LA ESFERA DE LA VIDA DEL CREYENTE
POR ARTHUR T. PIERSON
NEW YORK-LONDRES
1898
LA ESFERA DE LA VIDA *PIERSON*vii-xiv
Nuestro propósito actual es muy sencillo. Buscamos mostrar, mediante algunos ejemplos, el alcance y la inmensidad de una breve frase de dos o tres palabras: “EN CRISTO, O EN CRISTO JESÚS”
Una llave muy pequeña puede abrir una cerradura muy compleja y una puerta muy grande, y esa puerta puede conducir a un vasto edificio con tesoros invaluables de belleza.
Esta breve frase, seguida de una preposición y un nombre propio, es la clave de todo el Nuevo Testamento.
Esas tres breves palabras, «EN CRISTO JESÚS», son, sin duda, las más importantes jamás escritas, incluso por una pluma inspirada, para expresar la relación mutua del creyente con Cristo. Aparecen, con sus equivalentes, más de ciento treinta veces. A veces encontramos la expresión «en Cristo» o «en Cristo Jesús», y de nuevo «EN Él» o «EN QUIEN», etc.
Y a veces este nombre sagrado, o su pronombre equivalente, se encuentra asociado con otras preposiciones: «POR MEDIO DE», «CON», «POR»; pero la idea es esencialmente la misma.
Tal repetición y variedad debe tener un profundo significado. Cuando, en la Palabra de Dios, una frase como esta aparece tan a menudo y con tantas aplicaciones diversas, no es pura casualidad; hay un propósito profundo. El Espíritu de Dios nos presenta una verdad de suma importancia, repitiéndola para enfatizarla, obligando incluso al lector más descuidado a prestar atención a una enseñanza vital.
Cuál es esa enseñanza, en este caso, es nuestro propósito actual indagar, y, a la luz de la Escritura misma, responder.
En primer lugar, debemos determinar cuidadosamente qué significa esta frase: «EN CRISTO» O «EN CRISTO JESÚS
Si hay una verdad del Evangelio que es fundamental y subyace a todo lo demás, es esta: UNA NUEVA VIDA EN CRISTO JESÚS.
Él mismo, clara y contundentemente, lo expresó en Juan 15:4: «Permanezcan en mí, y yo en ustedes». Mediante una parábola incomparable, nuestro Señor nos enseñó que todos los creyentes son ramas de la Vid Viva, y que, separados de Él, no somos nada y nada podemos hacer, porque no tenemos vida en nosotros.
Esta verdad se expresa de muchas maneras en las Sagradas Escrituras, pero con mayor frecuencia en esa breve y sencilla frase que ahora estamos considerando: EN CRISTO JESÚS. Tal frase sugiere que Él es para el creyente el artífice de esta VIDA (o CRECIMIENTO). Observemos una esfera, no un círculo.
Un círculo nos rodea, pero solo en un plano; pero una esfera nos abarca, nos envuelve, rodeándonos en todas direcciones y en todos los planos.// medidas,ancho, profundidad, dimensión//
Si dibujas un círculo en el suelo y entras en su circunferencia, solo estás dentro de él en el nivel del suelo.
Pero si ese círculo pudiera convertirse en una esfera, y tú estuvieras dentro de ella, te rodearía por todas partes —arriba y abajo, delante y detrás, a la derecha y a la izquierda. Además, la esfera que te rodea también te separa de todo lo que está fuera de ella.
Asimismo, en la medida en que dicha esfera es fuerte, también protege lo que está dentro de ella de todo lo que está fuera: de todos los enemigos o peligros externos. //¿No le has tú cercado a él, y asu casa, y a todo lo que tiene en derredor? Job 1.10// Y, a su vez, provee a quien está dentro de ella, de todo lo que contiene. Esto puede ayudarnos a comprender la gran verdad enseñada con tanta claridad, especialmente en el Nuevo Testamento.
Cristo se presenta allí como la esfera de la vida//atmosfera// y el ser del creyente, y en esta verdad se incluyen las siguientes condiciones: Primero, Cristo Jesús rodea o abraza al creyente, en su propia vida; segundo, Él separa al creyente en sí mismo de toda influencia hostil; En tercer lugar, Él lo protege en Sí mismo de todos los peligros y enemigos de su vida; en cuarto lugar, Él provee y suple en Sí mismo todo lo necesario.
Veremos más evidencia de la vital importancia de la frase «EN CRISTO», en el hecho de que estas dos palabras desbloquean e interpretan cada libro del Nuevo Testamento.
Aquí está LA LLAVE DE DIOS, mediante la cual podemos abrir todas las puertas y entrar en todas las gloriosas estancias de este Palacio hermoso y grandioso para explorar todas las habitaciones de la casa celestial. Interpretaremos, desde Mateo hasta el Apocalipsis, donde la puerta está abierta al cielo. Cada uno de los cuatro Evangelios, el libro de los Hechos, todas las Epístolas de Pablo y Pedro, Santiago y Juan, y Judas, junto con la misteriosa Revelación de Jesucristo, nos muestran una nueva relación sostenida por Cristo Jesús con el creyente, una nueva dimensión de Cristo como su esfera de ser, un nuevo beneficio o bendición del que disfruta quien está así en Cristo Jesús. Demostrar e ilustrar esto es el objetivo de este estudio del Nuevo Testamento. Y, en aras de la brevedad, bien puede limitar nuestro análisis a las Epístolas de Pablo, desde romanos hasta Tesalonicenses, que como se verá, guardan entre sí, y con la frase que estamos estudiando, una relación única y completa.
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