jueves, 7 de diciembre de 2023

154 AÑOS DEFENSA CAP. CALONGE VILLA HUEHUETENANGO CONTRA JUSTO RUFINO BARRIOS

Hoy se cumplen 154 años cuando la villa de Huehuetenango fue atacada e incendiada por las tropas de Justo Rufino Barrios y Serapio cruz.

Barrios y cruz habían enviado  intimidaciones para que entregase y rindiese la plaza el Corregidor, Capitan Aquilino Gómez Calonge. (Originario de Tejado, Soria, España) al frente de milicianos de la villa de Huehuetenango y sus anexos-(jumaj, Chimusinique, Cambote...) quienes defendieron la plaza valientemente.

Se habla de de más de 3,000 atacantes contra 220 hombres residentes en las aldeas cercanas, es decir Jumaj, Cambote, Chimusinique, Zaculeú

24 horas tardo el ataque. indigenas de Nebaj, Cotzal, Chajul,aguacatan  ( seducidos con la promesa del pillaje y violación de las mujeres)  y milicianos de Chiantla, prendieron fuego a la plaza y casas de la villa de huehuetenango. mas de 90 casas fueron consumidas por el fuego. Incluyendo la casa parroquial y sus valiosos registros coloniales.

Barrios fue herido en   una pierna y de allí se originó el gran odio que le tomó a los vecinos  de Huehuetenango. al cabo de 24 horas de balas y fuego los insurgentes se retiraron en fuga. los heroes del día fueron Aquilino Gómez Calonge y los habitantes de Huehuetenango.

 Es mi esperanza y deseo que las autoridades de Huehuetenango  conmemoren esta gesta propia de los habitantes de la ciudad de Huehuetenango.

Atentamente. un huehueteco apasionado por la historia

 
XIV. EL ATAQUE--SAQUEO A LA VILLA DE HUEHUETENANGO
CRUZ Y BARRIOS
INCENDIO Y SAQUEO A LA VILLA DE HUEHUETENANGO
Por el Historiador Huehueteco
ENRIQUE DEL CID FERNANDEZ 
1967
 
 miércoles, 1 de junio de 2016
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"Hay  personas que vieron los haces de acote preparados para el incendio de la Villa, y a quienes los mostró  el mismo Cruz anunciandoles su bárbara resolución,'.
"El mismo amenazó con deshacer a los habitantes de Huehuetenango en comunicaciones dirigidas al cura Vicario y al Alcalde".
("La semana" de domingo 1.9 de diciembre de 1869),

I.LAS GUAYABAS"
Diciembre en los Cuchumatanes. Brillan las hojas de los árboles humedecidas por el rocío de la noche. El viento que baja de la altura hace resbalar las gotas de agua hasta la suave tierra donde dejan perceptible y fresca huella. Brilla el riachuelo que serpea en hondo cauce de negruzca roca. Brilla también la laguna de Ocubilá, silenciosa, prolongándose sucesiva, adentrándose mansa, profundamente, lamiendo rejoyas y bordecillos, llenando quebradas con sus largas lenguas de plata acariciadas por los rayos de la luna aquella noche azul, diáfana y tranquila ...
El firmamento aterciopelado adórnase con multitud de estrellas y luceros; con sedosas gasas claras que impulsadas por invisibles ráfagas, caminan, caminan ... y caminan.
Enclavada en la inmensa cordillera, perdida en una arruga gigantesca y en estratégica meseta de los bajos Cuchumatanes está la aldea "Las Guayabas" donde destacan lucecillas y las pocas casas cubiertas de teja o paja de trigo. La primitiva iglesia apunta al cielo con su pequeño campanario piramidal de una sola pieza, rodéala en parte un macizo de chatas que extiéndese hasta el bosquecillo vecino formado por cerones, chalahuites, chulubes y arrayanes bajo cuyo follaje reposan durmiendo centenares de indígenas procedentes de Santa María Nebah, Chajul, Cotzal, Chalchitán y Aguacatán, mezclados entre cacaxtle,, jarros de arcilla, tecomates, suyacales y machetes.
Recién acaba de llegar el último rezago de naturales enganchados para seguir a la partida de rebeldes cuyos ideales cual pólvora encendida en aquella lejana zona de los Altos, inflama ya, como fruto de las intentonas nacidas allende de la frontera, el espíritu de algunos ciudadanos que arriesgan vida, familia y hacienda al contravenir las disposiciones contenidas en la proclama del Sargento Mayor don Julio César de Garrido y Estrada, de fecha 1o. de mayo de 1869 y basadas en el decreto de 4 de febrero de 1867., 'En estas circunstancias, sirven y guían a los que empéñanse en avasallar la institución gubernamental de tendencia conservadora establecida en la república desde hace más de veinte años (1848),

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                                                     LLAMADO A LAS ARMAS

Dirigida al pueblo de huehuetenango por don JULIO CESAR DE GARRIDO
CORREGIDOR Y COMANDANTE GENERAL DEL DEPARTAMENTO DHUEHUETENANGO 
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. "Proclama dirigida al pueblo de Huehuetenango por don Julio César de Garrido, Sargento Mayor de las Milicias del Ejército de la República, Corregidor y Comandante Gral. del Departamento de Huehuetenango.
 

"Julio César de Garrido Sargento Mayor de Caballería de las milicias del Ejercito de la República, Corregidor y Comandante Gral. del Departamento de Huehuetenango.
 
                                                                             POR CUANTO
'Habiendo levantado D. Serapio Cruz los indígenas de Nebaj, Cotzal y Chajul que ha armado, promoviendo así una guerra de carácter atroz como lo prueba el asesinato cometido en los prisioneros que capturó de la fuerza que mandaba el Teniente Avelar; y siendo indispensable reunir todos los medios de defensa tanto para impedir la entrada de los salvajes en el Departamento como para impedir la conivencia de algunas personas mal intencionadas que auxilian y tienen correspondencia con los reveldes: hallandose tambien ausente la autoridad judicial; en uso de las facultades que me confieren las ordenanzas del Ejercito, tengo a bien ordenar:
 
1°. Mientran duren las actuales circunstancias, se suspenden en el Departamento las garantías consignadas en los Artículos 18, 19, 20, 21, 22, 23 y 24 de la ley de los derechos de los Ciudadanos de 5 de Diciembre de 1839.
 
2°. Vuelve a toda su fuerza y vigor el Decreto de 4 de Febrero de 1867. En consecuencia serán jusgados en consejo de guerra todos los individuos en quienes se declara conivencia ó complicidad con los reveldes.3

3 Los Comandantes de las fuerzas que se hallen en operaciones activas en el Departamento podrán utilizar para el servicio militar, todos los elementos que jusguen necesarios de los cuales daránrecibo á las Corporaciones ó personas que los faciliten.
 
