SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT
La Verdadera Historia del Controversial Presidente de Guatemala
Por
SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT
JOSEPH ANFUSO Y DAVID SCZEPANSKI
CAPITULO VII
Un Nuevo Principio
En una ocasión, después de estar asistiendo a las clases por varias semanas, el Pastor Ramírez se le acercó y le dijo: "Tal vez podríamos tomar una tacita de café juntos y platicar".
"No, no", le dijo Efraín riéndose. "Todavía no. Tal vez más adelante". Sentía que lo querían presionar para adquirir un mayor compromiso, por eso rápidamente declinó la invitación.
Más adelante, cuando Alvaro Contreras lo confrontó con la necesidad de confesar abiertamente a Jesús, todavía estuvo a la defensiva, aunque los estudios bíblicos ya empezaban a hacer su efecto. Estaba profundamente impresionado por lo que veía en estos hombres y entre la gente de la iglesia, a la que ahora él también había empezado a asistir los domingos.
Durante toda su vida había luchado por llegar a la cima, pero siempre había terminado frustrado y, junto con sus frustraciones, sentía gran resentimiento. Sin embargo, entre estos hombres no veía resentimiento alguno. Aunque muchos eran profesionales y hombres de negocios de éxito, en ninguno veía esa profunda ansiedad y los temores que él había conocido a lo largo de su lucha por ascender.
Un día Efraín se puso a contarle a Alvaro Contreras cómo le habían sido robadas las elecciones de 1974. Alvaro lo miró fijamente y le dijo: "No estoy de acuerdo contigo; tú no tienes pruebas positivas de haber ganado. Entonces, ¿cómo puedes asegurar que te las robaron? Además, si ya has aprendido a poner todas tus cargas en Dios, podrías haber perdido todas las elecciones del mundo y, a pesar de ello, estar tranquilo y en paz".
Largas semanas de reunirse con estos hombres, de ver su sinceridad al desear practicar las enseñanzas de las Escrituras, de oírles hablar de perdón y de verlos practicarlo, fue resquebrajando gradualmente la actitud de justicia propia y rectitud que tan fuertemente había dominado la vida de Ríos Montt. El nudo de amargura que escondía en su corazón empezó poco a poco a disolverse conforme iba confiando en la gracia de Dios.
Pronto empezó a reconocer abiertamente a Jesús como su Salvador y Señor, tal como Alvaro Contreras le había sugerido en su breve confrontación semanas antes. Ahora Efraín Ríos Montt, General de un Ejército de hombres, empezaba a comprender qué quería decir ser un soldado de Cristo y el hijo del Rey de Reyes.
Más tarde confesaría: "Toda mi vida fui un hombre religioso y asistí fielmente a la Iglesia. Aún cuando fuí Comandante de bases militares invitaba tanto a sacerdotes Católicos como a ministros Evangélicos a que viniesen a oficiar para los hombres a mis órdenes. Toda mi vida busqué a Dios. Pero es imposible encontrar respuesta a nuestras interrogantes más profundas cuando tenemos el corazón lleno de amargura y queremos, por nuestros propios medios tratar de llegar a Dios. Cuando conocí a los hermanos Cristianos de Verbo supe lo que quería decir 'Nacer de Nuevo'. Hasta entonces yo había tratado de llegar a Dios por mi cuenta. Pero Dios vino a mí y me aceptó tal cual soy".
Lleno de un entusiasmo nuevo, se entregó a las actividades de la Iglesia "Verbo". Asistía a los estudios Bíblicos y al servicio regular de los domingos por la mañana, haciéndose acompañar de su esposa María Teresa y de su hija Zury.
Al principio María Teresa no quería mezclarse con este grupo de Cristianos nacidos de nuevo. Siempre se había considerado miembro de la Iglesia Católica Romana y no deseaba cambiar. Es más, insistió en que si tenían que ir al servicio de Verbo los domingos, primero ¡fuesen a Misa! Efraín accedía.
Desde su regreso de España, María Teresa se había acostumbrado a participar en las alegres reuniones sociales que se organizaban los sábados por la noche en casa de sus familiares. Especialmente le gustaba jugar cartas con sus hermanos y cuñadas, algunas veces durante toda la noche. Como Efraín no estuviera de acuerdo, decidió ir sola. Frecuentemente la regresaban a dejar a su casa a las siete de la mañana del domingo, apenas a tiempo para bañarse, cambiarse y salir para la Iglesia.
Naturalmente le era muy difícil mantenerse despierta durante el servicio en "Verbo". Al observarla, Zury la codeaba murmurándole: "Mamá, te estás durmiendo, despierta".
Algunas semanas después de ver que Efraín asistía solo a las clases de Biblia, se sintió un poco culpable y decidió acompañarlo. En la primera reunión se puso a discutir con un Pastor Evangélico, a quien le preguntó: "¿Y qué de los Testigos de Jehová y de los Mormones?". Trataba de desviar la conversación. El Pastor, notándolo, le preguntó si podía orar por ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario