BUFF: UN COLLIE
Y OTRAS HISTORIAS DE PERROS
ALBERT PAYSON TERHUNE
1921
Un remolino de oro y blanco y gris y negro,
Escandaloso, vibrante, alegre con el entusiasmo ardiente de la vida,
Collies de Sunnybank, una manada alegre y en movimiento, —
Estos son mis amigos; los amigos que más me quieren
No sólo amigos, sino también corredores y celosos
. — Limpios y blancos de alma, demasiados sabios para el fraude o la farsa. ;
Sin embargo, sin sentido en su adoración siempre nueva
Ésta es la gente amigable cuyo dios soy.
Un dios inflado, falso tonto, tambaleante y puramente ciego...
un ídolo de mala calidad, taponado con pies de barro
Sin embargo, ansiosos por mi más ligera palabra o asentimiento,
Anhelan pero dejan para seguir y obedecer.
¡Nosotros los humanos somos tan lentos para comprender!
Rápidos en nuestra ira, sordos a la súplica de justicia.
¡Impartimos castigos con mano generosa!
¿Quién sino un perro, serviría a dioses como nosotros?
El cielo les dio almas, estoy seguro; pero les embotó el cerebro,
No sea que se entristezcan por tan breve lapso
de vida honesta y despreocupada como la que llevan;
Hoy un cachorro; mañana en la flor de la vida;
Entonces viejo y frágil;--muerto a los catorce años.
En el mejor de los casos, una pequeña pulgada de tiempo.
¡Olvido entonces, sin dolientes, recuerdos, lágrimas!
Servicio que no pide precio; perdón gratuito
Por injuria o injusticia dura.
Amistad firme, sin querer agradecimientos ni honorarios
Salvo privilegios para adorar y proteger:--
- Ese es su credo. No conocen manera más astuta de atravesar su hora de vida aquí. ¡Si el Hombre se dignara servir a su Dios como él...!
El milenio vendría a amanecer dentro de un año.
CONTENTS PAGS FORJBWORD T I BUFF: A GOLLIE CHAPTER one: THE FIGHTING STRAIN . . 11 CHAPTER TWO : “tHE HUNT IS UP !” . . . 48 CHAPTER three: MASTERLESS ! 80 CHAPTER four: THE END OF THE TRAIL. . 107 II "SOMETHING” . .133 III CHUMS . . . . . 155 IV HUMAN-INTEREST STUFF ...... 18<?. V “ONE MINUTE LONGER” . 215 VI THE FOUL FANCIER .235 Vn THE GRUDGE ... 283 VIII THE SUNNYBANK COLLIES 321
BUFF:UN COLLIE
CAPÍTULO UNO: LA CEPA DE LUCHA
Ella era una mezcla de lo inmezclable. Ningún experto en ochenta ( =en determinar 80 razas de perros) podría haber adivinado su raza o razas. Su pelaje era como el de un chow chow, excepto que era negro, blanco y tostado, como ningún chow chow chow entre aquí y la Muralla China.
Su pecho profundo era tan ancho como el de un bulldog; sus extraños ojillos rasgados como los de un collie; su cara era como la de un gran danés, con su hocico en forma de barril y papada. Ella era tan grande como un mastín.
Se llamaba Nina y pertenecía a un granjero adinerado llamado Shawe, un hombre que se dedicaba a la cría de ganado registrado y, como actividad secundaria, a los collies de premio.
Para aclarar, en pocas palabras, el misterio de la crianza de Nina, su madre fue Shawemere Queen, La collie tricolor de pedigrí de Shawe, registrada y premiada. Su padre fue Upstreet Butcherboy, el pit-terrier más feroz, más valiente, más fuerte y más asesino que jamás se haya soltado contra un oponente condenado.
Shawe( el granjero) había decidido no criar a Shawemere Queen esa temporada. Shawemere Queen había decidido otra cosa. Por lo tanto, había salido de su recinto con el simple método de roer durante tres horas la madera podrida que sostenía una grapa oxidada.
Esto había sucedido por casualidad una noche en que Tug McManus había delegado el ejercicio vespertino de Upstreet Butcherboy a un nuevo operario. El operario no conocía el extraño truco de Butcherboy de aflojar la cadena por un momento y luego lanzarse hacia adelante con toda su velocidad y fuerza superiores. Como resultado, el hombre regresó a casa de McManus solo, acudiendo ruidosamente de sus tres dedos desgarrados por la cadena. Butcherboy trotó a su perrera al amanecer, tomando impasible la caza que McManus consideró conveniente administrar.
Cuando los seis cachorros de Shawemere Queen con cabeza de bala llegaron al mundo, sesenta y tres días después, se desató una blasfemia ruidosa y espeluznante en la perrera de su amo. Shawe, tan pronto como pudo hablar con cierto grado de coherencia, ordenó a su perrero que ahogara a cinco de los cachorros a la vez y que le diera el mismo tratamiento al sexto tan pronto como su madre ya no necesitara al joven. .Al azar, el perrero recogió cinco sextos de la camada y se fue caminando hasta el estanque de los caballos.
LA TENSIÓN DE LUCHA Como resultado de este monopolio, el sexto cachorro progresó rápidamente.
Cuando tenía ocho semanas, el destino intervino una vez más para salvarla del estanque de caballos.
La hermana ( cuñada del granjero)e la Sra. Shawe (=esposa del granjero) había venido, con sus dos hijos, a pasar el verano en la granja.
