LA BÚSQUEDA FINAL
Rick Joyner
1997
«Debes haber estado con Sabiduría durante mucho tiempo», respondió
el águila.
«El estuvo durante mucho tiempo conmigo antes de que yo comenzara a percibirlo, pero me temo que la mayoría de ese tiempo lo estuve resistiendo. De alguna forma, ahora sé que todavía carezco de algo muy importante, algo que debo tener antes de entrar en la batalla nuevamente, pero aún no se qué es.»
Los grandes ojos del águila se tornaron aun más penetrantes mientras respondía:
«También conoces la voz de Sabiduría cuando te habla en tu propio corazón. Estás aprendiendo bien porque tienes el manto. Lo que estás sintiendo ahora es la verdadera fe.»
«¿Fe?», contesté. «¡Estoy hablando de serias dudas!»
«Eres sabio al dudar de ti mismo. Pero la verdadera fe depende de Dios, no de ti
mismo ni de tu fe. Estás cerca de la clase de fe que puede mover montañas, y moverlas es lo que debemos hacer. Es hora de llevarla a lugares donde no ha viajado antes. Sin embargo, tienes razón. Aún careces de algo muy importante. Todavía debes tener una revelación. Aunque has escalado a la cúspide de la montaña y has
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EL RETORNO DE LAS ÁGUILAS
recibido de cada una de las verdades a lo largo del camino, y aunque has estado de pie en el jardín de Dios, probado de su amor incondicional y has visto a su Hijo muchas veces, todavía entiendes tan solo parte del consejo entero de Dios, y de una manera superficial.»
Sabía que esto era muy cierto y me confortaba el escucharlo.
«He juzgado a muchas personas y situaciones erradamente. Sabiduría me ha salvado la vida muchas veces, pero la voz de Sabiduría es aún muy pequeña dentro de mí, y el clamor de mis propios pensamientos y sentimientos son demasiados fuertes. Escucho a Sabiduría hablándome a través de ti, mucho más fuerte de lo que lo escucho en mi propio corazón, de manera que debo permanecer muy cerca a ti.»
«Estamos aquí porque nos necesitas», respondió el águila. «También estamos aquí porque nosotros te necesitamos. Has recibido dones que no tengo, y yo he recibido dones que no tienes. Has experimentado cosas que no he experimentado y he vivido cosas que no has vivido. Las águilas te han sido dadas hasta el fin y tú nos has sido dado a nosotros. Estaré muy cerca de ti durante un tiempo. Luego debes recibir a las otras águilas en mi lugar. Cada águila es distinta. Es juntos, no individualmente, como se nos ha permitido conocer los secretos del Señor.»
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