lunes, 15 de agosto de 2022

COMPARACIONES -(3)- “POR TIERRAS SANTAS Y POR TIERRAS PROFANAS”

 POR TIERRAS SANTAS Y POR TIERRAS PROFANAS

POR J. MOISÉS DELEON LETONA

(El escritor es tio abuelo del autor del blog- un huehueteco apasionado por lo de antaño.)

IMPRESIONES DE UN GUATEMALTECO EN SU VIAJE
ALREDEDOR DEL MUNDO DURANTE LOS AÑOS DE
1922 A 1924.

Es el libro que a continuación leeremos y es debidamente apreciado a nivel mundial. Se encuentra en las siguientes bibliotecas

Librería del Congreso de  los Estados Unidos de América

Biblioteca Teológica "Lorenzo Boturini" de la Basílica de S.M. de Guadalupe. Ciudad de México

Bibliotheca Generalis Custodiae Terrae Sanctae-Ciudad de Jerúsalen

Libro que forma parte del Patrimonio Literario de España-. -Dedicación del autor a S.M. el Rey D. Alfonso XIII-XIV.

En New York existe una admirable obra de arte, esculpi­da por manos guatemaltecas: es un "Divino Rostro," que en un ojo de buey (semilla negra que abunda en nuestras costas) talló un individuo sentenciado a muerte en la Penitenciaría Central hace muchos años y quien sin duda dió toda la expresión del dolor del Nazareno y de su propio dolor a la miniatura donde depositó su inspiración. Este delicado trabajo fué llevado de Guatemala a los Estados Unidos; de allá a España, habiendo regresado de Madrid a New York, donde la millonaria que lo posee dió una fortuna por él. Es tal el sufrimiento, la agonía de aquel rostro tan natural, que el Arzobispo de New York dijo que es la imagen más perfecta que de Jesucristo había visto.

 Posible es que, a algunos de los que la severidad de nues­tras leyes recluye por largo tiempo en los centros penales, esti­mulados por este caso, hagan algo mejor y salgan de ahí, no para el cementerio ni para seguir haciendo mal, sino para vivir honestamente y ganar dinero.

 Agradabilísima sensación se experimenta durante un vuelo en hidroavión: mucho impresiona el ascenso volando previa

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 mente sobre la superficie del agua, luego la vista del mar hacia el fondo y por último (y esto es lo que más gusta) el descenso sobre las aguas para seguir sobre su propia superficie y en el aire simultáneamente hasta tener estabilidad. Al bajar, estando dentro del aparato que primero describe una línea oblicua y después una recta, se sienten como finísimos resortes, como si uno cayera sobre mallas o colchones de algodón, al chocar lige­ramente con las suaves olas que interrumpen la diagonal.

 En Norte-América y Europa los comerciantes obtienen grandes ganancias en sus negocios porque dan preferente aten­ción al anuncio. Cada casa de importancia tiene una Oficina destinada exclusivamente para todo lo relativo a sus anuncios. De antemano y basándose en los cuadros estadísticos de su contabilidad, destinan un considerable tanto por ciento (%) para sufragar mensualmente los gastos causados por los anun­cios. Tales comerciantes viven practicando el principio de que, "anunciar es vender." La profusión y variedad de anuncios ya casi constituyen una nueva industria.

 En los caminos públicos franceses, especialmente en los en­cuentros, se ven crucifijos de tamaño natural como protegiendo a los viajantes en sus expediciones y recordando que Jesucristo fué de ellos, el más humilde pero que, con su mansedumbre, atraía hacia sí todas las buenas voluntades por donde pasaba. Se encuentran a la intemperie, son de metal y casi siempre están adornados con profusión de flores, distinguiéndose las grandes y pesadas cruces desde lejos o a la vuelta de las vías. Es en las carreteras donde más crucifijos hay.

 Cuando dormimos en el Desierto de Sahara, a la hora del alba en que "el lucero de los pastores" ilumina con los más brillantes fulgores el Oriente, los árabes de nuestra caravana se incorporaron e hicieron sus fogatas que luego chisporrotea­ban alrededor de las tiendas de campaña. Eran las 4 de la ma­ñana; la hermosa estrella polar les servía de reloj (como a otros campesinos los primeros cantos del gallo) y bajo su luminaria y el sonido de su péndulo imaginario, el desayuno preparaban.

 Las holgadas capas blancas de los beduinos sobre aquellos altos y férreos cuerpos como formando carpas, nos daban de lejos la idea de un cantón de "La Ciudad de Trapo" rápidamente levantada en las llanuras de Tívoli como tina de las consecuen­cias de los aciagos terremotos de 1917-1918.

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 El alba seguía ostensiblemente clareando: el radiante "luce­ro de los pastores" (al que las molenderas del campo dicen "el nixtamalero"), precursor de otras claridades más bellas que se admiran en el desierto, parecía llenar de potente luz cuanto nuestra vista y la hora nos permitían contemplar sobre aquella ilimitada superficie, en apariencia siempre plana, cual mesa de billar.

 A las cinco y media de la mañana todo sér viviente había tomado y la caravana levantó el campo para seguir sobre la deleznable arena como vagando ....

 A propósito de que el militar debe producir (y no consumir únicamente), siendo joven y alentado sobre todo, observamos que entre los otros servidores del gobierno y de las personas particulares—empleados en general—hay muchos que creen que sin el Jefe, Director o patrón, nada pueden hacer; sólo ejecutan y no disponen como algunos mecánicos : parecen bebés, niños que si les falta la nodriza o el Profesor, están perdidos. Por su falta de iniciativa, porque no estudian, porque no tienen voluntad propia, pudiera decirse, años y más años están en la misma plaza como dando vueltas en un círculo vicioso. No se­ñores: justo es salir de la rutina y aspirar a un ascenso, al em­pleo inmediato superior y obtenerlo a costa del trabajo mismo, del largo tiempo que debe ser aplicado en el perfeccionamiento de vuestras labores; haced cada día algo mejor para subir el otro escalón; considerad que no es solamente por vosotros, es por vuestra familia, es para estimular a vuestros amigos y a la sociedad en que vivís. Siendo capaces y teniendo carácter, es lógico, muy justo que al faltar vuestros principales, por cualquier motivo, podáis hacer sus veces con dignidad y bizarría. Vuestra propia independencia radica en vuestro saber y en el tiempo, que no debéis perder jamás. De esta manera no se dirá, como es muy común, que Juan, Pedro o Martín son insubstitui­bles, pues todo aquel que en verdad merece, tiene perfecto dere­cho a quedar en su lugar. Convenceos que ningún hombre es necesario en tal o cual puesto; útil sí puede ser ; pero hay cente­nares que pueden substituirle. Esto no quiere decir que se falte a la disciplina o a la moral, que son la base de toda buena orga­nización, ni que todos sean Jefes como en algunas partes donde es mayor el número de generales que el de soldados u otras en que los Galenos sobrepasan en su número a los clientes; (y ya todos quieren mandar o recetar) ; no se trata de eso, sino de que todos estén preparados por la experiencia y de que todos dis

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 tingan a los más capacitados entre ellos para que ni los unos ni los otros sean hombres-máquinas, como dijimos al principio.

 Como un acto de justicia y sintiendo una profunda satisfac­ción por los paisanos que ponen muy alto el nombre de la Patria en Europa, escribimos este párrafo especial en honor del talen­toso Bachiller Don Luis Cardoza y Aragón quien, en París, ha ganado ya más de la mitad de todos los cursos comprendidos en la difícil carrera de Médico y Cirujano a la cual se dedica con todo empeño, sin dejar de cultivar la literatura española y francesa, en cuyos hermosos campos hace florecer las bellas producciones de su cerebro privilegiado. Sus Maestros y sus camaradas cercanos a su vida activa, consagrada al estudio con­cienzudo, le pronostican éxito seguro, dadas sus dotes excep­cionales. Como prueba de ello se han impreso algunas de sus primeras obras en Bélgica y en Francia, donde su reputación literaria es elogiada. Durante las vacaciones sale de "La Ciudad Luz" para visitar los más renombrados centros culturales de los otros países europeos.