4°. Todo individuo que hallándose en la edad de circunstancias de la ley, no acudiese a tomar las armas siendo requerido por la autoridad militar competente, será jusgado y castigado como desertor de campaña.

 Dado en el Corregimiento de Huehuetenango á primero de Mayo de mil ochocientos sesenta y nueve".
"J. CESAR DE GARRIDO".
 
"De su. orden:
MANUEL FUNES Secretario".
 
 CRUZ Y BARRIOS
INCENDIO Y SAQUEO A LA VILLA DE HUEHUETENANGO
Por el Historiador Huehueteco
ENRIQUE DEL CID FERNANDEZ 
1967 
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"Hay  personas que vieron los haces de acote preparados para el incendio de la Villa, y a quienes los mostró  el mismo Cruz anunciandoles su bárbara resolución,'.
"El mismo amenazó con deshacer a los habitantes de Huehuetenango en comunicaciones dirigidas al cura Vicario y al Alcalde".
("La semana" de domingo 1.9 de diciembre de 1869)
  II. CAMPAMENTO
Desaparece la luna en la comba sin límite del cielo. Albo­rozo de gallos giros y mugir de vacas prietas, overas y barrosas en los patios de la aldea. Vida y movimiento principian aquella madrugada mientras los luceros se fugan con el alba. Azul, el humo del hogar, asciende en forma de volutas caprichosas confundidas en la niebla ...
De una casa con guardias a la puerta, sale el Capitán Motta seguido por tres intérpretes de raza indígena. Dirígense al bosquecillo vecino a la iglesia instando con fuertes voces a los .indios a ponerse en pie y formar en línea. Estos, que duermen vestidos y cubiertos con "capishayes", incorpóranse perezosos recogiendo algunos petates y calándose los sombreros humede­cidos y grasientos. Las órdenes del militar acompáñanse con la actitud de los sargentos que principian a ayudarles en la tarea .de extinguir los rescoldos de las fogatas mantenidas para mo­derar el frío de la altura.
Aquellos que apenas comprenden el español e ignoran lo que son las maniobras militares y menos la obediencia a las voces de mando, actúan sin mayor coordinación. Sin embargo, cuando los traductores advierten que la hora de comer ha lle­gado, acuden presurosos a tomar la ración de totoposte y de birringue  , formando extraña multitud de seres descalzos, de ojos semioblicuos, pronunciados labios, magra presencia, pelo hirsuto y abundante, moreno-amarillenta la color que, con gritos entre­cortados, guturales y medio salvajes manifiestan su alegría ade­lantándose unos a otros para tratar de, llegar primero al reparto.
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. "Birringue": mezcla de maíz quebrado y cocido en forma de pan del que usan aún los indígenas de la región en los grandes recorridos. Para comerlo, lo introducen en una jarra de agua hirviendo y hacen con él una especie de atol o bebida muy nutritiva y barata.
 
 III EL CORRAL

Al lado del cabildo. suaves rayos de sol alargan las som­bras proyectadas por los postes de "mezquite" que forman un gran corral donde guárdanse ochenta equinos, mulares y otros mancarrones de toda laya y color.,
 Relinchan los sementales percibiendo a la cansada yegua que desciende las veredas arenosas de empinadas serranías, mientras eluden reatas, maneas y lechuguillas que silban amenazantes en su intento de detenerles por el cuello. Tiembla la tierra cuando el tropel de bestias muévese incesantemente en un solo grupo: al arrancar en conjunta estampida y entre nubes de polvo; al doblar repentinamente para esquivar con gallardía y precisión las sogas ahogadoras; o al mancarse con inadvertidas coces lanzadas al azar ...
 
   El vapor que exhalan los ollares es doble niebla que levántase del suelo opacando el brillo de los ojos, el sudor de los ijares y el tornasolar de las crines de los cuellos y las colas. Los que lidian con aquellos animales son hábiles arrieros contrabandistas que hacen mensualmente el recorrido entre El Pino y la frontera, por la vieja, peligrosa y casi desconocida senda que pasa por El Rancho, Tojeloj, Tuispec, Las Cajas y Los Jazmines perdiéndose en las crestas de Tablón Viejo para ascender las serranías de Puchilaj y llegar al paso de Los Limones conduciendo largas recuas de mulares atados de cola y gamarrón y cargados del famoso comiteco. Secos y enjutos, curtida la piel y luenga la barba, avezadísimos en las tareas del "sabaneo y arrejunta" demuestran pronto su larga experiencia: a la luz de aquel amanecer van "cayendo" una a una las mulas grullas, mapanas y mosqueadas; los garañones alazanes, retintos, bayos y tordillos; por último, los caballos caretos, estrellas, calzados, entrepelados, y unos más unalbos, dosalbos o tresalbos .. .
 
   Domeñados sus ímpetus, son sacados por la puerta principal hacia los apeaderos de la pequeña plaza. Allí, en presencia de los Capitanes Apolonio Cabrera y José María González proceden los mozos a ensillarlos. Los militares revisan cada una de las cabezadas, frontales, ahogadoras y frenos; las barbadas, cerretas y bridas; cinchas, barrigueras y tenedoras; mantillones, sudaderos, acciones, pistoleras y fundas de todos aquellos jaeces, especialmente los de un hermoso tordillo de buena alzada que, alejado de los otros, tasca nerviosamente el freno atado a una basa de los pilares del edificio municipal. Es el caballo para el jefe rebelde, Mariscal de Campo don Serapio Cruz, cabecilla de la facción que ha pasado la frontera amalhayando la victoria y como la suerte le ha sido adversa en varias ocasiones, ha tornado a descabalgar cumbres, veredas, senderos, cerros, crestas y puentes que conducen a Chiapas para soñar de nuevo con un triunfal regreso.
 
 
IX. GOMEZ CALONGE
Aquilino Gómez Calongeespañol de nacimiento— de­sempeñaba entonces el cargo de Corregidor Interino del depar­tamento. Era hombre de rápidas y terminantes decisiones. En ausencia del Corregidor Propietario, Sargento Mayor don Julio César de Garrido y Estrada, había logrado mantener la disciplina y ventajas necesarias en aquel difícil ambiente como era el que creaban las sucesivas invasiones de los Cruz.

