lunes, 12 de septiembre de 2022

PREGUNTAS/LECTORES/“…CUANDO HUYE SATANÁS” C.S.LOVETT

 Preguntas al autor…

Hechas por lectores de

“CUANDO HUYE SATANÁS”

En su libro usted dice "Olvídese de la demo­nología." ¿Acaso los demonios son menos reales o importantes?

RESPUESTA: Son reales e importantes. Su maligna presencia afli­ge a muchas vidas. Cuando pido que se olvide de ellos es para poder concentrarnos en satanología. Este libro se refiere al diablo, no a los demonios. Haciendo la diferencia creo que se contribuiría algo. Satanología y demonología deben tratarse como ciencias separadas porque tienen una diferencia muy significativa:

A la satanología le interesa RESISTIR ATAQUES contra la propia persona.

A la demonología le interesa ECHAR FUERA seres parasitados en alguien más.

Es obvia la diferencia que hay entre resistir ataques contra uno mismo y expulsar entes que poseen a otra persona. Por eso debe separárseles y tratárseles de manera diferente; requieren habilidades diferentes. Infortunadamente, en la actualidad hay muchos que confunden demonología con satanología. Mencione al diablo e inmediatamente piensan en posesión demoníaca. Eso sim­plemente carece de validez. Los ataques satánicos deben RECHA­ZARSE mientras que los demonios deben DESALOJARSE. Repe­ler y desalojar son funciones diferentes que, espero, baste con mencionarlas para apreciar la diferencia.

Los evangelios presentan consistentemente a los endemoniados como VICTIMAS INDEFENSAS. En cada caso los demonios viven en la persona y la controlan. No así con los tentados pues Satanás está TRATANDO DE OBTENER control sobre ellos. El Nuevo Testamento presenta ejemplos de víctimas de los demo­nios. No se les considera malvados sino ENFERMOS. En conse­cuencia, la demonología atiende al tratamiento de enfermos; de quienes sufren condiciones patológicas. Satanología es para los sanos y provee medios para evitar aquella enfermedad. Es evi­dente que la mayoría de cristianos cabe en esta última categoría.

El libro es "Cuando Huye Satanás" no "Cuando Huyen los Demonios". Este podría ser el título de otra obra. Con toda inten­ción he separado la habilidad para DEFENDERSE UNO MIS­MO de Satanás de la que se necesita para EXPULSAR demonios que residen en otra persona. La habilidad anti-satánica es sencilla y se adquiere prontamente. Puede aplicarse mientras se lee el libro. Pero echar fuera demonios es difícil. No es riesgoso pero requiere tremenda fe. No hay muchos con este ministerio bendito. La tarea es cuesta arriba y los resultados jamás se acercan a los que les gustaría alcanzar. Por otra parte, aun los niños pueden ser entrenados en resistencia al diablo. No hay peligro y pueden experimentar resultados maravillosos inmediatamente.

En buena hora que los cristianos aprendan demonología pero confío en que cada lector de este libro haga la distinción entre demonología y satanología.

2>. ¿Hay muchos poseídos por los demonios?

CONTESTACION: Son minoría en tierras cristianas. Normal­mente están recluidos y así debe ser. Posesión demoníaca signi­fica control demoníaco y los demonios son por naturaleza amar­gados, destructores, morbosos, odiosos y crueles. Convierten a sus posesos en gente peligrosa; en amenazas para la sociedad. Hay que aislarlos. La característica principal del endemoniado es el gran daño que se aplica a sí mismo y a los demás.

Los casos del Nuevo Testamento parecen ir acompañados de insania y epilepsia. En consecuencia es posible diagnosticar como sicóticos a los endemoniados. Sin embargo, es posible diferen­ciarlos de otros enfermos mentales por esa extraña aureola que los rodea. Parecen irreales y bien que lo son pues están habitados por ciudadanos de otro mundo. Quien somete su voluntad a la de los demonios, de modo que ejerzan dominio total sobre él (o ella), se ha convertido en máquina destructiva. Aunque si vemos al demonio gadareno (Marcos S: 1-20), los demonios que lo po­seían fueron incapaces de matarlo o empujarlo al suicidio.

