miércoles, 7 de septiembre de 2022

A)CAP. 6 - SISTEMA DEFENSIVO ANTI-SATANICO- “…CUANDO HUYE SATANÁS” C.S.LOVETT

 “…CUANDO HUYE SATANÁS”

C.S.LOVETT

Covina, California.

1969

El CORAZON de este libro es una PERSONA : SATANÁS.

El OBJETO de este libro es entrenar cristianos para la lucha espiritual contra el demonio y equiparlos para AHUYENTARLO.

El SUPUESTO BÁSICO de este libro es la aceptación indubitable de lo que dice la Palabra de Dios sobre el MALIGNO.

El EXITO de este libro depende de la diligencia que aporte el lector para VERIFICAR lo que lea a la luz del Espíritu de Dios y para PRACTICARLO en el Nombre de Cristo.

RESISTIR ES PELEAR

Tal vez usted había estado de acuerdo conmigo hasta aquí pero siente que no puede aceptar esto de que re­sistir sea igual a pelear. En tal caso, yo lo invitaría a considerar conmigo cómo es que los soldados de Vietnam resisten al Vietcong. Si fuera usted el comandante de labase aérea de Da Nang, ¿ Qué órdenes daría a sus sol­dados ? "Resistir", ¿verdad? ¿Pero cómo ? ¿Peleando? Naturalmente. Con ametralladoras, morteros, granadas, lanza-llamas y todo lo que sirve para pelear. Los soldados tienen que pelear a toda capacidad o serán desalojados.

Confío, estimado lector, que usted no caerá en el garlito satánico de creer que resistir sea todo, menos pelear. Usted sabe que cuando el enemigo se acerca demasiado, hay que combatir cuerpo a cuerpo. En nuestra lucha con Satanás entran espadas, escudos, cuchillos y bayonetas. Cuando se lucha cuerpo a cuerpo, usted no puede distin­guir entre atacantes y defensores por su modo de pelear. Ambos pelean a muerte.

Satanás trata de ablandar nuestra resistencia insi­nuándonos que no estamos en una lucha durísima. No se lo permitamos. Necesitamos echar mano de todo el valor, todas las armas, las energías y los redaños de que podamos echar mano.

PARA RESISTIR, SOMETERSE

Antes de explicar cómo podemos ahuyentar a Satanás, consideraremos una idea aún no mencionada, implícita en la primera mitad de nuestro texto básico en Santiago 4: 7 que dice :

"Someteos, pues, a Dios."

Después de estas palabras es cuando dice "resistid al diablo y huirá de vosotros." Aquí está una orden que hemos de cumplir conservando un doble enfoque :

SOMETEOS A DIOS          RESISTIR AL DIABLO

Primero la sumisión, luego la resistencia. ¿Por qué? Porque la resistencia del cristiano es en el Espíritu. El Espíritu Santo, esta vez. Quiero decir que carecemos de poder en la carne para enfrentarnos a Satanás y hacerlo huir. La idea sería risible, simplemente porque Satanás

controla la carne. No tiene por qué huir de nuestra carne. Le gusta. La usa. La habita. Satanás no tiene miedo de nosotros. Se vale de nuestras debilidades carnales para manipularnos como piezas de ajedrez. Enfrentárnosle so­los, aparte de Cristo, le produciría cosquillas y carcajadas. haríamos el papel de la hormiga que se encarama hasta el riel para gritar a la locomotora que se detenga.

Para someternos a Dios necesita  humildad. Cuando los cristianos están ante Dios son diferentes, humildes; como pecadores endeudados.

En la presencia de Dios tienen gozo y paz, nunca arrogancia o rudeza. Quien haya de enfrentarse a Satanás no puede hacerlo en el plan del bravucón, porque desde ese momento está en la carne. La bravuco­nería y la rudeza son carnales.

Quien intenta envalentonarse ante Satanás, vale más que se cuide. El desquite puede ser fulminante. Con Sa­tanás no se juega. Pedro habla de él y recomienda, "Sed sobrios, y velad. . . ." Lo cristiano no quita lo precavido. Aunque se dirija al diablo debe hacerlo en actitud digna, correcta y firme.