   En septiembre de ese mismo año había dirigido un ma­nifiesto a los habitantes de Huehuetenango que copiado dice as!:

         "AQUILINO GOMEZ CALONGE, 
CAPITÁN DE INFANTERIA DEL EJERCITO DE LA REPUBLICA,
CORREJIDOR Y COMANDANTE GENERAL DEL DE­PARTAMENTO DE HUEHUETENANGO",

"Al hacerme cargo interinamente del mando superior político y militar   del Departamento, cumple á mi deber el dirigiros la palabra, y al verificarlo debo hacerlo clara y francamente como propio de mi carác­ter, y sin usar en ella fraces que no estén al alcance de todos, para que asi puedan todos comprenderlas y puedan tambien jusgarlas en el valor que en sí tengan siendo mi deber aconsejaros al mismo tiempo el camino que debéis seguir en las actuales circunstancias como veréis á continuación''.

"HABITANTES DE HUEHUETENANGO"

"Vosotros que siempre habéis sido, fieles al Supre­mo Gobierno como Ciudadanos honrados y amantes de la felicidad de vuestros Pueblos como se lo habéis de­mostrado en diferentes  ocaciones no os dejéis hoy se­ducir ni arrastrar de falsos ofrecimientos al camino de vuestra perdición, y ruina de vuestras familias é inte­reses: vosotros sabeis muy bien que la revolución no produce otra cosa que ruinas y desgracias en general y que los adelantos adquiridos en muchos años desapa­recen con ella en pocos momentos, así como tambien debéis estar bien persuadidos de que lo único que con­viene al honrado Ciudadano, es la paz, con ella todo es felicidad, progresa la agricultúra porque á ella se dedi­can los hombres laboriosos con tranquilidad y sociego, progresan las artes porque sus operarios se ocupan con el mismo sociego y progresan en fin todos -los ramos que constituyen la felicidad y riqueza de los Pueblos. No os dejéis seducir os repito, si deséais la felicidad de vues­tra Patria, de vanos, ofrecimientos que son de los que se valen siempre sin reparar en medios ni consecuen­cias los hombres que llevados de la ambición desean encumbrarse por medios ilegales y miras puramente par­ticulares y no generales como os pintan, pues no pue­den haberlas generales cuando se procura atropellar el pensamiento unánime de toda la República; y siendo asi como lo és ¿Puede ser otra cosa que miras par­ticulares? No, y lo peor es, Ciudadanos, que hoy se en­cuentran entre vosotros algunos de estos hombres que solo se ocupan en seduciros y precipitaron en el abismo, sí, no se puede dudar, se ve pintado claramente en sus fisonomías que su espíritu y sus conciencias no se hallan tranquilas, como no puede estarla la del hombre que se halla persuadido de que lo que su imaginación está maquinando es un crimen, y no puede haberlo mayor al que aquellos están egerciendo, porque en- él va envuel­ta la desgracia de millares de familias, y esta desgra­cia es indudable, meditadlo bien y os convenceréis de la verdad, aún es tiempo de que despreciéis esos falzos ofrecimientos que os están infundiendo, más tarde no lo será".

   "Os hablarán también de libertades, ¿Y, que en­tenderán por libertades las que estos os ofrecen? es muy sencillo, es el libertinage pues vosotros la sabéis tam­bien como yo, que la verdadera libertad se la propor­ciona por sí el mismo Ciudadano, porque el hombre honrado, tranquilo y ovediente á las leyes, pues sin estas no puede haber Sociedad ni Pueblos, y que solo se ocupa en ver la felicidad de su familia y progreso de sus interezes ¿Quién lo molesta? nadie ¿Quíén se atreve a atropellarle? nadie, al contrario la autoridad en cum­plimiento de su deber se desvela para que aquella feli­cidad, nadie se la rove ni atropelle; pero esta Autori­dad necesita también de estos hombres que le ayuden a reprimir á los que, olvidados de estos principios, in­tenten quitar la tranquilidad a los demás, pues como comprenderéis, la Autoridad poi, sí sola y sin vuestra ayuda, por más que se vea animada de los mejores deseos, no es suficiente para ello, por cuyo motivo confío en que vosotros me áyudaréis á tranquilizar los ánimos que se hallan algún tanto perturvados por los efectos de las circunstancias, y si así me lo prometéis os prometo yo también el morir a vuestro lado si llegase el caso, y podéis estar seguros de que nosotros solos, sin necesitar de nadie, somos mas que suficientes para hacer se conserve el orden y dar seguridades á la Poblacion y á todo el Departamento: esto intereza a todos y todos de­bemos tomar un verdadero empeño para ello, y de este modo veréis conseguida la verdadera libertad, pues de otra manera no es fácil conseguirla".

  "Estoy seguro tomaréis y calificaréis estas palabras en el verdadero sentido que en sí tienen, y si tuviera esta dicha habría logrado mi objeto, que es el de vues­tra felicidad, rogándoos al mismo tiempo os fijéis detenidamente en los buenos deseos y sentimientos con que os la dirige vuestro Corregidor y Comandante General interino".

          Huehuetenango Setiembre 19 de 1869".
                                 
                      "(f) AQUILINO GOMEZ CALONGE
                                    
(Rúbrica) ".

No era el Capitán Calonge hombre que se dejase inti­midar por las amenazas del Mariscal Cruz. Pese a que la guar­nición a sus órdenes era mucho menor que las fuerzas de los sediciosos, dispuso hacer frente a los revolucionarios que sabía ya en territorio huehueteco, internados por el sitio de La Liber­tad cercano a la confluencia de los ríos Blanco y Huistla a pocas leguas del puesto de Nentón defendido por el Sargento Mayor J. M. Rivas y el siguiente cuerpo de tropa: "subteniente Felipe Castellanos, subteniente Salvador Noriega, sargento Miguel Alvarado, cabo primero Ceverino Reyes, cabos José Mariano He­rrera y Máximo Castillo; y los soldados: José Cruz Díaz, Secundino Gómez, Eustaquio Alvarado, Raimundo Reyes, Alvino He­rrera, Aquilino de Barrios, Sabino Gramajo, Lucas de León, Manuel Cardona, Francisco Meza, Eulalio Rivas, Anacleto Pas­cual, Ignacio Velásquez, Nicolás López, Francisco Chávez, Ma­nuel María Marroquín, José Miguel Monzón y José María Cór­dova". Todos destacados hacia ese lugar desde el 6 de julio de 1869 para prevenir y corregir los desmanes de los revoltosos fronterizos...
    Por ello, cuando el Vicario, Presbítero don Juan Bautista de Teherán hizo acto de presencia ante el Corregidor acompa­ñado del Síndico Primero que hacía las veces de Alcalde, (el titular don Juan Francisco David Ríos de Matta había sido sus­pendido el 24 de agosto de 1869 por negarse a cumplir órdenes arbitrarias del Corregidor Julio César de Garrido) para infor­marle acerca de las comunicaciones que les enviara Cruz; Gómez Calonge que había ya pedido consejo al licenciado D. Víctor Marure, Juez del Departamento, dióles a conocer de inmediato su firme resolución de defender la villa costase lo que costase.
Además, les instruyó sucintamente de las órdenes que había impartido, encaminadas todas a mantener la reserva su­ficiente para el abasto de boca y guerra. Terminó el Corregidor Interino rogándoles que le permitieran responder las misivas por propia mano haciendo saber a los facciosos la determina­ción que había tomado.
    
