero no podían. Ahora, Señor, yo deseo arrepentirme.”

 Jesús Le dijo, “Ya es muy tarde.” 

 Las llamas cubrían su forma, mientras nosotros seguíamos hacia adelante; todavía sus gritos se sienten en mi alma. Satanás la ha enganado.”Con tristeza en su voz, Jesús dijo, “Ven, regresaremos mañana. Ya es hora de irnos.”

 

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