Recuerde usted que el Arcángel Gabriel, "cuando luchaba con el diablo. . . no se atrevió

1- a condenarlo" (Judas 9) sino que invocó el Nombre del Señor. Tenga la bondad de fijarse en que estaba luchando. Fue una brega tremenda pero los labios de Gabriel no pronunciaron denuestos. (maldiciones, groserías, blasfemias,insultos) Aunque los cris­tianos son los hijos de Dios, no por eso injurian a Satanás. ¿Por qué ? Porque al momento que lo hagan dejan de estar en el Espíritu. Es imposible insultar a alguien y estar en el Espíritu al mismo tiempo. Injuriar es obra carnal. Se nos dice que resistamos, no que injuriemos. Son cosas muy diferentes.

Para SOMETERSE a alguien, usted necesita ponerse bajo su control. Lo que quiere decir que hemos de dirigir­nos a Satanás sometidos a la influencia del Espíritu de Dios. Lo primero que hacemos es rendirnos a El pues consideramos que aparte de él estamos inermes. Resistir a Satanás sin someterse a Dios es invitar al desastre.

Entiendo por sumisión esa conversación con el Señor en la que reafirmamos nuestra impotencia y bajeza, la cual tiene lugar unos antes de que resistamos al diablo. Posteriormente, usted podrá ver en detalle lo que eso quiere decir.

El otro lado de la moneda

Hay quienes se someten a Dios pero dejan de resistir al diablo. En esto radica la impotencia de la mayoría de los cristianos. No conocen al enemigo. Tampoco tienen ninguna fe en su presencia y poder. Además, jamás se les ha ocurrido hacer algo al respecto. Tal ignorancia les resultará muy peligrosa. Como la señorita que obe­dece a sus padres pero ignora lo que son los hombres. Su amor de hija no la proteje contra la falta de escrú­pulos de quienes saben cómo aprovecharse de la igno­rancia femenina. La ignorancia sexual es peligrosa en un automóvil estacionado, como la ignorancia sobre Satanás es peligrosa en un mundo hostil.

No sirve de mucho someterse a Dios y luego dejar de resistir al diablo. Satanás huye cuando se le resiste, no cuando se conversa con Dios. Cuando usted aprende a resistirlo personalmente, en los infiernos suena el tim­bre de alarma. Es pues, muy conveniente que usted tome en cuenta ambos lados de la moneda. Es inútil resistir a Satanás sin someterse primero a Dios. De nada sirve someterse a Dios sin resistir al diablo.

CULTIVO DE LA PREVISION ANTI-SATANICA

A medida que practicamos la presencia de CRISTO lo vamos tomando en cuenta en nuestros asuntos ordina­rios. Entre más conciencia tenemos de Su presencia, ma­yor es nuestra preocupación por lo que pueda El pensar de lo que decimos y hacemos. Su presencia nos conforta en la prueba, nos estimula al testimonio y convierte en gozo la más ruda tarea. Por eso practicamos Su pre­sencia.

Lo mismo se aplica a Satanás. Entre más real es para nosotros, más alerta estamos contra sus ataques. Entre más realizamos su presencia, más vigilamos nuestro pro

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ceso mental. A mayor concentración en él, más presto descubrimos su intervención. Puesto que vive para des­truirnos, debemos preocuparnos por su presencia.

Cuando estuve en la India tuve frecuentemente la oportunidad de presenciar a los encantadores de serpientes practicando su oficio en las calles. Tendían una frazada sobre la que alineaban canastas repletas de cobras mortíferas. Atraída la gente, descubrían sus traicioneras mascotas y hacían sonar las flautas. Los ofidios emergían de los canastos, desenros­cándose al son que les tocaban sus domadores. ¿Acaso los encantadores desprendían por un momento la vista de las cobras ? ¡Eso nunca! Se concentraban en ellas y estaban siempre listos a escapar en caso de ataque. El cristiano tampoco puede darse el lujo de apartar sus ojos de Satanás.

• El Dr. Norman Vincent Peale ha sostenido el popu­larísimo "Poder del Pensamiento Positivo." El libro que tiene usted ahora en sus manos es lo contrario. Por ser contra el diablo, propiamente está abogando por el poder del pensamiento negativo. El pensamiento que se necesita para alcanzar la victoria. Ojalá y usted llegara a sentir por Satanás lo que siente la gacela por el león y el co­nejo por el coyote. Donde está el diablo no se puede andar con pensamientos positivos. ¡Se trata de un asesino desalmado, sanguinario y rápido! ¡Extremadamente rá­pido ! Así que, vigile, vigile, VIGILE. Aun antes de orar. Un instante es suficiente para plantar una idea en una mente descuidada. Admítale una idea y él se apoderará de usted.