 Al retirarse el anciano Vicario y el Munícipe del edificio del Corregimiento, Gómez Calonge llamó a sus principales su­bordinados: Comandante Abelardo Arriola, teniente coronel Francisco Alvarado, capitán Fernando Herrera, tenientes Rafael Rosales, Antonio Kopeski, y subtenientes Francisco González Mora, Rafael Trinidad e Higinio Ruiz; y les enteró al detalle del plan que había madurado para la defensa de la cabecera departamental
VIII. AMENAZAS AL CORREGIDOR

Don Tomás de Aquino Samayoa, juntamente con el Co­ronel Evaristo Cano, fueron los hombres de confianza del Ma­riscal Cruz; casi diríamos que incondicionales a sus fines. Don Tomás envió a sus mozos Agustín Pascual y Carlos Xutuc a entregar prudentemente las comunicaciones dirigidas por Cruz al Vicario de la Parroquia, al Alcalde y al Corregidor Interino. (Vale la pena advertir que con el Corregidor no guardaba bue­nas relaciones. Este funcionario hablase negado a aprobar el nombramiento de Teniente de Policía que la Municipalidad de Huehuetenango había hecho recaer en la persona de Aquino Samayoa, por tener conocidos antecedentes de contrabandista).

   En estas comunicaciones don Serapio invitaba y aun amenazaba a Gómez Calonge si no rendía la plaza. Al Vicario y al Alcalde conminó para que influyesen en el ánimo del Co­rregidor Interino con el propósito de evitar los desórdenes con­siguientes a la lucha armada, el derramamiento de sangre y la destrucción segura de la villa ...

   El texto de las notas fue semejante a otra que enviara años atrás, en 1867, que transcrita dice:

Del General en Gefe del Ejército Libertador, Mariscal D. Serapio Cruz.
Sr. Alcalde 1ero. de Gueguetenango.
Recomendé a U. á mi salida que todas las armas dis­persas que allí existen se recogieran y se me remitieran inmediatamente y hasta la fecha no he tenido razón alguna.
     Por otra parte observo que ni la autoridad, ni los principales vecinos del lugar quieren ayudarme en nada para favorecer a los pueblos oprimidos.

  Es necesario que reuna U. á los vecinos para que tomen las providencias necesarias para ayudar á la justa causa que defendemos, de no hacerlo, con voluntad, me veré forzado a cambiar mi bondad y rni prudencia, en la dureza que exigen las circunstancias y sacaré, recursos de las personas que están trabajando contra el bien de los pueblos.

  Al recibir ésta, publicará U. un bando para que en el preciso término de cuatro horas se presenten todos los vecinos de ese pueblo aptos para llevar las armas, ad­virtiendo que presentados que sean, serán destruidas las fábricas de Aguardiente y ellos mismos nos deben ayu­dar a destruir las de todos los departamentos de los Altos.

Dios G. á U. ms. as.
                                                                                       SERAPIO CRUZ".
 
 
 
XIV. EL ATAQUE
A las cuatro de la mañana del lunes 6 de diciembre de 1869, el toque estridente del clarín se hizo escuchar sonoro y pausado en la tranquila villa de Chiantla; su eco perdiáse en el confín amplísimo de las crestas de los Cuchumatanes.
Media hora más tarde, las columnas de los facciosos encabezadas por el Mariscal Cruz partían hacia Huehuetenango. Según las, noticias de la época, Cruz había premeditado el incendio de la villa:
       "  Hay personas que vieron los haces de ocote preparados para el incendio de la Villa, y a quienes les mostró el mismo Cruz anunciándo su bárbara resolución".
   "El mismo amenazó con deshacer a los habitantes de Huehuetenango en comunicaciones dirigidas al cura Vicario y al Alcalde". ("La Semana", del domingo 19 de diciembre de 1869).
   Historiadores de la revolución del 71, basados en la excusa dada por el mismo Cruz, solazáronse asegurando que el incendio de la. Villa debióse a la resistencia de Gómez Calonge para salir a luchar a campo abierto. El Corregidor Interino conocía perfectamente su situación:: si salía, abandonaba la zona urbana a manos de cientos de indios que la emprenderían contra la población civil; en cambio, esperaba refuerzos y la resistencia en los cuarteles era mejor que exponer fuerzas inferiores a lás muy numerosas que traían los rebeldes.


Capitán Don Aquilino Gomez Calonge, originario de Tejado, Soria,Reyno de España
Comandante General y Corregidor de Huehuetenango

