sábado, 3 de septiembre de 2022

6- LA MENTE COMO UN MOLINO-“…CUANDO HUYE SATANÁS” C.S.LOVETT

 “…CUANDO HUYE SATANÁS”

C.S.LOVETT

Covina, California.

1969

 Los hombres pueden construir televisores donde pre­senciemos simultáneamente la acción mundial. ¿No podrá Satanás, con la variedad de recursos espirituales a su alcance, hacerse presente en cada una de nuestras vidas? Puesto que él es el "Príncipe de la potestad del aire," ¿no cree usted que el diablo puede conseguir esto en el mundo espiritual, mejor de lo que los hombres lo puedan hacer, con transistores, en el mundo físico? Hay quienes insisten en que Satanás no puede hacerse presente en más de un lugar al mismo tiempo. Pero esto es imponerle limitaciones que ya no tienen ni LOS MISMOS HOMBRES.

• El ejemplo de la televisión puede ser burdo y mundano pero ayuda a comprender la presencia de Satanás. Si con ser finitos los hombres pueden reproducir presencias al infinito en los hogares, ¿ cuánto más fácil será para "el dios de este mundo" hacérsenos presente a usted y a mí? Sin embargo, me parecería extremoso opinar que nuestro  enemigo sea algo más que una presencia. Note, por favor, que no he dicho que el diablo sea Omnipresente. Sola­mente que se hace presente.

INDICACIONES ESCRITÚRALES

Cuando el Apóstol declara que Satanás es el "dios de este mundo", le concede autoridad teológica. También le adscribe autoridad política sobre la humanidad, al llamarlo "el príncipe de este mundo." Pero cuando lo califica como el "Príncipe de la potestad del aire," está describiendo su dominio espiritual como el espíritu anti­santo, con poder para obrar dentro de las personas. Fíjese si no:

"En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la po­testad del aire, el espíritu que ahora opera EN los hijos de desobediencia" (Ef. 2: 2).

Olvide por un momento que este versículo se refiere a los que no son salvos. Observe solamente la manera como Satanás, el espíritu anti-santo, se las ingenia para gobernar al mundo. ¿Qué clase de príncipe se nos pre­senta aquí? Uno capaz de esclavizar de manera increíble, a las almas libres. El "Príncipe de la potestad  del aire" OPERA EN, DENTRO DE LAS PERSONAS. La fuerza del pasaje está en la palabra "opera." Es sinónima a la que se usa al hablar de la morada de Dios:

"Pues Dios está OPERANDO en vosotros así el querer como el obrar respecto de SU buena voluntad" (Fil. 2: 13 VLA).

Satanás emplea un procedimiento similar para operar en los seres humanos. No veo diferencia en el modo como el Dios del Cielo y el dios de este mundo, alcanzan los corazones de los hombres y realizan en ellos sus respec­tivas ambiciones.

"Mas todas estas cosas (dones) OBRA uno y el mismo Espíritu, repartiendo particularmente a cada uno como quiere" (la. Cor. 12: 11 V-09).

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Así obra también Satanás. Por su espíritu, su presencia inmediata, él "obra" en los humanos de modo que hagan lo que él quiere. Satanás ejecuta su voluntad en los hombres, como Dios obra Su voluntad en aquellos que se lo permiten.

Pero por favor, hermano, no vaya a ofenderse si comparo, lo que usted conoce de la obra del Espíritu Santo, con la capacidad diabólica para influirnos y ma­niobrarnos a su antojo. No digo que las personas sean iguales. Trato de explicar la semejanza que hay en sus métodos. El diablo es un dios, no lo olvide. Opera en el ámbito espiritual. Observa, además, cómo opera el Espíritu Santo en nuestros espíritus para luego imitar y aun duplicar su modo de obrar. Por supuesto que el diablo siempre está tratando de torcer lo bueno para sus fines infernales.

