SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT
La Verdadera Historia del Controversial Presidente de Guatemala
Por JOSEPH ANFUSO Y DAVID SCZEPANSKI
Al confrontar las crisis buscaba orientación en la Biblia, aplicando directamente sus enseñanzas, como en el caso de la Embajada de Brasil.Con frecuencia, al sentirse abrumado por las incesantes presiones de su cargo, por las luchas internas de los grupos y facciones de gobierno y del Ejército, se retiraba a un cuartito separado en donde oraba y.leía la Biblia con sus consejeros y amigos Alvaro Contreras y Francisco Bianchi. En dos ocasiones, junto con otros, miembros de la Iglesia, fueron a la finca presidencial para hacer retiro de ayuno y oración, buscando orientación y refrescamiento espiritual.
Como Presidente, renunció a ciertos abusos de poder de los que sus antecesores habían gozado públicamente. Al llegar al poder había declarado lo siguiente: "El que preside en una nación debe ser un servidor de esa nación".
Tal vez, como algunos han argumentado, como político no fue astuto y sagaz para poder navegar en las traicioneras aguas de la política Latinoamericana. Tal vez su falta de experiencia en los aspectos económicos lo maniató en un momento en que su país se debatía financieramente. Tal vez fue demasiado franco al hablar de su Fe.
Después de su salida, el Pastor Carlos Ramírez dijo lo siguiente: "Una cosa es cierta, Efraín trató con todo su corazón de ser un fiel servidor de su nación y de Dios. Y en muchas cosas tuvo éxito". Esta declaración es difícil de negar.
Cuando se llegó el momento en que Ríos Montt tuvo que dejar el poder, pronunció las mismas palabras que proféticamente había dicho al tomar posesión dieciséis meses antes: "Dios es el único que da y que quita la autoridad". Si fue Dios, como él creía, quien le había dado la presidencia de Guatemala, entonces era también Dios quien permitió que se la quitaran.
-Habrá muchas especulaciones sobre porqué Rios Montt fue colocado tan súbitamente a la cabeza del gobierno de Guatemala para un período de año y medio tan intenso y controversia) y luego, de la misma manera súbita e inesperada, fue retirado. Algunas razones parecerán obvias; otras permanecerán en el misterio. Para muchos que continuarán observando cómo se desenvuelven los acontecimientos en Centro América, la presidencia de Ríos Montt pronto habrá sido relegada a la historia. Pero para aquellos que cuidadosamente sopesan los propósitos de Dios en la vida humana y en el curso de las naciones, la vida de Ríos Montt ofrece un mensaje que puede ser visto, al menos parcialmente, en dos incidentes breves —típicos de su personalidad—sucedidos inmediatamente después del golpe del 8 de Agosto.
Cuando el golpe había terminado y se estaba preparando para dejar la Casa Presidencial, hizo una llamada a la Iglesia "Verbo", en donde sabía que estarían preocupados por él.
"Me quedé tanto como pude", le dijo a su amigo, el anciano James Jankowiak, que le contestó el teléfono. "Pero cuando ví que iba a haber derramamiento de sangre, supe que lo que tenía que hacer era dejar el poder". Ahora estoy limpiando mi escritorio, pero dentro de pocos días regresaré a mi trabajo en la Iglesia".
Era como si supiera que su tiempo en el gobierno había terminado. Ahora podía volver a sus quehaceres en "Verbo" y dejar que Dios le dirigiera desde ahí. En su corazón sentía el deseo de continuar sirviendo a Jesús, como siempre lo había hecho: antes, como administrador de la escuela, luego como Presidente y en seguida como El lo dispusiera.
En tiempos pasados se había sentido frustrado en su intento por llegar al poder. Como soldado había ascendido hasta el puesto de Jefe del Estado Mayor del Ejército, sólo para ser trasladado a Washington. Como político, había sido elegido para Presidente de Guatemala y luego exiliado a Madrid. Ambas experiencias le habían dejado amargura y sed de venganza. Pero ahora, habiendo sufrido tal vez su "derrota" más espectacular, salió de su puesto de Presidente con paz y confianza extraordinarias.
Su sentido de autovaloración, su propósito de ser y su satisfacción personal ya no dependían más de su propia capacidad o logros. En vez de ello, ahora dependían de lo que ALGUIEN había hecho por él dos mil años antes.
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Dos semanas después del golpe del 8 de Agosto, Efraín Ríos Montt, Alvaro Contreras Valladares y Francisco Bianchi regresaron a la Iglesia "Verbo". Durante el servicio de la mañana de ese día domingo, el Pastor Carlos Ramírez les pidió que pasaran al frente de la congregación, en donde habían servido fielmente antes de entrar al gobierno. Al referirse a Efraín dijo que "regresaba un héroe de la Fe". Sonriendo, Ríos Montt dijo con paz en sus palabras: "Los héroes generalmente regresan cubiertos de medallas y condecoraciones. Yo sólo quiero estar cubierto con la Sangre de Cristo". FIN- LIBRO COMPLETO
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