Los niños, después de echar un vistazo a las camadas de collie de raza pura retozando en el parque sombreado de los cachorros, habían clamado en voz alta por un cachorro propio con el que jugar. Shawe conocía las costumbres de un niño con un cachorro. No estaba dispuesto a arriesgarse a que ninguno de sus invaluables bebés collie sufriera corea, raquitismo, ataques u otras dolencias por el trato de osito de peluche que probablemente le darían los dos jóvenes.
Sin embargo, el clamor de la pareja se hizo cada vez más insistente.
Entonces fue cuando el hombre preocupado pensó en el hijo ilegítimo de Shawemere Queen, el cachorro anodino que había planeado ahogar en los próximos días. El problema estaba resuelto.
Una vez más, la paz reinó en Shawemere.
Y los dos niños eran delirantemente felices con la posesión de un peludo e informe pedacito de cachorro, por cuyas venas corría la antigua sangre real de pura raza collie y la estirpe rebelde de los guerreros del foso. Llamaron a su mascota "Nina", en honor a una Pomerania a la que habían maltratado y acosado hasta provocarle convulsiones. Y se prepararon para darle el mismo trato a su cachorro actual. Pero un mestizo siempre tiende a ser superfuerte. El rudo y cariñoso maltrato que había destrozado los nervios sensibles y la tenue vitalidad del Pom no tuvo ningún efecto en Nina. Por el contrario, engordó bajo las caricias y tirones de sus nuevos dueños. Lo cual fue una suerte. Porque, mientras que un cachorro es un compañero de juegos ideal para un niño, el niño promedio es un compañero de juegos horrible para un cachorro. Sin conciencia de crueldad, los niños mutilan, descuidan o maltratan de otra manera a miles de cachorros amistosos e indefensos hasta la muerte, cada año.
Y los padres cariñosos observan, con sonrisas fatuas, la barbarie de sus juguetonas crías.
Fuerte y vigorosa desde su nacimiento, Nina comenzó a ganar tamaño a un ritmo asombroso. Antes de que tuviera ocho meses, tenía una altura de hombro más alta que cualquier collie de Shawemere. No se parecía a ningún otro perro en la tierra y era mucho más grande que cualquiera de sus padres. El criador más inteligente no siempre puede criar a su mejor ganado fiel al tipo. Y cuando se trata de cruzar, especialmente con perros, solo la Madre Naturaleza puede predecir el resultado.
Nina era un monstruo. Exteriormente no se parecía ni a un collie ni a un pitbull terrier. Sin embargo, no era una mala mirada. Tenía una simetría compacta y una impresión de poder latente. Y su pelaje anodino era espeso y fino. A pesar de todo esto, probablemente hubiera sufrido una muerte rápida y razonablemente misericordiosa, cuando los dos niños se fueron ese otoño, si Shawe no se hubiera dado cuenta de que los jóvenes habían sido invitados a la granja para el verano siguiente y que la presencia de su adorada Nina salvaría a algún cachorro de pura sangre del sacrificio como mascota. Así que se le permitió a la mestiza quedarse, a vivir en Shawemere con tolerancia, bastante bien alimentada y alojada en los establos, se le permitía vagar prácticamente a voluntad, pero sin que nadie la acariciara ni la notara. La gente de la granja creía en la crianza fiel a la forma (= pura de los collie) Un anodino no les interesó.
Y la pérdida fue de ellos. Porque el gigantesco perro mestizo joven valía la pena ser criado. Inteligente, adorable, obediente, valiente, era un perro de granja ideal. Y con nostalgia buscaba ganar amigos entre estos humanos indiferentes.
Lamentablemente, extrañaba las caricias y los maltratos de los niños.
Estos llamados mestizos, por cierto, tienden a ser más inteligentes y fuertes que cualquier pura sangre. Si se los entrena adecuadamente, son compañeros, mascotas y guardianes ideales, una verdad muy poco conocida.
Si la gente de la granja se hubiera molestado en darle a Nina una quincuagésima parte de la atención que prodigaban a los perros de la perrera, se habrían encargado de que ella no se lanzara, una gélida noche de luna a fines de noviembre, a un galope incansable por las colinas más allá de la granja. Y esta historia no se hubiera escrito.
El campeón Shawemere King era uno de los cuatro más grandes collies de Estados Unidos, tal vez de la tierra. Era un perro como los que se crían quizás dos veces en una generación: impecable en cualidades de exhibición, en belleza y en inteligencia. Había obtenido los "quince puntos" necesarios para su campeonato en las primeras seis exhibiciones a las que Shawe lo había llevado. En todas partes, había arrasado hasta los "ganadores" con una facilidad ridícula. Era la sensación de todas las exhibiciones a las que asistía. Winnie, Shawe lo había retirado de la exhibición mientras King todavía estaba en su gloria. Y, unos pocos años después, el campeón había sido sacado permanentemente de las perreras y había sido ascendido (o retirado) al rango de perro jefe de la casa. Tan perfecto en el hogar como en competir,
Era el orgullo y el adorno de la gran casa de campo. En esta particular noche de noviembre de hielo y luz de luna, King le había dado la espalda al calor del fuego de la sala de estar y a la vieja alfombra de piel desprestigiada que era su lugar de descanso, y se había tendido sobre la estera de la veranda, con la cabeza entre las patas delanteras; sus ojos oscuros y hundidos fijos en la carretera que conducía desde el pueblo. Shawe había ido al pueblo por la noche. Le había prohibido a King que lo acompañara. Pero, como un collie, el campeón había preferido esperar en el frío porche para echar un primer vistazo a su amo que regresaba, en lugar de yacer cómodamente en el interior.
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