Precisamente porque estoy convencido de la presen­cia de Satanás, es por lo que lo respeto como mi enemigo personal.

COMO ES QUE SATANÁS PUEDE VER

"No hay cosa creada que no sea manifestada en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" (Heb. 4: 13).

Este pasaje habla del ojo de Dios, que todo lo ve. Lo mismo puede decirse del "dios de este mundo." Nada se le escapa. Vale la pena considerar otra vez, cómo los corazones están expuestos a la mirada del diablo:

"Los que oyen el mensaje del reino de los cielos y no lo entienden, son como las semillas que cayeron por el camino: viene el diablo y les quita el mensaje que fue sembrado en su corazón" (Mat. 13: 19 VP).

¿Puede usted imaginar lo que se necesita para poder hacer eso? ¿Notó usted las palabras "no lo entienden"? El diablo no sólo tiene que estar presente sino que, ade­más, tiene que darse cuenta EN EL ENTENDIMIENTO (mente) del que oye la Palabra. ¿Dónde tendrá que estar una persona para que pueda ver los razonamientos (pensamientos) de otra ? ¿Qué habilidad se requiere para hacer esto? La única respuesta es que tanto la mente como el corazón huma­nos están expuestos a la vista de Satanás. ¿Cómo puede enterarse Satanás que alguien no entiende el Evangelio, a menos de que pueda ver los pensamientos como tales? ¡Forzosamente tiene que verlos! Esto significa que la experiencia mental está toda desnuda ante él.

Además, advierta usted que la habilidad de Satanás va más allá. ¡ Tiene también capacidad para ARREBA­TAR LA VERDAD! Cristo dice que el diablo viene y "quita el mensaje que fue sembrado ( es un ladrón ) en su corazón." Con seguridad, usted quiere saber cómo se las ingenia Satanás para hacer esto, y se explicará después. Por ahora, no pierda de vista qué cosa tan más admirable nos ha enseñado el Señor. Falta todavía considerar algo peor. Para eso es necesario que apuntemos lo que dijo Pedro a Ananías:

"¿Por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo?" (Hech. 5: 3).

Piense en las siguientes características asombrosas de Satanás:

1.   Mediante su presencia puede examinar el meca­nismo íntimo de la mente.

2.   La vida intelectual está siempre abierta a su ins­pección.

3.   Tiene poder para arrebatar la Palabra de Dios.

4.   Puede introducir sus propias ideas.

Muy pocos sospechan siquiera el tremendo poderío del enemigo. Y recuerde que aquí el Señor se refiere a "Los que oyen" el mensaje, no a los incrédulos solamente. Todo mundo está incluido. También tome en cuenta que nada de esto sería sin la presencia satánica en nuestra vida pensante.

CAMPO DE BATALLA

Sin duda alguna que la mente es el centro del con­flicto en que estamos. Si Satanás puede evitar que los cristianos guarden la Palabra de Dios en la mente, entonces han perdido la principal arma contra el diablo. Si él consigue que la corriente pensante circule solamente entre la basura y la banalidad actuales, inutilizará la mente como instrumento del Espíritu Santo. Puesto que puede inyectar ideas, le es muy fácil producir el vaga­bundeo mental. Toda clase de imaginaciones y ocurren­cias, cercan entonces a ese canal del Espíritu de Dios, que es la mente humana. ¿No es fácil entender, pues, la gran preocupación de San Pedro cuando recomendaba específicamente: "Ceñid los lomos de vuestro entendi­miento" (1a. Ped. 1: 13). Porque el entendimiento debe estar siempre presto a movilizarse. El adversario no duerme, listo a implantar ideas en menos tiempo de lo que tarda una bala para salir del arma. Así que, "Sed sobrios," advierte el Apóstol, "y velad; porque vuestroadversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (la. Ped. 5: 8).'