La posesión demoníaca es más común en regiones de ignorancia y superstición. No tanto donde, al menos, se reconoce el HECHO de Dios. Pero donde la gente adora lo que teme, la superstición guía a ESTADOS DE ADORACION que a su vez la hace víctima fácil de Satanás. Satanás conquista, invade la persona. Entonces los demonios permanecen como tropas de ocupación para Satanás. Misioneros e investigadores han detallado casos extraordinarios en tierras paganas.*

Recuerde que Satanás puede producir enfermedades mentales y físicas POR SUGESTION y que mucho de lo que se llama posesión demoníaca no lo es. Se trata solamente de padecimiento y enfermedad, no de posesión. Posesión significa rendir la voluntad; la enfermedad requiere sólo la aprobación de la voluntad. Muchos sufren enfermedades y enfermedades muy serias entre el pueblo de Dios, pero no están poseídos de demonios. Son víctimas de suges­tiones satánicas. Mientras que entre nosotros hay pocos casos de posesión satánica quienes padecen enfermedades debidas a su­gestión satánica alcanzan tal vez el 80%, de la población total. Los médicos admiten que la mayoría de sus pacientes no tienen enfer­medad de origen orgánico.

¿Puede Satanás atacar directamente el cuerpo del cristiano?

CONTESTACION: No. No le está permitido tocarnos pero puede provocar a otros contra nosotros. Como usted recordará, la matanza de inocentes ordenada por Herodes fue de este tipo. Y en el caso de Job se trató de un permiso muy especial (Job 2: 6). Satanás es un sér espiritual y en consecuencia está confinado a la esfera espiritual. Su poder se limita al de la sugestión. Nuestra imagina­ción es el punto de convergencia de ambas esferas. Pero aun así, NUESTRA VOLUNTAD ha de aprobar toda sugestión ya venga del Espíritu Santo o del espíritu anti-santo. Por esto no puede haber posesión si antes no hay autorización de la persona.

(* Moody Press ha publicado un libro barato sobre experiencias demoníacas en muchas regiones. Puede ser buena fuente de información sobre este fascinante tema y podría ayudar a discernir la diferencia entre el daño causado por ataques satá­nicos y los que resultan de la posesión satánica. )

Cuando aceptamos sugestiones satánicas recibimos perjuicio. No sólo nos pueden conducir a la maldad sino también dañarnos físicamente. La enfermedad puede producirse por sugestiones. Dentro de la mente humana existen fuerzas muy potentes. Se calcula que el sér humano sólo usa el 5% de su capacidad mental. La mayoría de nuestras funciones fisiológicas están controladas inconsciente­mente por nuestro SISTEMA NERVIOSO AUTONOMO. El mismo que controla respiración, digestión, circulación, movimientos musculares y la mayoría de nuestros órganos y, a su vez, está dirigido por el centro de control mental inconsciente.

Lance una idea destructora a este centro y su efecto dañino aparecerá en el cuerpo. Algunas ideas satánicas LAS ACEPTAMOS y mucho del perjuicio que sufrimos ocurre con permiso nuestro. No puede perjudicarnos a menos de que se lo permitamos; pero con cuanta frecuencia caemos víctimas de sus sugestiones. Estas apelan a nuestras pasiones y debilidades, gustos y repulsiones. Somos vul­nerables. Algunas sugestiones diabólicas lastiman el alma y se manifiestan corporalmente. Es imposible entrar en más detalles aquí pero basta con recordar que somos títeres del diablo hasta que aprendemos COMO usa él nuestros deseos naturales para explotar nuestras flaquezas. Pocos sospechan que el mismo diablo que toleran en su pensamiento puede enfermarles el cuerpo. El sér humano es producto de su pensamiento.

Por eso debemos poner nuestra "mira en las cosas de arriba" (Col. 3: 2) y, con Pablo, "todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable... en esto pensad" (Fil. 4: 8).

No basta con decir a Satanás que se vaya; necesitamos man­tener ocupadas nuestras mentes en lo que contribuye a la salud mental. Lo más saludable que yo conozco es vivir momento a mo­mento en comunión con Cristo.

Repito, nada hay que temer del diablo en términos de ataque físico. No le está permitido encarnar a lo físico para afligirnos corporalmente. Pero como usted lo habrá visto, tampoco necesita hacerlo. Guardemos nuestras mentes y corazones porque en ellos reside el territorio físico y espiritual donde podemos ser perjudicados.

4- "Usted no hizo mucha referencia a la ar­madura que se cita en Efesios 6. ¿Acaso piensa usted que esas armas carecen de importancia en nuestra lucha contra Satanás?

CONTESTACION: En verdad no. Son indispensables. Se han hecho incontables comentarios de esos versículos. Cabe, sin em­bargo uno más. Lo más urgente de esas armas (Vgr. fe, verdad, justicia, etc.,) es que todas ellas son equipo MENTAL. Una cosa es hacer atractivas descripciones y comparaciones del equipo de guerra romano y otra muy distinta es verlo como necesidades en la vida mental del creyente. Si usted atiende a Pablo, verá que la lucha mental es real:

"Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino pode­rosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando ar­gumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo TODO PENSAMIENTO a la obe­diencia de Cristo" (2a. Cor. 10: 4-5).

"Cuando Huye Satanás" enfatiza la resistencia del creyente, LO QUE HA DE HACER CON SATANÁS. Puesto que se trata de RESISTENCIA ACTIVA, nuestro interés se enfoca primordial­mente en el arma de la acción. La única ARMA AGRESIVA que se menciona en Efesios 6 es... "la espada del espíritu, que es la palabra de Dios" (v. 17).

La espada se hizo para matar, herir y destruir. Está claro que no ha de usarse contra Dios. Ni Dios ni las almas perdidas son enemigos del cristiano. Hay una sola persona contra la cual debe usarse la Palabra como arma: SATANAS. El objetivo de mi libro es capacitar cristianos para usar la Palabra de Dios como arma. Esto es novedad para muchos. Por lo general, los hermanos han oído bastantes enseñanzas sobre fe, verdad, justicia, etc., y si así no fuera, muchos nobles expositores de la Palabra lo han hecho bella­mente. Este libro tiene sólo un propósito ... acción anti-satánica ... y por ello la ESPADA requiere nuestra atención. Es la UNICA arma agresiva del cristiano.

¿Es cierto que basta con pronunciar ritualmente el nombre de Jesús para conseguir efectos mágicos sobre Satanás o sus demo­nios?

CONTESTACION: Hay quienes creen que la recitación del nom­bre de Jesús o de ciertas expresiones bíblicas, conjura un poder místico que hace huir a Satanás. Algunos hasta reprenden al diablo mientras repiten el nombre de "Jesús", como una fórmula, y recitan la expresión "la sangre de Cristo", como si las palabras poseyeran magia en sí mismas. Pero no es así. El empleo de FORMULAS para correr al diablo o sus demonios es práctica moderna de supers­tición. Si se ahuyentara a Satanás o se echaran fuera demonios a base de fórmulas, todos los hospitales quedarían vacíos en un día. Y los cristianos vivirían sin problemas. Mas nada de eso sucede.

En Hechos 19: 13 se registra que varios exorcistas judíos presen­ciaron las curaciones milagrosas que Pablo hizo en el nombre de Jesús. Trataron de conseguir los mismos resultados empleando RITUALMENTE la palabra "Jesús". La fórmula era literalmente perfecta pero carecía de poder. Puesto que eran inconscientes de la presencia de Cristo en ellos, tampoco podían obrar con Su poder. El espíritu malo no fue expulsado y sí movió a su víctima para que saltara sobre los hijos de Esceva y los despachara heridos y desnudos.

