LA BÚSQUEDA FINAL
Rick Joyner
1997
LA BÚSQUEDA FINALAlgunos de estos niveles estaban situados de manera que había una vista amplia de la montaña y del campo de batalla, pero otros estaban tan aislados que los soldados sobre ellos podían tan solo ver su nueva posición. Estos parecían no estar conscientes del resto de la batalla que se estaba librando, ni del resto del ejército que estaba luchando.
Estaban tan heridos a causa de las calumnias y las acusaciones que podían resistir a cualquiera que descendiese a ellos desde un nivel más alto para motivarlos a escalar más.
Sin embargo, cuando alguien comenzaba a descender desde arriba reflejando la gloria del Señor, ellos escuchaban; la mayoría con gran gozo, y pronto comenzaban a escalar con valor y decisión. Mientras contemplaba todo esto, Sabiduría no dijo mucho, pero parecía estar muy interesado en mis reacciones.
Descubriendo la realidad
Entonces observé que muchos soldados que habían estado en la cúspide comenzaron a descender a todos los niveles para relevar a quienes habían estado tomando sus posiciones sobre esas verdades. A medida que lo hacían, cada nivel comenzó a brillar con la gloria que llevaban. Pronto la montaña entera había comenzado a brillar con una gloria que era enceguecedora para los demonios y buitres que quedaban. Con el tiempo había tanta gloria en la montaña que comenzó a tener el mismo sentir que en el jardín.
Comencé a agradecer y alabar al Señor, e inmediatamente estaba en su presencia otra vez. Era difícil contener las emociones y la gloria que sentía cuando hacia esto. La experiencia llegó a ser tan intensa que me detuve.
Sabiduría estaba parado a mi lado. Colocando su mano sobre mi hombro dijo: «Entra por sus puertas con gratitud, por sus atrios con alabanza.»
«¡Pero eso era tan real...¡ Sentí como si nuevamente estuviese allí», exclamé.
«Estuviste allí», respondió Sabiduría. «No es que aquella sea más real, sino que tú lo eres. De igual manera como el Señor se lo dijo al ladrón en la cruz "hoy estarás conmigo en el paraíso",
tú puedes entrar en el paraíso en cualquier momento. El Señor, su paraíso y su monte, todos habitan dentro de ti, porque Él está en ti. Lo que antes eran solo pruebas, ahora son una realidad
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EL MONTE SANTO
para ti porque has escalado la montaña. La razón por la cual puedes verme y otros no, no es porque yo haya entrado a tu esfera, sino porque tú has entrado a la mía. Esta es la realidad que los profetas conocían, la cual les dio gran valentía aun cuando estaban de pie, solos, contra ejércitos. Veían las huestes celestiales que los respaldaban, no tan solo las terrenales formadas en filas en contra de ellos.»
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