Las mentes de los incrédulos son guiadas a dioses Auto-fabricados, como sustitutos del Dios Verdadero. A los cristianos, los modela de tal manera que ocupen en cosas materiales el tiempo que corresponde al Señor. Preocupados en los afanes de este mundo, su vida de obe­diencia al Evangelio queda inservible, su galardón eterno se arruina y se olvida de que el Día del Juicio se acerca. ¿Todavía duda de que el diablo sea tan poderoso así? contéstese estas preguntas:

1.   En algún sentido, ¿me falta poco para llegar a ser lo que debo ser en Cristo?

2.   ¿Estoy lejos de poder llevar cada pensamiento cautivo a Cristo?

3.   ¿Me importa más la lucha por la vida y la manutención de la familia que hacer "tesoros en los cielos?

4.   ¿Peso cuidadosamente todo lo que digo o hago, tomando en cuenta que compareceré ante el Tribunal de Cristo?

5.    ¿Me preparo concientemente para vivir toda la eternidad con un Dios que es Santo?

6.   ¿Vivo hoy como si mi futuro dependiera de que admi­nistre fielmente esta vida?

7.   ¿Qué he hecho en este día intencionalmente para llegar a ser más como Cristo?

, Como león rugiente. Esta metáfora no debe interpretarse como que Satanás hace mucho   ruido para atacar su presa. Los pasos del león son quietos y furtivos. Su rugido se oye sólo cuando tiene segura a su víctima o cuando está a punto de aatraprla (Burder: "Costumbres Orientales"; Vol. II, p. 432, y, Berchart: Vol. 11, 1, 729). LOS TRES TIEMPOS DE LA SALVACION

Una jovencita del Ejército de Salvación detuvo a cierto clérigo famoso que caminaba por la calle.

"Señor," lo interpeló, "¿Es usted salvo?" La contes­tación le cayó de sorpresa.

"A veces sí, seguro, pero todavía no." Ella no quiso quedarse con la duda.

"¿Qué quiere usted decir con eso?", le replicó al pastor.

"Pues mire. Si su pregunta es sobre la CULPA del pecado, soy salvo. Si me pregunta sobre el PODER del pecado, todo lo que puedo decirle es que sólo algunas veces soy salvo. Ahora que, si se trata de la PRESENCIA del pecado, definitivamente no soy salvo."

El ministro hizo gala de una teología muy bien fun­dada. Estaba hablando de los tres tiempos de la salvación cristiana. Un tiempo que mira atrás, a la Cruz, donde quedó liquidada la CULPA del pecado. Otro tiempo que mira al "aquí y ahora", se refiere al PODER del pecado en nuestra vida diaria. El tercer tiempo avisora al mo­mento en que seremos libertados de la PRESENCIA del pecado. Para entender correctamente el proceso de la salvación hay que distinguir siempre entre estos tres tiempos.

Tiempo pasado: ya hemos sido librados de la culpa del pecado.

Tiempo presente: estamos siendo librados ahora del poder del pecado.

Tiempo futuro: seremos librados de la presencia del pecado.

·         El pasado quedó ya liquidado. Satanás no puede hacer nada con la CULPA del pecado en la vida del cristiano. Cuando cantamos que "Todo fue Pagado ya" proclama­mos gran verdad de que Cristo llevó en sí mismo la CULPA del pecado. Esta culpa es la que manda gente al infierno. Culpa implica castigo. Cuando los cristianos hablamos de haber sido salvos, por lo general hablamos en tiempo pasado. Fuimos librados de la culpa del pecado y eso nadie puede arrebatárnoslo.

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 El tiempo presente de la salvación es algo distinto. Puesto que el poder del pecado continúa, allí radica el dominio que Satanás tiene sobre nosotros. ¿ Quiere decir que no hemos sido perdonados? Desde luego que sí. El pecado no puede ya mandarnos al infierno, pero eso no acaba con nuestros deseos malvados. Estamos propensos al mal porque está entretejido en la urdimbre y contex­tura de la humanidad. Esa inclinación al mal, mezclada en la estructura social misma, es la que otorga a Satanás tanto poderío. Sin tal inclinación, el diablo sería impo­tente pues sus insinuaciones caerían en oídos sordos.