El incidente bíblico demuestra que el exorcismo de los demonios es asunto de fe en Jesucristo y de ACCION en tal fe. Sólo fe y obediencia; no rito o rezo. El poder espiritual se manifiesta cuando uno se comporta como siervo de Cristo y NO COMO TENIENDO PODER EN UNO MISMO. En consecuencia, lo que usamos es el poder de Su PRESENCIA en nosotros y no el de la palabra "Jesús". Es algo muy diferente.

Cuando Cristo nos invita a realizar grandes cosas en Su Nombre, no nos extiende una FORMULA sino Su AUTORIDAD. Estamos autorizados NOSOTROS MISMOS para obrar en el poder del Espíritu Santo. Se trata de actuar con poder, no de recitar palabras mágicas. Por ejemplo, estamos autorizados para ir directamente con nuestras peticiones en oración. Lo importante es que VAMOS, PEDIMOS, porque tenemos autoridad para hacerlo. Orar en nombre de Cristo no es fórmula que termina con la palabra "Jesús" sino privilegio que ejercemos.

Lo mismo se aplica a la resistencia anti-satánica. NOSOTROS OBRAMOS pero nuestra AUTORIDAD es el nombre de Jesús. Nuestro PODER es el Espíritu Santo, nuestra ARMA la Palabra de Dios y nuestra GARANTIA de victoria es la sangre de Cristo derramada en la cruz. Sobre la base de esta sangre Satanás es un enemigo que está YA derrotado. Así que no la invocamos, ni la rezamos, ni siquiera la usamos; tenemos la victoria A CAUSA DE ELLA. La resistencia a Satanás SOBRE LA BASE DE LA SANGRE DE CRISTO implica que tenemos el triunfo asegurado SI USAMOS LA ESPADA DEL ESPIRITU.

Cuando empleo "en Nombre de Cristo" en mi propio diálogo-ataque, no lo hago como arma o fórmula ni como encantamiento para espantar espíritus malignos. Sólo me sirve para recordar que Satanás no tiene miedo de mí. Representa mi inutilidad aparte de Cristo, me advierte contra orgullo necio y requiere absoluta de­pendencia en el Espíritu Santo al lanzar la Palabra contra Satanás. Es una declaración de que SOLO EN CRISTO hay victoria o liberación.

Sugiero que se emplee la frase "en Nombre de Jesús" en las primeras escaramuzas y cuando comienza a ejercitarse la habilidad anti-satánica. No sólo nos recuerda que dependemos de Cristo sino que también nos da confianza. Se siente bien cuando se tiene Su Nombre en los labios mientras nos enfrentamos al adversario. Pro­duce seguridad. Pero con el tiempo, tal vez entre 3 y 6 meses, estaría bueno abandonar la frase o, al menos, proponerse NO usarla cada vez. Lo cual prevendrá a usted contra dejarla degenerar en supuesta fórmula mágica o de encantamiento.

"Se me hace difícil aceptar que Satanás pueda leer mi mente, que esté presente en mis pensamientos".

CONTESTACION: Por tanto, usted no se tomará la molestia de resistirlo. Se hallará usted resistiendo la tentación y no al tentador. Lo cual resulta asombroso si no es que futil para la mayoría de nosotros. La Biblia aclara que Satanás es "dios de este mundo", con poder para CEGAR mentes. Quien ciega mentes puede también LEERLAS pues si no ¿cómo podría estorbar el pensamien­to? (2a. Cor. 4: 4).

Cristo aclaró esto muy bien: "Cuando alguien oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón(=pensamiento, mente)" (Mts. 13: 19).

¿Cómo se hace esto? ¿Dónde hay que ESTAR y qué es lo que hay que VER para saber lo que usted NO ENTIENDE? ¿Acaso su entendimiento no es la vida pensante? Satanás tiene que ser capaz de ANALIZAR el pensamiento para poder saber CUANDO Y QUE es lo que usted no entiende. Jesús agrega que además es capaz de arrebatar la Palabra de Dios de la mente humana. Para hacerlo necesita ver lo que está sucediendo en la mente y sólo lo consigue porque está precisamente allí, PRESENTE.