 Los empleados, cualquiera que sea su categoría, su edad (ya sean públicos o particulares), desde el más alto hasta el más modesto, están puestos para servir y no para ser servidos.

 Cuando por enfermedad, vejez o incapacidad no puedan desempeñar sus respectivos destinos deben ser francos, dicién­dolo, para que otros vayan en su lugar.

 Comparando la ardiente temperatura de los alrededores del Mar Salado—que en su oportunidad describimos—con el ca­lorcito del "Llano de la Fragua," donde el mismo Gene­ral Carrera, al cruzarlo durante su expedición en que se ciñó los laureles de "La Arada," tuvo que lamentar la insolación de algunos soldados, éste resulta fresco. Así se puede tener una idea del horno que se siente cerca de ese mar, sorprendente por excelencia.   * * *

 En un Verano muy caluroso y durante su estancia en París, el popular General Toledo, tan campechano como amigo de la comodidad, en mangas de camisa y con su saco al hombro se sentaba en los Campos Eliseos, cerca del Arco del Triunfo, a esperar a su apreciable amigo el Doctor Arroyo, quien nos lo refirió estando de broma una noche entre chapines allá en el bello país de la "Libertad, Igualdad y Fraternidad."

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 POR TIERRAS SANTAS Y POR TIERRAS PROFANAS

 Las góndolas venecianas son especiales : son manejadas por un solo remero que va parado en la popa, donde se sirve de un remo nada más. Rema y va siempre muy contento, cantando a veces. Usa banda roja en la cintura, este simpático gondo­lero veneciano, que también acostumbra usar un pañuelo tinto en la cabeza, cuando no lleva gorra del mismo color o sombre­ro cordobés. Su casaca es negra y completa el típico, el sen­cillo traje con que diariamente cruza los canales y las lagunas legendarias de Venecia, donde las numerosas góndolas, vistas de lejos y en conjunto, semejan negros cisnes flotantes en acelerado movimiento.

 En Estados Unidos van formando entre los niños, en las escuelas, el hábito del ahorro. Ellos tienen sus alcancías donde van guardando monedas de pequeño valor, desde 1, 5 y 10 centavos para reunir determinadas cantidades; las llaves están en los bancos, donde las abren al estar llenas y donde quedan depositadas las pequeñas sumas que son la base de capitales que más tarde son enormes. Los maestros les hablan de hombres bien conocidos, que viven actualmente y que, habiendo sido pobres en su niñez y juventud, han amasado grandes fortunas mediante el ahorro, el trabajo inteligente y la honradez; todo emanado de la buena voluntad. Woolworth Building, por ejemplo, por su enormidad y por ser el edificio más alto del mundo, le llaman La catedral del comercio en New York, fue construido con sumas diminutas reunidas sucesivamente de cinco en cinco centavos de dólares. Mr. Woolworún, y que ahora valen millares de millones de dólares., presidente de edicha compañía,fue su fundador.

Tal el origen de las famosas tiendas "de 5, 10 y 15 centa­vos" que hacen el gran negocio en el mercado de la Unión Americana.

 Visitando el "Cuartel de los Inválidos" en París, vimos tres salones en donde se conservan trofeos de guerra del Empe­rador Napoleón, recuerdos de sus triunfos obtenidos en los campos de batalla, sobresaliendo las banderas y estandartes de todos colores y tamaños. En algunas la acción del tiempo ya ha marcado su huella dividiendo sus tejidos o ras­gando sus telas; otras que están colgadas, van desprendiéndose poco a poco de sus astas. A la mayoría va venciendo la ley de gravedad y parece que ya, de un momento a otro, van a

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 caer. No soportan el pequeño peso del polvo; menos el de los años. Otras hay que al sólo tocarlas, con sólo el contacto del aire, se deshacen, y hay razón: tienen más de un siglo!

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