Al pecador le gusta pecar. Si las sugestiones satá­nicas encuentran tan buena acogida, eso es porque ceban los deseos pecaminosos del hombre. Lo que da valor a la tentación es que en los hombres hay apetitos tentables. Si los hombres odiaran al pecado, Satanás carecería de todo poder. La tentación existe porque tenemos en nues­tros miembros carnales los deseos pecaminosos.

·         Luego viene el tiempo futuro de la salvación. Sucederá cuando desechemos este cuerpo mortal y sus tendencias pecaminosas. Pablo le llama "Cuerpo de muerte" (Rom. 7: 24). Dios mediante, un día dejaremos estos cuerpos y entonces pasará a la historia la presencia del pecado. Satanás será desterrado de nosotros para siempre. Pero aun si no lo fuera, en nosotros no habría nada que le parecería atractivo. En aquel día, el anhelo TOTAL de nuestro ser será por Cristo solamente. Esa salvación del futuro es la bendita esperanza que todos disfrutamos ya realizada.

PERO POR AHORA

Nos interesa el estado presente. Estamos vivos hoy. La presencia del pecado nos agobia y sólo poseemos el tiempo presente de la salvación. Sentimos y nos disgus­ta el poder del pecado. Estamos en guerra y las guerras se ganan o se pierden. Una de dos.

Por eso es importante que Ud. haga bien las dife­rencias. Cuando hablo de la derrota del cristiano, no me refiero al tiempo pasado de la salvación. Me refiero al fracaso presente del cristiano para resistir y hacer huir al diablo. Perder ante Satanás significa que él do­mina una vida, no que se ha perdido el cielo. Es suma­mente importante recordar esta diferencia. Muchos "na­cidos de nuevo" están todavía bajo el PODER del pecado. Han nacido de nuevo porque ya fueron librados de la CULPA del pecado.

Supongo que usted es ya salvo. Que ha entregado su corazón al Señor. Pero Satanás, que ha perdido más de un corazón para Cristo, se las arregla para conservar la mente del creyente. Por esto he mencionado que hay tres tiempos en la salvación. Muchos cristianos adquieren "nuevo corazón" al convertirse, pero conservan su anti­gua cabeza.(mente) Hay quienes vienen a Cristo esperando que, con eso, "se acabó la lucha." Cuando aceptan la invitación del evangelista y hacen su decisión por Cristo, se agregan a la familia cristiana. Sienten que terminó la LUCHA CONTRA DIOS y se ha firmado la paz.

Pero sigue pendiente la lucha CONTRA EL DIABLO. Satanás no siente mucha preocupación por quienes duer­men en sus brazos. Pero, cuando alguien despierta en Cristo, entonces suena el clarín de guerra. Muchos que pensaron que había terminado el conflicto, son severa­mente sacudidos cuando descubren que ahora tienen NUE­VO CONFLICTO entre manos. Se les dijo : "¡ Ven a Cristo y todo saldrá bien!" Sólo que venir a Cristo es como darse de alta en el ejército. ¡El pueblo de Dios se compone de hijos-SOLDADOS!

Cuando alguien viene a Cristo, de inmediato provoca una movilización a gran escala en las fuerzas malignas. Comienza la batalla para controlar su pensamiento. La vida nueva requiere una mente disciplinada. Dios espera un cambio absoluto de mente. "Tengan entre ustedes la misma manera de pensar que tuvo Cristo Jesús" (Fil. 2: 5 VP). Para evitarlo, Satanás pone en acción un tremendo asalto de sugestiones. Lo que menos desea que exista es una mente cambiada, porque eso produce la vida cam­biada.

"Y renovaos en el espíritu de vuestra mente" (EL 4: 23).