Ananías y Safira eran cristianos pero Satanás conocía en qué flaqueaban. Les sugirió que se reservaran parte del dinero y les aseguró que nadie lo sabría. Así habría resultado si el Espíritu no hubiera revelado la verdad. ¿Cómo es que Satanás supo lo que pensaban? ¿Qué tan bien conocía la naturaleza avara de ellos? ¿Có­mo consiguió que llegaran a esa decisión? Sólo porque estaba pre­sente y listo para sembrar dicha sugestión en sus mentes. Pedro entendió el Proceso mental: "¿POR QUE LLENO SATANÁS TU CORAZON?(=mente, pensamientos)" ¿Pero quién era culpable? "¿Por qué pusiste esto en tu corazón?" Se reconoce como algo que ellos concibieron ma­nipulados por Satanás (Hechos 5: 1-4).

Satanás puede hacerlo pues tiene acceso a los mismos procesos mentales humanos de que disfruta el Espíritu Santo. Puede guiarnos y movernos tan definidamente como el Espíritu de Dios. No sólo contempla lo que pensamos e imaginamos sino que también agrega sus propias ideas, arrebata la verdad y ciega las mentes. Afortuna­damente es incapaz de hacer algo contra nuestra voluntad. Esto mismo es lo que nos hace responsables de lo que suceda, en última instancia.

CUIDADO: No permita que la teología debilite el respeto que se merece el enemigo. Si usted cree que yo concedo demasiado poder a Satanás, no por eso vaya al extremo de considerarse inmune a su influencia. Algunas ideas teológicas podrían con­vertirnos en presa fácil si no consideramos propiamente a Sa­tanás.—Creo sumamente riesgoso menospreciar sus poderes por debajo de lo que los versículos citados indican. Si hemos de errar, hagámoslo SOBRE SEGURO, sobre-estimando al enemigo. Al menos eso es lo que hacen los estrategas militares. Sería desastroso menospreciar el poderío satánico. Por tanto, no per­mita que alguna interpretación teológica conduzca a usted a dar por inexistente la habilidad que tiene Satanás para alcanzarnos con sus sugestiones.

¿Tiene poder Satanás para ver nuestros planes defensivos y para tratar de echarlos abajo?

CONTESTACION: Sí. Puesto que la mente `humana está abierta para él, puede observar todas nuestras preparaciones y poner en marcha sus propios planes para anularlas. Pero recuerde que sólo puede atacar por sugestión. Lo cual podría inclinar a que el lector dijera: "Yo no necesito nada de esto. Estoy amparado en Cristo y Satanás no puede tocarme." O el tentador podría plantar la idea: "¿Por qué habría de fijarse el diablo en alguien tan insignificante como yo?" Usted sabe cuáles serán las consecuencias de pensar así. Al no prepararse, el cristiano seguirá las sugestiones diabólicas de no preocuparse por adquirir herramientas anti-satánicas.

Tal vez se preguntaría: "¿Debilita nuestra resistencia el hecho de que vea nuestros planes defensivos y que el diablo sepa que usaremos la Palabra de Dios como arma?" NO. El que Satanás lea nuestros planes no significa que la Palabra de Dios pierda efecti­vidad. No se anula un arma sólo porque el enemigo la contempla. Hay la posibilidad de que Satanás deje en paz al cristiano prepa­rado. Ni a él le gusta enfrentarse con un "pistolero profesional". Aunque el espionaje comunista conozca nuestros planes no por ello desarma nuestros proyectiles.

El peligro no está en el poder diabólico de ver nuestros prepa­rativos sino en nuestra vigilancia descuidada. Somos vulnerables cuando nos distraemos, cuando nos absorben los negocios o cuando reaccionamos ante lo desagradable. Nuestros preparativos son en vano cuando bajamos la guardia. La ventaja de Satanás estriba en que siempre asecha por los momentos cuando nos descuidamos.

No olvide que Satanás está limitado al uso de la sugestión. Que sepa nuestros planes no es verdadera ventaja porque no afecta para nada el poder de Dios. Pero conoce nuestras debilidades y sabe cuándo atacar. Esa es su verdadera ventaja. Aun así, cada sugestión que deposita en la mente debe ser aprobada por nuestra voluntad. Jamás somos víctimas involuntarias del diablo.

