MARÍA
María
Historia real por Jorge Isaacs
"Vente, me decía, ven pronto, ó me moriré sin decirte adiós. Al fin me consienten que te confiese la verdad : hace un año que me mata hora por hora esta enfermedad de que la dicha me curó por unos días.
Si no hubieran interrumpido esa felicidad, yo habría vivido para ti.
''Si vienes... sí vendrás, porque yo tendré fuerza para resistir hasta que te vea ; si vienes hallarás solamente una sombra de tu María; pero esa sombra necesita abrazarte antes de desaparecer. Si no te espero,
si una fuerza más poderosa que mi voluntad me arrastra sin que tú me animes, sin que cierres mis ojos, á Emma le dejaré para que te lo guarde, todo lo que yo sé te será amable :
las trenzas de mis cabellos, el guarda-pelo en donde están los tuyos y los de mi madre, la sortija que pusiste en mi mano en vísperas de irte, y todas tus cartas."Pero ¿á qué afligirte diciéndote todo esto? Si vienes, yo me alentaré ; si vuelvo á oir tu voz, si tus ojos me dicen un solo instante lo que ellos solos sabían decirme, yo viviré y volveré á ser como antes era.
Yo no quiero morirme; yo no puedo morirme y dejarte solo para siempre."
— Acabe usted, me dijo el señor A*** recogiendo la carta de mi padre caida á mis pies. Usted mismo conocerá que no podemos perder tiempo.
Mi padre decía lo que yo habla sabido ya demasiado cruelmente. Los médicos tenían solo una esperanza de salvar á María : la que les hacía conservar
mi regreso. Ante esa necesidad mi padre no vacilaba; ordenaba mi marcha precipitada, y se disculpaba por no haberla dispuesto antes. Dos horas después salí de Londres
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