Es pues, urgente, mantenerse en guardia contra Sa­tanás para alcanzar la victoria cristiana. Posiblemente, a duras penas puede usted experimentar la presencia del Señor y ahora se resiste a la posibilidad de echarse enci­ma una carga mayor. Créalo o no, si usted descubre la presencia de Satanás, realizará aún más la presencia de Cristo. ¿Puede usted ver cómo la presencia de nuestro LIBERTADOR se hace más real, a medida que la pre­sencia de nuestro ADVERSARIO se vuelve más amena­zante ? ¡ Así es y en qué manera!

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1¿DOS PERSONAS AL MISMO TIEMPO?

Ya me parece oir al lector que pregunta : ¿Cómo pue­do concentrarme en dos personas al mismo tiempo? ¿Es posible practicar la presencia de Cristo mientras por otra parte se está pendiente de la de Satanás? No sólo es posible sino más fácil de lo que usted cree. De hecho, usted lo está haciendo continuamente.

¿Maneja usted bicicleta? El ciclista se concentra tan automáticamente en dos cosas al mismo tiempo, que ni siquiera se da cuenta de que así es. (1) Controla su bicicleta. (2) Vigila a pea­tones y vehículos que transitan por la calle. Tiene que hacer ambas cosas para poder manejar en la vía pública.

Quien maneja debe mantenerse siempre a la velo­cidad adecuada, listo a maniobrar y a mantenerse fuera de las trayectorias de máquinas y gentes. Debe estar continuamente al tanto de las distancias y velocidades a su alrededor y responder instantáneamente a toda fluc­tuación o emergencia. Si alguien frena al frente, debe esquivarlo sin atropellar ni ser alcanzado. Tal vez si usted maneja por calles transitadas, ya no le pone mucha atención a esto pero, de todas maneras, ciclistas, moto­ciclistas o automovilistas lo hacen automáticamente.

Si antes no tomó usted en serio a Satanás, hágalo ahora. Piense en él. Piense en usted y en lo que podría ser su vida en Cristo. Cuando compare lo que es y lo que le gustaría ser, medite en que casi toda la diferencia se debe a Satanás. Hallará que la misma magnitud de la diferencia le inducirá a querer hacer algo para eliminar a Satanás. ¿No le gustaría acortar esa diferencia apren­diendo a usar los recursos cristianos que hay para ahu­yentar a Satanás?

En ninguna parte de este libro hallará que se le pide resistir la tentación. Sólo hemos hablado de resistir al TENTADOR. La tentación está en una persona como la Salvación en una Persona. Esto último lo dijimos al comenzar. Cuando comprendemos que la vida cristiana depende de que nos sometamos a Cristo o a Satanás, comprendemos también que debemos hacer algo al res­pecto. En adelante, nos referiremos solamente a lo que hay QUE HACER CON SATANÁS.

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SEGUNDA PARTE

CAPITULO SEIS

SISTEMA DEFENSIVO ANTI-SATANICO

¿Por casualidad leyó usted "Ahora es Fácil Ganar Almas"? Si es así, usted conoce mi plan para presentar a Cristo como persona viviente. Si El vive y el Espíritu Santo lo hace real, entonces el cristiano puede presentár­selo a alguien más. El plan tiene cuatro pasos simples y efectivos y resulta fácil de memorizar porque se man­tiene el énfasis del Cristo viviente a quien hay que pre­sentar. Piense que Cristo está allí al hablar con un prospecto y los procedimientos se recuerdan inmediatamente.

Vale lo anterior para señalar que, como Cristo, Satanás también vive. Y también hemos de tratarlo de persona a persona. Cristo vive para ayudarnos, Satanás para perjudicarnos. Por eso, desde ahora, le sugiero vea a Satanás como el merodeador que está siempre al acecho de oportunidades para pe­netrar al proceso mental de usted. ¿Puede usted visuali­zarlo? hágalo y obtendrá una imagen muy útil para rete­ner este plan para enfrentársele y hacerlo huir. Ver a Satanás como asaltante al acecho facilita recordar el plan de ataque, como ver a Cristo presente hizo fácil repro­ducir el plan para ganar almas.

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