¿Un estudio como éste, no ocasionaría preo­cupación por el diablo?

CONTESTACION: Temporalmente sí y así debe ser. Cada vez que aprendemos algo nuevo hay un período de preocupación mien­tras aprendemos. Eso pasa al entrenarse para ganar almas. Quienes estudian profecía tienen que frenarse para evitar el convertirse en anunciador de acontecimientos a plazo fijo. Quienes estudian idiomas se pasan el día en profunda concentración, memorizando vocabularios. Usted no se atrevería a volar un avión sin antes haberse preocupado por aprender a fondo su manejo. Lo mismo"¿Puede el lector de este libro comenzar a resistir a Satanás y esperar resultados in­mediatos?" para manejar un automóvil, pero la preocupación disminuye con la experiencia del manejo.

Otro tanto puede decirse del aprendizaje anti-satánico. Hay un intervalo de preocupación mientras nos familiarizamos con nuestra victoria en Cristo. Es algo muy emocionante, novedoso y cierta­mente agotante. La vida entera se transforma a medida que el poder de la Palabra de Dios adquiere nueva dimensión.

Pero no dura mucho. Una vez entrenado, la satanología pasa a ocupar un lugar normal en la vida. Es como caminar: una vez que usted aprende no se preocupa con el movimiento de sus piernas. Cuando las necesita, las usa INSTINTIVA e instantáneamente. Se concentra en el rumbo que lleva pero se detiene o avanza por instinto. Lo mismo pasa con el entrenamiento anti-satánico. Nos concentramos en Cristo, que es nuestra vida, y en servirle como nuestro principal objetivo. Pero tenemos un enemigo y cuando ataca reaccionamos ... INSTINTIVAMENTE.

Por eso instalamos nuestra "alarma" que opera como la de las joyerías. El negocio principal es vender alhajas pero tan pronto como suena el timbre de alarma todo el interés se concentra en evitar el robo. Así nosotros. No somos gente preocupada con Satanás sino por Cristo. Puesto que estamos en guerra y nuestro enemigo vive, plantamos la alarma y cuando suena, actuamos. Pero nuestra ocupación principal es hacer la obra de nuestro Señor. Usted ha­llará que al habituarse a la resistencia anti-satánica irá desapare­ciendo su prominencia para poder ocuparse en las cosas de Cristo como nunca antes lo hizo.

"¿Debe enseñarse a los jóvenes a resistir al diablo?"

CONTESTACION: Absolutamente y sin lugar a dudas. ¿Cuándo? Cuando aprendan a hacer algo CON Cristo debían entrenarse para CONTROLAR al diablo. Es peligroso permitir que los jóvenes crezcan pensando que la vida cristiana es sólo de tipo devocional. Tienen un implacable enemigo que sólo vive para destruirlos y deben informarse de él lo más pronto posible.

En 2a. de Timoteo 2: 3-4 se nos exhorta a ser "buenos soldados de jesucristo". Lo cual confirma que, en verdad, esta vida es campo de batalla. No puede haber algo tan fatal como aquello de "ven a Cristo y todo saldrá bien". Muchas veces es al contrario. La vida cristiana es dura; no para cobardes ni vacilantes sino para soldados. Las palabras estratégicas del cristianismo son "Velad", "Resistid", "Mantened firme" y "Pelead". Tiene su aspecto militar y el llama­miento de Cristo es también llamamiento al servicio activo. Si no enseñamos a luchar a nuestros hijos, perecerán bajo aquel monstruo inmisericorde.

Hacerles creer que están inmunizados contra ataques satánicos, por haber recibido al Señor, es darles una falsa seguridad. Privarlos de instrucción y equipo para la batalla del cristiano, es convertirlos en víctimas fáciles. Mansas ovejas en manos de Satanás. Amor a Cristo no es protección contra el diablo. No existe tal cosa como victoria AUTOMÁTICA contra el diablo. Definitivamente se trata de una pelea.