¿Se acuerda del versículo? A Satanás le disgusta per­der un solo corazón. Pero si consigue adherirse a la mente de un cristiano, se siente inmensamente feliz. El objetivo de su furiosa lucha demónica, es someter al pueblo de Dios mediante el poder de sugestión. Multitudes de quie­nes se han entregado a Cristo, permiten que Satanás siga dominándolos después de su conversión. No conocen los ardides del diablo y siguen lastimosamente bajo su domi­nio, hasta que se deciden a combatirlo. Muchos hermanos cantan "Firmes y Adelante" sin considerar que, más que un himno, ¡es un grito de guerra! ¿Cuántos cristianos saben que es necesario que "ESCAPEN del lazo del dia­blo?" (2a. Tim. 2: 26).

LA MENTE COMO UN MOLINO

A todo lo largo de las costas del Mar del Norte, pue­den verse molinos de viento. Los gigantescos abanicos giran a impulsos de una brisa constante, manteniendo en rotación perpetua las grandes piedras de molino que están en el interior. Las piedras producirán harina mientras se les surta grano. Si no, de todas maneras siguen rodando. Siempre están listas a moler lo que usted les brinde.

La mente es molino que no para. Aliméntele pensa­mientos de Cristo y producirá Su imagen. Expóngala a la Palabra de Dios y la mente producirá una persona en constante ascenso. El cristiano renueva su vida si man­tiene la mente siempre ocupada en las cosas del Señor. Igualmente, si usted surte el molino mental con pensa­mientos mundanos, usted se hará mundano. Si el molino sólo muele siempre COSAS, la persona permanece estan­cada. Si usted quiere olvidarse rápidamente de Cristo, concrétese a pensar sólo en usted mismo.

El creyente que descuida al molino mental, siempre encontrará que hay un adversario listo a surtírselo. Sa­tanás cuenta con almacén inagotable de SUGESTIONES para la vida pensante. Con ellas nos domina. Sabe que no puede tocarnos la VOLUNTAD, pero busca lo que pueda INFLUIR LA VOLUNTAD. La -mente influye tan­to la voluntad que, por eso, se dice que el hombre es producto de lo que piensa. A esto se refiere el Espíritu Santo cuando comenta que "Cual es su pensamiento en su corazón, tal es él." El poder satánico abrumará al cristiano mientras permita que el diablo le alimente el molino mental.

·         No crea usted que el dominio satánico produzca una vida de pecado repulsivo. A veces es todo lo contrario. Controlado por Satanás, el cristiano podrá tener una vida moral intachable pero será siempre una vida desperdi­ciada. Al diablo no le importa si tiene que valerse de cosas como el dinero o la bebida. Lo que le interesa es conseguir que la vida resulte inútil para Cristo. Todo medio es bueno para conseguir sus fines, incluyendo la RELIGION, si deshace la vida en Cristo. ¿Recuerda usted que cuando "Creó Dios los cielos y la tierra," luego VINO A SER desordenada y vacía? Ese es el procedimiento favorito de Satanás: barrenar lo bueno para convertirlo en desperdicio. Y así es como atormenta el corazón de Dios: convirtiéndonos en vidas de desecho.

Quedamos, pues, en que un cristiano dirigido por Satanás (satanizado) tiene como característica sobre­saliente una VIDA SIN CAMBIO. Será muy decente, asistirá a la iglesia y participará en ella; será muy sociable y un padre modelo pero no cambia. Se le respeta como cristiano, pero deja pasar las horas sin preocuparse en los planes que tenga Dios para él. Jamás reflexiona en que, para formar en sí mismo la imagen de Cristo, tiene que exprimir al máximo las posibilidades que le ofrece cada día. En lugar de buscar nuevas técnicas para pro­clamar al Señor, se conforma con buscar lo suyo propio. De estos cristianos se puede decir que son "buenas per­sonas" o gente piadosa, pero no que se transforman diariamente a imagen de Cristo.

 

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