   La vanguardia formábanla don Serapio, sus hijos don Ramón y don Felipe; su primo Méndez Cruz y los coroneles Cano y Polanco, además del corneta de órdenes. Seguíales el resto de la oficialidad, seis sargentos y catorce cabos con el grueso de la masa indígena; la retaguardia cuidábanla los capitanes Metta y González, y un piquete de tropa escogida.
   Antes de las cinco de la mañana llegaron al sitio del "Primer CarrizaV. Dividiéronse hombres y caballos tal y como hablase decidido la víspera: El Mariscal siguió el camino por arenosos senderos que internábanse entre bosques de frondosos pinos y encinos, rumbo al estratégico punto de la cima de "Tajaguaque" distante apenas un millar de metros de los terrenos del Calvario de la villa-cabecera.
   Madrugada de diciembre en los Cuchumatanes, madrugada de frío. En esta parte, el bosque arralábase por la proximidad de los vecinos que se abastecían de leña y madera para su uso. Al llegar a la altura Cruz dio la voz de alto y ordenó descansar junto a los hermosos árboles que elevaban hacia el cielo sus ramas altas y bien proporcionadas ...
    La cercana villa dibujábase un tanto borrosa entre la niebla. Sus habitantes permanecían en ininterrumpida vigilia ante la incertidumbre de un ataque inesperado.
   El desarrollo fidedigno de los hechos fue comunicado al Superior Gobierno por el Corregidor Interino capitán don Aquilinc, Gómez Calonge en cartas de miércoles 8 y sábado 11 de diciembre que copiadas dicen, una:
     "Señor Mayor General del Ejército de la República.
Huehuetenango, Diciembre 8 de 1869.
    "Hasta hoy me es posible dar á V. S. parte circunstanciado del hecho de armas ocurrido en esta plaza del 6 al 7 del que corre, y del cual di á V. S. por medio del Comandante General de Totonicapam".   "A las seis de la mañana el faccioso Cruz, con una fuerza de cerca de mil hombres, entre bien y mal armados, y un número mayor de indios, atacó esta, plaza  por todos sus puntos, y desde luego comenzaron á incendiar la población por diversas partes, hasta reducirnos á un círculo de fuego y humo en el recinto de la plaza, donde se logró cortar rechazando al enemigo por innumerables claraboyas que se practicaban constantemente por una y otra parte y que defendieron con el mayor denuedo nuestros valientes soldados".
   "El fuego duró 25 horas, más ó menos vivo, sin que durante ese tiempo lograsen los facciosos adquirir alguna ventaja sobre la plaza, pues las trincheras se defendieron con tanta bravura por los gefes y oficiales que aunque rivalizaban todas ellas en provocar para el asalto al enemigo, nunca logró éste presentar al frente de ellas, y sólo peleó en las esquinas y en las claraboyas, esceptuando pocos ratos en que agotaron inutilmente sus esfuerzos porque fueron siempre rechazados, hasta retirarse ayer á las siete de la mañana, casi en fuga, sin que fuese posible seguirlos por haberse agotado los elementos de guerra de que se disponía".
   "La facción se halla acampada hoy en Patio de Bolas, inmediata a esta población, llevando consigo algunos de sus heridos, cuyo número se ignora, pero debe ser considerable, pues solo en la revista de campo se encontraron 47 cadáveres en el interior de la población y se asegura que durante el combate fueron conducidos muchísimos otros, lo mismo que heridos á los pueblos de Aguacatán y Chiantla, sabiéndose con certeza que en este último enterraron veinte. También se encontraron dos caballos muertos, uno de Ramón Cruz y otro de Rufino Barrios, se les tomaron otros dos, un rifle y una caja de guerra".
   "Entre los muertos se encuentra el expresado Ramón Cruz, Evaristo Cano, ambos gefes de alta graduación entre ellos; tambien se asegura que murió el que titulaban coronel N. Polanco, Rufino Barrios fue herído gravemente y se asegura que murió en Chiantla. Nuestras pérdidas han sido cuatro soldados muertos; heridos el Capitán Fernando Herrera, el Teniente D. Antonio Kopeski y el Subteniente D. Francisco González Mora y los 18 de tropa que menciona la lista adjunta. Al cirujano de tropa D. Marrano Aragón, se lo llevaron los facciosos".
 "No hay palabras para expresar la horrible crueldad de los que han tenido, la osadía de llamarse libertadores; la hermosa Villa de Huehuetenango es hoy un campo de cenizas; mas de noventa casas fueron incendiadas, despúes de un escandaloso saqueo: no respetaron ni al rico ni al pobre, ni aun a sus paniaguados. Asesinaron a,la esposa del Capitán Herrera, á otra muger y a dos criaturas. Lastima profundamente el alma ver llegar á cada momento las familias que huyeron a los montes, reducidas todas á la mendicidad. Ojalá que todos los pueblos de la República sepan apreciar debidamente y conservar para siempre en su memoria la terrible lección que se les dá con un atentado que no tiene igual en nuestra historia, y ni aun podía sospecharse su ejecución en el siglo que cruzamos".
   "No puedo recomendar á V. S. con especialidad a ninguno de mis subalternos é individuos de tropa; porque todos ellos con igualdad pelearon como héroes, sin que desmayara un solo instante su intrepidez, habiendose hecho acreedores a la gracia del Supremo Gobierno".
   "Entre los edificios incendiados se halla la iglesia del Calvario, parte del Corregimiento, parte del convento parroquial y toda la Administración de rentas con los libros y papeles existentes".
   "Mas tarde informaré a VS. de todo lo demas que vaya averiguando y ocurriendo".
"Dios guarde a VS. muchos años".
         "Huehuetenango, Diciembre 8 de 1869".
                    AQUILINO GOMEZ CALONGE".
  Otra, la de 11 de diciembre:
 "Señor Mayor General del Ejército de la República.
         "En los días transcurridos de la fecha en que di el parte circunstanciado del hecho de armas ocurrido en esta plaza del día 6 al 7 del corriente, se han estado descubriendo otros muchos cadáveres del enemigo, unos hechos cenizas dentro de las casas incendiadas y otros en los barrancos y zanjas á orillas de la poblacion; por manera que a no dudarlo el número de muertos que se les hizo excede de 100 y con los heridos, sus pérdidas a 250, mas bien mas que menos. Tambien se han recogido dos rifles más que son nuevos".
  "Se ha averiguado que la facción al retirarse de Patio de Bolas iba ya reducida á un número como de 300. El 9 á las once de la mañana pasó por el pueblo de Aguacatán, y el mismo día á las seis de la tarde llegó á aquel pueblo la columna que la persigue, al mando del Sr. Coronel D. J. Domingo Morales. Si se le hace una persecución activa, sin necesidad de alcanzarla bastará para concluirla; pues el terror conque se retiró de esta plaza, es indudable que la obligará a dispersarse y abandonar al cabecilla. As¡ es de esperarse de la actividad del Sr. Coronel Morales".
  "El cirujano de esta guarnición, Ldo. Don Mariano Aragón, que di cuenta se habían llevado los facciosos, logró escapárseles en Chiantla: vió sepultar a Ramón Cruz y le hicieron curar las heridas á Rufino Barrios, á José María González, a un Capitán Motta y á cosa de treinta de tropa; habiendo presenciado que había otro mayor número que no se curó. Asegura que Barrios lleva tres balazos en la pierna derecha; Motta, uno de los de mayor confianza de Cruz, va gravemente herido y González con una mano deshecha".
  "Cruz, durante el ataque á esta población, se mantuvo fuera de ella y del alcance de las balas, en una loma sobre la pileta de Tajaguaque, y solo vino por un momento, por, calles escusadas, á casa de las Sras. Rodas; sin que hubiese tenido valor ni para apearse del caballo".
 "Para conocimiento del Supremo Gobierno y del Público, me ha parecido conveniente acompañar adjunta la lista de las casas incendiadas por la horda de salvages que atacó á esta población".
"Dios guarde á VS. muchos años".
           "Huehuetenango, Diciembre 11 de 1869".
                                                       "AQUILINO GOMEZ CALONGE".

jueves, 2 de junio de 2016

XV. CASAS DESTRUIDAS Y SUS DUEÑOS- INCENDIO Y SAQUEO A LA VILLA DE HUEHUETENANGO

 CRUZ Y BARRIOS
INCENDIO Y SAQUEO A LA VILLA DE HUEHUETENANGO
Por el Historiador Huehueteco
ENRIQUE DEL CID FERNANDEZ 
1967 
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 Don Julio Cesar de Garrido y Estrada,Corregidor Titular de Huehuetenango, en cuya ausencia fue incendiada la Villa de Huehuetenango.