Satanás tiene magnífica oportunidad cuando comienzan a surgir los fuegos juveniles. Envuelve con sugestiones los sentimientos que comienzan a surgir. Sabe exactamente cómo controlar ese espíritu independentista en el momento mismo que aparece. La prueba está en el éxodo de adolescentes que sufren las iglesias. Satanás se vale de esos apetitos para encandilarlos y apartarlos de las cosas espi­rituales. El altar familiar y la predicación hogareña salen sobrando ante eso. Si para los doce o trece años no aprendieron a reconocer las sugestiones satánicas . . . y manejarlas ... probablemente no es­tarán preparados para el testimonio cristiano. No creo que haya un solo padre cristiano que intencionalmente permita que Satanás ataque a sus hijos, si puede evitarlo a tiempo

"¿Puede el lector de este libro comenzar a resistir a Satanás y esperar resultados in­mediatos?

"CONTESTACION: Sí. Y los resultados serán más dramáticos y asombrosos cuanto más tenga "fe como un niño". Pero no todos entran de esta manera a nueva etapa de su vida. Algunos experi­mentarán cuidadosamente, otros lo pondrán todo en tela de duda y otros, desde luego, leerán el libro para enjuiciarlo teológicamente pero sin hacer nada sobre el particular.

El éxito que se tenga con este plan depende de la seguridad que se tenga en la Palabra y de la medida de fe que tenga, tanto en el poder del Espíritu Santo como en la realidad de Satanás. Es lo mismo que pasa con las primeras experiencias de oración. Frecuentemente se siente uno en un mundo nuevo y extraño donde asalta la duda de si Dios nos oye en realidad. Pero con el tiempo desaparece la duda. Claro que si Dios contesta la primera oración de manera inmediata e impresionante, usted comenzará ventajosa­mente su vida de oración. No siempre pasa eso. Para muchos constituye prolongado proceso en que va desarrollándose la con­fianza en El y en Su invitación a pedirle en oración.

El entrenamiento anti-satánico es algo semejante. Si al primer intento se triunfa espectacularmente y Satanás huye despavorido, usted quedará casi sin aliento y con gran ímpetu a nueva vida victoriosa en Cristo. Pero si al principio todo le parece un rompe­cabezas, si las dudas asaltan por todos lados y no está seguro de sentir alivio, la seguridad absoluta vendrá a usted más lenta­mente. Importa mucho, sin embargo, que sea paciente con usted mismo mientras cultiva la confianza indispensable en Dios, en Su Palabra y en la buena voluntad del Espíritu Santo para fortale­cerlo contra Satán.

La confianza viene en camino y llegará con toda seguridad. Y no pasará mucho tiempo sin que esté repeliendo a Satanás con la misma seguridad con que ahora adora a Dios.

No se precipite a juzgar este plan o a usted mismo diciendo "traté pero no me sirvió". Dése tiempo. jamás se arrepentirá por no hacer caso de algunas retiradas. Pronto tendrá tanta confianza para resistir a Satanás como para servir a Cristo.

¿Es cierto que los cristianos tienden a ser supersticiosos respecto a Satanás?"

CONTESTACION: Sí. Muchos sienten escalofríos a la simple mención de su nombre. Otros rehusan tocar el tema. Temen la venganza como los paganos temen al trueno y las serpientes y los adoran. ¿Cómo puede haber tales supersticiones en quienes han nacido de nuevo? La ignorancia tiene el mismo efecto con los cristianos que con los que no lo son. La ignorancia es madre de la superstición. Muchos pastores no se atreven a predicar sobre el diablo por temor a las consecuencias. Se burlan de brujerías y magias pero tienen la misma clase de superstición hacia el diablo. Satanás ha explotado esta ignorancia. Ha usado el temor supers­ticioso para evitar que los cristianos conozcan y empleen la auto­ridad que Cristo les ha dado para luchar contra el tentador.

Si usted anuncia que habrá una clase sobre satanología, no le extrañe que todo un grupo de hermanos venga y le diga: "Volve­remos cuando termine con eso".

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