MARÍA IMPRESIONES DE UN LIBRO - (II) Por Justo Sierra

IMPRESIONES DE UN LIBRO DE JORGE ISAACS

 ---Contaba yo siete años cuando regresó mi padre, y desdeñé los juguetes preciosos que me trajo de su viaje, por admirar aquella niña tan bella, tan dulce y sonriente. MARÍA  Tenía nueve años. La cabellera abundante, todavía de color castaño claro, ---el acento con algo de melancólico que no tenían nuestras voces; tal era la imagen que de ella llevé cuando partí de la casa paterna : así estaba en la mañana de aquel triste día, bajo las enredaderas de las ventanas de mi madre.  

 

 

IMPRESIONES DE UN LIBRO DE JORGE ISAACS

JUSTO SIERRA.

París,  Imprenta de Garnier hermanos, 6, calle des Saiats-Pérea.

 Á Ignacio M. Altamirano Nuestro siglo no posee el mismo fatalismo que la antigüedad; el fatus griego tuvo un platillo de la balanza para Agamenón y otro para Ulises. Debió el uno encontrar el puñal en la mano de Glitemnestra, el otro el amor en los castos labios de Penélope.

Entonces podía el hombre virtuoso esperar la felicidad : hoy no; el mundo está entero en el lado de la balanza que inclina al dolor; el otro platillo se ha perdido en lo desconocido, por eso es cada vez más aceptado como lema de nuestro tiempo, el « comamos y bebamos, que mañana hemos de morir ». (En cambio, ustedes bailan y juegan; matan reses y ovejas; comen carne y beben vino. Y dicen: «¡Comamos y bebamos, que mañana moriremos!».Biblia)

 Luchar con el destino, reir de Dios hasta donde se pueda, esta es la divisa de la época, transitoria felizmente, que vamos atravesando.

Sin este signo característico, la novela de Isaacs no

pertenecería á la centuria presente.

Nos separa con dulzura de nuestro mundo convencional, para mostrarnos en las fronteras de la civilización, á la naturaleza admirable con su pompa americana, en las quiebras pintorescas del Cauca ; vigorosa y sin doblez en el labrador de las montañas; dulce y buena en las mujeres; soñadora y apasionada en María; melancólica y ardiente en Efraín .

Sin la forma moderna, este libro nos remonta á las leyendas primitivas, cuando no se había infiltrado veneno en la sangre de los hombres, cuando todavía se amaba, cuando se lloraba todavía

El libro está compuesto de los dos elementos más poéticos de la vida humana : el amor y la muerte.

Es un cuento sencillo, es un idilio campestre en que las lágrimas y las horas se derraman profusamente; nada ha producido la literatura americana de más suave y delicioso. Todos los personajes que rodean á

los dos protagonistas, son tipos de bondad y de virtud. No hay un solo « mal corazón » en aquel templo de amor. Mefistófeles no se atrevería á aparecerse á tanta gente honrada, por eso toma la figura de una ave fúnebre; sus sonrisas son graznidos, en medio de tanto gorjeo, de tanta melodía, de tanta luz