XV. CASAS DESTRUIDAS Y SUS DUEÑOS
 
"Relación de las principales casas quemadas por, la facción de Cruz, del 6 al 7 de diciembre en Güegüetenango.
 
2 de D. Bartolomé Sosa.
1 de D. Belisario Santiago.
 1 de D. Pedro Castañeda.
 1 de D. Joaquín Castañeda.
 1 de D. Manuel de León.
1 de D. José María Galindo. 
2. de D,!,,Manuel Ríos.
1 de D Mariano Ovando.
2 de D. David Ríos.
1. de D. Paulino Rivas.
1 de D. Manuel Santiago.
 1 de D. Manuel Herrera.
 1 de D. Elías Herrera.
1 de D. Francisco Valdez.
 1 de D. Fernando Herrera.
 1 de D. Manuel Porres.
 1. de D. José María Rivas.
1 de D. Pedro Ruiz.
2 de D. Mariano Castillo.
3 de D. Nicolas Argueta.
 1 de D. Mariano Avila. 
1 de D. Samuel Herrera. 
1 de D. Aurelio Sosa.
1 de D. Dionisio Monzón
.1 de D. Rosalío Palacios.
1 del Señor Nemecio Martín. 
1 del Señor Justo Martín.
 1 del Señor Victor Rivas.
 1 del Señor Atanasio López. 
1 del Señor Felipe Martín.
1 del Señor Ambrosio Monzón. 
1 del Señor Anselmo Chávez.
1 del Señor Laureano Herrera.
 1 del Señor Francisco Chávez. 
1 del Señor Vicente Galindo.
1 del Señor José María Raimundo. 
1 del Señor Manuel Funes. 
1 del Señor Mariano Pacheco
1 del Señor José Luis Castillo.,
 1 del Señor Serapio Funes. 
1 del Señor Florencio Raimundo.
1 del Señor Diego Funes.
1 del Señor Agustín de León. 
1 del Señor Laureano Martín. 
1 del Señor Cornelio Palacios.  
1 del Señor Juan Rivas.
1 del Señor Bartolomé Villatoro.
 1 del Señor Francisco Herrera.
 1 del Señor Cresencio Chávez.
1 del Señor Pedro Herrera. 
1 del Señor Pedro Castillo. 
1 del Señor Juan Mendez.
 1 del Señor Manuel Funes.
1 del Señor Crisanto Monzón.
1 la Iglesia del Calvario.
2 Dña. Dominga Mont.
1 Dña. Concepción Molina.
1 Dña. Petrona Rivas (esquina de la Plaza).
1 Dña. Trinidad Molina. 
1 Dña. Francisca Meza. 
1 Doña Baltazara Porres.
1 Doña Francisca Cifuentes. 
1 de las Señoras Arríola.
1 de las Señoras Aguayo.
2 de las Sras. Molina.
1 Dña. Gregoria Arqueta.
1 Dña Francisca García de Castañeda.
1 de las Sras. Meza.
1 de la Sra. Longina Ríos.
1 de la Sra. Tiburcia Rivera.
1 de la Sra. Concepción Villatoro.
1 de la Sra. Vicenta Sosa.
1 de la Sra. Rosaura Villatoro. 
1 de la Señorita Isabel N.
1 de la Sra. Margarita Herrera.
 1 de la Sra. María Say.
 1 de la Sra. Benita Martín.
 1 de la Sra. Atiliana Castillo. 
1 de Dña. Serafina Sosa. 
1 de Dña. Sinforosa Aguirre. 
1 del Sr. Joaquín Herrera.
3 de Ambrosio Monzon.
1 Cocina del Corregimiento.
Total 93.
 
Otras muchas casas pequeñas de orillas y fuera de la población
 
                                                          AQUILINO GOMEZ CALONGE".
 
Lic. Don Justo Gavarrete











XVI. INFORME DEL PRESBITERO
 DON JUAN BAUTISTA DE TEHERÁN
 
El Vicario Parroquial don Juan Bautista de Teherán se dirigió por escrito al licenciado don Justo Gavarrete dándole cuenta de los sucesos que le tocó -vivir, y en los cuales se vio expuesto a perder la vida sirviendo —obligadamente— de emisario al propio Cruz e hincándose a sus pies para pedir y suplicarle que suspendiera el incendio del pueblo. La respuesta de Cruz fue tirar de la espada y emprenderla contra los indígenas que negábanse a dar fuego a la Iglesia...
 
Leamos el texto de la carta:
                                                 "Huehuetenango, Dbre. 10 de 1869.
"Sr. Lic. D. Justo Gavarrete.
 
  "Para que se sirva elevarlo al conocimiento de su Señoría Ilustrísima y al muy Ilustre Señor Provisor doy a Usted el parte siguiente: que el dia 6 a las cinco de la mañana las fuerzas del impío Serapio Cruz en numero de 4,000 hombres invadieron a esta poblacion empezando a quemar la iglesia del Calvario y a continuación a todo el pueblo por los cuatro costados, hasta llegar cerca de la plaza, iglesia y casa parroquial; a las seis en punto empezó el tiroteo de fusilería y cañón de una y otra parte; a las ocho ya estaban las casas cerca de la plaza y todo el pueblo quemándose; a estas mismas horas invadieron las fuerzas contrarias a la iglesia pequeña (sitio que ocupa hoy la Escuela Práctica de Niñas) y casa parroquial, lo que hicieron fortín, quemaron mas de tres partes del convento, nos sorprendieron al P. Salazar y a mi, y nos dejaron con solo lo que teníamos puesto, se quemó parte del archivo, varias diligencias matrimoniales que se estaban siguiendo, e igualmente las bulas y todas las providencias del Gobierno Eclesiástico. Nos llevaron los caballos y nos hemos quedado a pié y con solo lo puesto. La poblacion mas de las tres partes fueron reducidas a cenizas en 25 horas que de dia y de noche duró el fuego. Las fuerzas de Cruz ocuparon la Iglesia y convento lo que hicieron fortín para tirarle a las fuerzas del Gobierno que estaban afortinadas en la iglesia vieja y en la plaza. A las 6 de la mañana del siete con la estratagema del toque de campana, porque había una en la iglesia que ocuparon, Cruz levantó el estado de sitio y se retiró para Chiantla, llevándose a su hijo Ramón, muerto, Rufino Barrios herido con 2 balazos (disparados por José María Villatoro, zapatero de oficio que estaba de alta desde el año de 1867), como 40 heridos; 2 oficiales quedaron quemados dentro de las casas y mas de 200 muertos en la poblacion".
 
