“POR TIERRAS SANTAS Y POR TIERRAS PROFANAS”
POR J. MOISÉS DELEON LETONA
(El escritor es tio abuelo del autor del blog- un huehueteco apasionado por lo de antaño.)
IMPRESIONES DE UN GUATEMALTECO EN SU VIAJE
ALREDEDOR DEL MUNDO DURANTE LOS AÑOS
DE
1922 A 1924.”
Es el libro que a continuación leeremos y es debidamente apreciado a nivel mundial. Se encuentra en las siguientes bibliotecas
Librería del Congreso de los Estados Unidos de América
Biblioteca Teológica "Lorenzo Boturini" de la Basílica de S.M. de Guadalupe. Ciudad de México
Bibliotheca Generalis Custodiae Terrae Sanctae-Ciudad de Jerúsalen
Libro que forma parte del Patrimonio Literario de España-. -Dedicación del autor a S.M. el Rey D. Alfonso XIII-XIV.
Generalidades Sobre el Egipto.
El Egipto es considerado por muchos historiadores como la cuna de la Civilización Occidental. Sus monumentos milenarios son páginas en que han escrito los siglos. Sus pirámides, orientadas en relación con la estrella polar, revelan un grado de adelanto en Astronomía que no ha sido superado en los tiempos modernos. Según toda probabilidad, el más alto grado de civilización egipcia se alcanzó en tiempo de los Faraones, nombre dado a una serie de Reyes que gobernaron en Egipto en épocas que se pierden en la obscuridad de los tiempos primitivos.
Los egipcios forman un tipo de raza especial, con caracteres que provienen de otras muchas razas, en cuenta la asiática,
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cuyas tribus pasaron el Istmo de Suez en tiempos remotos y se mezclaron con las tribus primitivas del Egipto.
Mucho nos llamó la atención el gran parecido que se observa entre los campesinos egipcios y ciertos indígenas de Centro-América. Esta circunstancia nos hizo pensar en una de las teorías sobre el origen de los primeros habitantes de América, que se supone que vinieron atravesando el estrecho de Behring: es posible que los primitivos pobladores del Nuevo Mundo hayan tenido sus entronques raciales con los egipcios y con los asiáticos. Las pirámides de México son otra prueba.
Entre los productos del suelo egipcio figuran: el arroz, el maíz, la caña de azúcar y el algodón, además de la madera, productos de los cuales se exportan grandes cantidades a los mercados europeos. Las palmeras ostentan por todas partes su gentileza balanceando gallardamente sus tallos y sus enormes hojas, movidos por las cálidas ráfagas del viento. Son tan abundantes que se han convertido en símbolo del Egipto; y así las vemos figurar en alegorías y representaciones al lado de las clásicas Pirámides del País del Nilo. Son muy abundantes; la datilera, cuyos frutos no faltan en la mesa del árabe, los corozos, cocales y damascos, lo mismo que las ravenalas y otras especies.
El Egipto, debido a sus inmensas montañas y a la fecundidad de los valles del Nilo, abunda en maderas de construcción y de ebanistería. El cedro, el roble, el olmo, la majagua, el palo santo, la caoba y sobre todo el ébano, notable por su densidad y duración,. de un color negro intenso, susceptible de un lindo pulimento y tan apreciado en los mercados mundiales, que es objeto de falsificación, pues suelen venderse con este nombre otras especies de madera que guardan cierta similitud con él. También hay que mencionar el sicomoro que con frecuencia aparece en la Historia Sagrada. Es un hermoso árbol de tallo recto y de anchas hojas que guardan entre sí una armoniosa simetría.
¡Cosa rara! el tabaco, no obstante la fama mundial de que gozan los cigarrillos egipcios, no se cultiva en aquel país. El nombre de "cigarrillo egipcio" aplicado a ese artículo indispensable para los fumadores elegantes, es una mentira internacional. "Cigarrillos hechos en Egipto" debiera ser la expresión, pues ni siquiera el papel es egipcio. El tabaco llega de Turquía, de donde se despachan enormes cantidades, principalmente por los puertos de Kavala, Latakía y Yenidje. El papel para dichos cigarrillos se importa de Austria, y los operarios que los elaboran son, en su mayoría, griegos.
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El constante flujo de turistas ha sido la causa principal de que se extienda en el Mundo el gusto por el "cigarrillo egipcio," famoso en los lugares más remotos de la Tierra. Todo el tabaco que entra a Egipto paga un derecho equivalente a un dolar por kilo; de estos derechos hay una devolución de cincuenta centavos por cada mil gramos exportados en forma de cigarrillos al exterior.
La mayor parte de la tierra egipcia es plana y muy feraz. El Nilo que, como se sabe, recorre todo el territorio, deja en cada una de sus periódicas inundaciones una capa de limo, abono natural de insuperable calidad, que convierte aquellas tierras en las más fecundas de Africa.
