ENTENDIENDO CORRECTAMENTE*SCOFIELD*1-9

 INTERPRETANDO CORRECTAMENTE LA PALABRA DE VERDAD

 2 TIMOTEO 2:15

 DIEZ ESTUDIOS ESQUEMÁTICOS DE LAS DIVISIONES

 MÁS IMPORTANTES DE LAS ESCRITURAS

 POR EL DR. C. SCOFIELD

ENTENDIENDO CORRECTAMENTE*SCOFIELD*1-9

PREFACIO DE LOS EDITORES Desde que «Interpretando correctamente la Palabra de Verdad» fue publicado por primera vez por su autor, hace más de treinta años, su circulación ha sido muy amplia y la bendición de Dios sobre nuestro ministerio muy notable. Poco antes de partir con el Señor, en 1921, el autor se enteró de que, sin su conocimiento ni consentimiento, las ediciones vigentes del libro habían sido, en muchos casos, modificadas sustancialmente con respecto a la edición que él había preparado y publicado originalmente. Por lo tanto, solicitó a la Escuela Bíblica de Filadelfia de la cual era Fundador y Presidente, que publicara una nueva edición, conforme a las planchas originales. La presente edición es el resultado.

Filadelfia, Pensilvania, octubre de 1921.

 INTERPRETANDO CORRECTAMENTE LA PALABRA DE VERDAD INTRODUCCIÓN

En el segundo capítulo de Segunda de Timoteo, el creyente se presenta con siete características. Se le llama hijo (v. 1), soldado (v. 3), atleta (v. 5), labrador (v. 6), obrero (v. 15), vasija (v. 21) y siervo (v. 24). Con cada una de estas características hay una exhortación apropiada. Como hijo, a Timoteo se le exhorta a ser fuerte en la gracia. La gracia acompaña a la filiación, así como la ley acompaña a la servidumbre, como aprendemos en Gálatas. Luego, como soldado, a Timoteo se le exhorta a soportar las dificultades y a evitar las ataduras mundanas; estos son elementos esenciales para un buen soldado. Como vasija, debe ser purificado y apartado. como siervo, bondadoso, paciente, manso, y así en cada uno de estos siete aspectos de su vida como cristiano. En el versículo 15 se le dice lo que se requiere de él como obrero: «Esfuérzate por presentarte aprobado ante Dios, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad».

La Palabra de Verdad, por lo tanto, tiene divisiones correctas, y debe ser evidente que, así como uno no puede ser «“un obrero que no tiene de qué avergonzarse” sin observarlas, así también cualquier estudio de la Palabra que ignore esas divisiones será en gran medida inútil y confuso. Muchos cristianos confiesan abiertamente que encuentran el estudio de la Biblia una tarea ardua. Muchos más lo encuentran así, pero se avergüenzan de confesarlo.

El propósito de este folleto es indicar las divisiones más importantes de la Palabra de Verdad. Que esto no podría hacerse completamente sin un análisis completo de la Biblia es, por supuesto, evidente; pero se cree que se ofrece lo suficiente para que el estudiante diligente pueda percibir los rasgos generales de la verdad, y algo de la ordenada belleza y simetría de esa Palabra de Dios que, para la mente natural, parece una mera confusión de ideas inarmónicas y contradictorias.

Se exhorta encarecidamente al estudiante a no recibir ninguna doctrina basándose en la autoridad de este Tratado, sino, como los nobles bereanos (Hechos 17:11), a escudriñar las Escrituras diariamente para comprobar si estas cosas son así. No se apela a ninguna autoridad humana. La unción que ha recibido de Él permanece en ti, y no necesita que nadie te enseñe. 1 Juan 2:27

EL JUDÍO, EL GENTIL Y LA IGLESIA DE DIOS

 Texto clave, 1 Corintios 10:32

 Quien lea la Biblia con atención, no puede dejar de percibir que más de la mitad de su contenido se refiere a una nación: los israelitas. Percibe, además, que ocupan un lugar muy distinto en los asuntos y designios de Dios. Separados de la mayor parte de la humanidad, son incluidos en un pacto con Jehová, quien les da promesas específicas que no se le dan a ninguna otra nación. Su historia es la única que se narra en el Antiguo Testamento, tanto en la narrativa como en la profecía; otras naciones se mencionan solo en lo que respecta a los judíos. Parece, asimismo, que todas las comunicaciones de Jehová a Israel como nación se refieren a la Tierra. Si son fieles y obedientes, a la nación se le promete grandeza, riquezas y poder terrenales; Si son infieles y desobedientes, serán dispersos “entre todos los pueblos, desde un extremo de la tierra hasta el otro”. Deut.28.64

 Incluso la promesa del Mesías es una bendición para “todas las familias de la tierra” // nuestra patria, tu patria//