  "El mismo día 7 a las nueve de la mañana cogieron al jefe principal de Cruz herido en una casa de indios, Evaristo Cano, vecino de Chiantla, quien fue la causa de entrada y venida de Chiapas de Cruz; este se confesó 3 veces y se preparó para bien morir, y lo fusilaron".
 
  "Informo a Usted tambien que a las 11 de la mañana del 6 me mandó llamar Cruz y amenazándome que me fusilaría, si no me presentaba a él porque no le contesté a su nota que adjunto y porquetenía que comunicarme de precision, y en efecto fui en medio de las balas de una y otra fuerza y me comunicó que inmediatamente fuera a decirle al Señor Corregidor y a las fuerzas de la plaza que se rindieran y entregaran las armas y si no que a todos nos iba a quemar y a reducir a carbon:  que iba a quemar las dos iglesias aunque se quemara Cristo. En el acto me hinqué de rodillas a sus piés y le pedí con mil suplicas, que suspendiera el incendio del pueblo y reducirlo a pavezas, y mandó a los indios de Nebaj y Aguacatán que estaban con las cargas de ocote en los hombros, que fueran a prender a las iglesias, y los indios viendome a mi hincado a sus piés no obedecieron, y tiró de la espada y pegó a tres, entonces me levanté y fui a hablarle al Corregidor con bandera blanca en la mano por medio de una y otra fuerza, y me tiraron dos balazos, el uno me quemó la sotana y el otro me pasó cerca del oído derecho y del silbido de la bala estoy un poco sordo; hablé al Corregidor y me contestó que no se rendía, volví a Cruz con la contestación de la plaza y le dije que si quería los cañones y las armas que se acercara a tomarlos y que el Señor Corregidor y toda la fuerza que los entregaría cuando muriera el último soldado, me habló muy mal y me amenazó otra vez con que me iba a fusilar y que volviera a hablarle al Corregidor; y volví y al retirarme de él vino una bala y le mató el caballo, entró la confusión y volví  a la igle sia que ocupaban sus fuerzas y saqué la plata y los libros parroquiales que pude tomar y salvar: a las 7 de la noche salí de la iglesia y por un milagro lo refiero que los Cruces me tiraron 3 tiros y al fin salvé la vida. No puedo dar parte a Ud. circunstanciado del peligro en que nos hemos  visto entre balas, fuego y tigres,entre  quienes nos hemos  hallado el P. Salazar y yo; empero aseguro a Ud. que este pueblo y administración concluyó y que tengo mucho sentimiento de todos los feligreses y de los pueblos anexos, porque todos han auxiliado a Cruz y han desamparado a la Iglesia y a las fuerzas del Gobierno y nos hemos tenido que ir a pedir hospitalidad por Dios a un triste rancho en donde nos hallamos hospedados".
 
  "El Señor Cura de Chiantla me informa que Cruz ha enterrado en aquella Iglesia a su hijo Ramón sin confesíón y haber muerto impenitente, y hoy informo a Ud. que dicho Ramón murió excomulgado porque quemó la Iglesia del Calvario, a María Santísima del Rosario de esta Iglesia y mas de 400 imágenes de este pueblo y yo creo que debe desenterrarse y arrojarle al campo para que se lo coman las fieras".
 
  "Observé en Serapio Cruz, en sus ojos, en su semblante y en las palabras que me dijo que una mano oculta le impulsaba para matar, incendiar, quemar las iglesias y reducir a cenizas este pueblo; y advertí que estaba tan fuera de sí, que se me representó como un Atila —azote de Dios— Suplico a Ud. diga al Ilustrisimo Señor Obispo y muy Ilustre Señor Provisor: que sin pérdida de tiempo vaya a hablar al Excelentísimo Señor Presidente y que le diga mande mil o dos mil hombres más de pericia militar y jefes fieles a su Excelencia y al Supremo Gobierno para que lo persigan por todas direcciones hasta que lo cojan y quemen a Crtz como él a quemado a este pueblo".
 
  "Tambien informará al Excelentísimo Señor Presidente que 220 hombres al frente de ellos el Señor Calonge han peleado y defendido a esta plaza y las armas que tenían en la mano, como los primeros soldados del mundo, y que son dignos desde el primer soldado hasta el último, de premio no de medallas. Los vi pelear, estuve entre ellos".
 
                                                               JUAN BAUTISTA DE TEHERÁN".
 
Aunque el informe del Vicario Parroquial es semejante al del Corregidor Interino, el lector acucioso podrá notar algunas diferencias en la relación de los sucesos.
 XVII. GOMEZ CALONGE ASCENDIDO A TENIENTE CORONEL
 

"El Excelentísimo Sr. Presidente ha expedido hoy el siguiente acuerdo por el Ministerio de la Guerra:
 

Palacio del Gobierno:
Guatemala, Diciembre 13 de 1869.


    Con presencia del parte circunstanciado que ha dado el Capitán don Aquilino Gómez Calonge, Correjidor y Comandante General de Huehuetenango, con fecha 8 del corriente, participando la esforzada resistencia de aquella plaza, que fué atacada el día 6 por el faccioso don Serapio Cruz, quien no obstante haber incendiado aquella población, fué rechazado con considerables pérdidas de su parte.
 
  Por tanto, y deseando el Presidente premiar el mérito y denuedo del Comandante general de aquel Departamento, oficiales y tropa de su guarnición, en Consejo de Ministros ha tenido a bien acordar:
 
  1°. Líbrese en favor del Capitán Gómez Calonge el despacho de Teniente Coronel efectivo de Infantería.
 
 2. Se concede á los demas oficiales que concurrieron a la defensa de la referida plaza, un ascenso efectivo.
 
3 . Se gratifica con un mes de sueldo a los sarjentos, cabos y soldados de la guarnición.
 
                                    Comuníquese. (Rubricado de S. E.). CEREZO".
                                                                      Don Manuel Cerezo 
                                                              Ministro de Hacienda y Guerra
 
 XVIII. AYUDA A LOS DAMNIFICADOS
 
   "Habiendo observado S. E. el Presidente la situación actual de la ciudad de Huehuetenango, en la visita de los departamentos que está haciendo, se ha servido emitir el siguiente acuerdo:
 
   "Con presencia de la solicitud de la Municipalidad de esta cabecera en que pide auxilio del Gobierno para ocurrirá las necesidades de la población, bábramente incendiada y saqueada por Don Serapio Cruz y su gavilla de malhechores, los días seis y siete de diciembre

  último: habiendo examinado los estragos del incendio que redujo a cenizas la parte principal de una de las mejores ciudades de la República, con la circunstancia atroz de haberse destruido de preferencia e intencionalmente las casas situadas fuera del alcance de los fuegos de la bizarra guarnición que defendió la plaza:
 
  Considerando la situación lamentable en que han quedado muchas familias que perdieron cuanto poseían, y atendiendo á que si bien el Gobierno no es responsable de las depredaciones de la facción que acaba de sofocarse, le corresponde, por humanidad, aliviar en lo posible las desgracias acaecidas en esta cabecera y cooperar á la reedificación de las casas incendiadas; por tanto y sin perjuicio de las domas providencias que parezcan oportunas, el Presidente acuerda:
 
1. Se destinan nueve mil pesos de las rentas públicas al socorro de las necesidades mas apremiantes causadas por el incendio y el saqueo de Huehuetenango.
 
24. La suma de mil quinientos pesos que la hermandad de caridad de la capital ha puesto á disposición del Gobierno con laudable espontaneidad, para el propio objeto, se agregará á la que previene el artículo anterior.
 
3 Una Junta compuesta del Correjidor y el Juez de primera Instancia del Departamento, el Padre vicario, el Alcalde 1ero Municipal y el vecino D. Juan García Moreno, á quien se nombra tesorero específico del fondo de socorro, entenderá en su distribución dando oportunamente cuenta de ella.
 
4 . La junta procederá á la mayor brevedad posible y con todo el celo y circunspección que ese benéfico encargo exijo, á formar una lista de las familias que por consecuencia del incendio y saqueo se hallasen en la indigencia ó necesitadas de socorros; anotando el valor de las casas ó bienes perdidos.
 
5. Con presencia de la lista que formaren, asignarán equitativamente a cada uno, el socorro que corresponda, disponiendo los casos y términos en que deba darse en efectivo ó en materiales de construcción, y dando á los interesados boletas firmadas por el Correjidor y el Alcalde en que conste lo que se les hubiere asignado.

  La misma Junta dispondrá el acopio de materiales de construcción que estime necesario para dar en esa forma auxilios á los pobres que tuvieren que reedificar; nombrando una o mas personas que cuiden de ese acopio.
 
7. La presentación de las boletas dará derecho al suministro de los auxilios que expresen, en los términos que ellas designen.
 
8. Cuidará tambien la Junta de la buena inversión de los socorros que se dieren para la reedificación de casas, y en general, de auxiliar al vecindario en la obra importante de reparar las pérdidas materiales de la ciudad. 

9 . A los vecinos de comodidad que emprendiesen la misma reedificación les auxiliará el Corregimiento tomando las medidas mas eficaces á efecto de que no falten jornaleros para los trabajos, y de que puedan haber por su justo precio los materiales de construcción que necesitaren.
 
 Comuníquese, publicándose en la Gaceta Oficial

                               . (Rubricado por S. E.) PALACIO

 Don Tomás de Aquino Samayoa, juntamente con el Co­ronel Evaristo Cano, fueron los hombres de confianza del Ma­riscal Cruz; casi diríamos que incondicionales a sus fines. Don Tomás envió a sus mozos Agustín Pascual y Carlos Xutuc a entregar prudentemente las comunicaciones dirigidas por Cruz al Vicario de la Parroquia, al Alcalde y al Corregidor Interino. (Vale la pena advertir que con el Corregidor no guardaba bue­nas relaciones. Este funcionario hablase negado a aprobar el nombramiento de Teniente de Policía que la Municipalidad de Huehuetenango había hecho recaer en la persona de Aquino Samayoa, por tener conocidos antecedentes de contrabandista).

   En estas comunicaciones don Serapio invitaba y aun amenazaba a Gómez Calonge si no rendía la plaza.

 Al Vicario y al Alcalde conminó para que influyesen en el ánimo del Co­rregidor Interino con el propósito de evitar los desórdenes con­siguientes a la lucha armada, el derramamiento de sangre y la destrucción segura de la villa...

   El texto de las notas fue semejante a otra que enviara años atrás, en 1867, que transcrita dice:

 Del General en Gefe del Ejército Libertador, Mariscal D. Serapio Cruz.

Sr. Alcalde 1ero. de Gueguetenango.

Recomendé a U. á mi salida que todas las armas dis­persas que allí existen se recogieran y se me remitieran inmediatamente y hasta la fecha no he tenido razón alguna.

     Por otra parte observo que ni la autoridad, ni los principales vecinos del lugar quieren ayudarme en nada para favorecer a los pueblos oprimidos.

  Es necesario que reuna U. á los vecinos para que tomen las providencias necesarias para ayudar á la justa causa que defendemos, de no hacerlo, con voluntad, me veré forzado a cambiar mi bondad y rni prudencia, en la dureza que exigen las circunstancias y sacaré, recursos de las personas que están trabajando contra el bien de los pueblos.

  Al recibir ésta, publicará U. un bando para que en el preciso término de cuatro horas se presenten todos los vecinos de ese pueblo aptos para llevar las armas, ad­virtiendo que presentados que sean, serán destruidas las fábricas de Aguardiente y ellos mismos nos deben ayu­dar a destruir las de todos los departamentos de los Altos.

 

Dios G. á U. ms. as.

                               SERAPIO CRUZ".

 

 A continuación algunas medicinas utilizadas:

"1 lametón de bálsamo católico.

3 libras de bálsamo cardeceo.

6 botijuelas de vinagre de Castilla, cada. una de catorce libras.

1 libra de sal de amoníaco.

2 libras tintura anodina.

3 libras de bálsamo del director. 1 libra de gotas amargas.

1 libra espíritu de vitriolo ácido.

3 libras de vino emético.

1 libra de jarabe de claveles.

4 libras de piedra lipe.

4 libras de piedra de alumbre.

2 libras de Bol arménico.

6 libras de polvos absorbentes.

1 libra de alcanfor.

50 emplastos vejigatorios.

3 libras de mostaza.

2 batidores con ungüento sopilativo.

1 balde de lata con pulpa de cafiafistola.

1. balde con flores de sáuco y de borraja,

etc., cte.".


 . Las primeras mujeres en aceptar la protección fueron: Ceferina López, Ramona Castillo, Petrona Castillo, Dionisia Rivera, Leonza Cardona, Manuela Herrera, Mariana Villatoro, Secundina López, Ceferina Martín, Margarita Herrera, María Herrera, Maria Matías López, (¿Y de los Rios?,  Rafaela Díaz, Lucrecia Martín, Mercedes Castillo, etc., etc. Y los siguientes hombres que por su edad o impedimento físico no pudieron empuñar las armas: Pantaleón Palacios, León Ordóñez, Anastacio Alvarado, Guillermo Villatoro, Tomás Villatoro, Feliciano Hernández, Ramón Palacios, Vicente Palacios y Manuel Zea.

 

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