Las aguas del Nilo se utilizan no sólo para la irrigación de millares de kilómetros de terreno, como ya expusimos, sino también para los canales que facilitan la navegación de pequeñas embarcaciones que sirven para el transporte de los productos en el interior.
Yendo de Alejandría al Cairo todos los terrenos se ven cultivados e irrigados.
Las casas de los campesinos son de paredes de adobe, muy análogas en su construcción a la llamada "tapia" o "tapial" en Centro-América.
La riqueza principal de Egipto radica en la agricultura, las industrias textiles y el comercio. La manera de cultivar la caña de azúcar es parecida a la de Centro-América. Esta hermosa planta de dulcísimo sabor no alcanza la altura a que llega en este último país, pero es más gruesa.
La fauna egipcia es también variada y rica. Entre otros tantos animales mencionamos el "león africano," notable por su extraordinaria fuerza y su hermosa melena, los corpulentos tigres, los elefantes, hipopótamos y rinocerontes, que se distinguen por lo enorme de su tamaño; las jirafas de prolongadísimo cuello, los corpulentos avestruces y los camellos y dromedarios, también frecuentes en las alegorías egipcias, sin los cuales hubieran sido imposibles en la antigüedad las travesías del Desierto. También son notables las hienas y chacales por su ferocidad. Las primeras se entran a los cementerios a desenterrar y devorar cadáveres y los segundos hacen sus principales presas entre los niños y rebaños de ovejas. La cebra con su piel de listados colores, es uno de los animales más interesantes del Egipto y rara vez se domestica. Las zorras son importantes para el comercio de pieles por las muy finas que poseen. También forma parte muy importante de la fauna
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egipcia, el cocodrilo, que en el tiempo antiguo recibía culto como animal sagrado. Su piel es muy apreciada para la fabricación de valijas y otros objetos que requieren resistentes cubiertas.
En uno de esos suntuosos palacios que los turcos acaudalados tienen a orillas del Canal de Mahmudia pudimos admirar un hermoso ejemplar del "león africano" y de su familia. El macho era un verdadero símbolo de nobleza y majestad; de gran tamaño—cerca de dos metros de largo y uno de altura—tenía la cabeza casi cuadrada, el hocico ancho y corto, las pupilas encendidas, la respiración visiblemente activa, el pecho robusto, las garras musculosas y potentes, el pelaje, en general, de color amarillo; y, dominando el conjunto, su hermosa melena de color amarillo-rojizo (leonado), espesa y tan desarrollada y abundante que le llegaba hasta la mitad del lomo por detrás y, por delante, casi tocaba el nivel del suelo. Caminaba a lo largo de su espaciosa jaula y rugía ...
La hembra presentaba casi los mismos caracteres del macho con la diferencia de no tener melena.
Los leoncillos, que eran tan sólo dos (aunque parece que estando en libertad pueden procrear hasta seis de una vez), carecían todavía de la hermosa melena que revestía de majestad a su padre y estaban cubiertos de pelo gris y lanoso, teniendo líneas o franjas negras en los costados y manchas del mismo color en la parte superior de la cabeza.
Examinando este bello y vigoroso ejemplar pensamos que cuánta razón hay para llamar al león: "Rey de los animales salvajes."
"E] Ibis," el ave sagrada de los antiguos egipcios, vive a orillas del Nilo y muy frecuente es encontrar su representación iconográfica en los templos y aun el mismo pájaro en forma de momia. Aunque esta ave se va haciendo escasa en la parte inferior del río, es muy abundante en la parte superior; y el culto fervoroso que recibió antiguamente, que llevaba a los egipcios a considerar purificadas las aguas en donde el Ibis hubiese bebido, se ha convertido ahora en una honda simpatía por este inofensivo pájaro, cuyo verdadero servicio consiste en la destrucción de los reptiles nocivos a la Agricultura.
El Ibis vive generalmente en las regiones cálidas; pertenece a la familia de las "zancudas" teniendo, por consiguiente, patas muy altas. Su plumaje es de color blanco, pero la cabeza, el cuello y la cola—que es muy abundante—están provistos de plumas negras, muy apreciadas en otros países para la indus‑
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tría de los sombreros destinados al sexo femenino. Según la Mitología Egipcia, el Ibis es el "avatar" (la encarnación) del dios Hermes, la deidad que en este país corresponde al Mercurio de los griegos. En "los buenos y gloriosos tiempos," dicen las leyendas, el Ibis anunciaba la fecunda inundación del Nilo; era una especie de heraldo del divino río.
Su devoción por el Reino y su amor por los Faraones eran tales, que moría de dolor si se le sacaba del Egipto. Los sacerdotes consideraban un estricto deber el tomar sólamente agua que hubiese sido probada por el Ibis; y el horrendo crimen de matar esta ave divina era castigado con la pena capital.
Printed in the United States of America.
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