SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT
La Verdadera Historia del Controversial Presidente de Guatemala
Por
SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT
JOSEPH ANFUSO Y DAVID SCZEPANSKI
CAPITULO V
La Campaña Presidencial
A principios de octubre de 1973 Ríos Montt regresó de Washington e inmediatamente se reunió con los tres principales dirigentes políticos que apoyarían su candidatura. el Licenciado René de León Schlotter, Secretario General del Partido Democracia Cristiana, el Licenciado Manuel Colom Argueta, el entonces Alcalde de la ciudad de Guatemala, y el Dr. Alberto Fuentes Mohr, quien iría como su Vice-Presidente.
Tenía unos cinco meses para hacer campaña. Como político, Ríos Montt era una figura desconocida. Aquellos que lo conocían, lo identificaban como General del Ejército y como militar
Militar de carrera. Como candidato a la presidencia resultaba un enigma; sin embargo, fue este mismo hecho lo que le dió la ventaja que necesitaba.
La estrategia de su campaña política sería simple; se haría resaltar su imagen de buen militar. Esto significaría "denunciar" a los politiqueros como lo que en realidad eran, tarea grata de desempeñar, por cierto. También estaba decidido a que en lugar de pedirle a la gente que votasen por él, se les desafiaría a que votasen por Guatemala. Con su profundo sentido de orgullo patriótico, le sería fácil contagiar de este mismo sentimiento a los demás.
Su popularidad creció rápidamente. Los guatemaltecos estaban decepcionados de Arana y de la descarada corrupción financiera entre los miembros de su gobierno, y por eso espéraban ansiosamente algo nuevo. El principal opositor de Ríos Montt era otro General, Kjell Eugenio Laugerud, candidato oficial seleccionado para ser el sucesor de Arana, lo que para mucha gente constituía un desastroso continuismo. Por eso pensaban que, aunque desconocido, Ríos Montt tendría que ser mejor.
Conforme avanzaba la campaña, su popularidad creció. Al principio, los guatemaltecos estaban sorprendidos, y luego cautivados, por el estilo personal y lleno de vida de sus discursos, que incluían los mismos ingredientes moralizantes y de motivación de cuando instruía a sus alumnos. Sus oponentes se burlaban de su forma de hablar llena de fuerza, incluso algunas veces vociferante. Pero estaba funcionando; la gente estaba cansada de los politiqueros y Ríos Montt parecía ofrecer un verdadero cambio.
Los líderes del partido DC se sentían felices. Su número de afiliados se había más que duplicado, pero también algunas veces se sentían un poco incómodos, pues indudablemente cuando Ríos Montt hablaba de "los politiqueros que habían creado tantos problemas para Guatemala", algo también les tocaba.
En una ocasión les dijo claramente "Mi compromiso es con Guatemala, no con el partido".
Otras veces, cuando le entregaban discursos escritos para que los leyera o le indicaban que tendría que atender determinados eventos de los organizadores, no les hacía caso. El mismo sentido de orgullo e independencia que le había costado el puesto de Jefe del Estado Mayor del Ejército, lo hacía mantenerse a la distancia necesaria para no contaminarse de la "mugre necesaria" que conlleva toda campaña política de partido.
Su alianza con la Democracia Cristiana vino a complicarse por los vínculos de ésta con el Partido Frente Unido de la Revolución (FUR). Si la posición de la DC estaba ligeramente en el centro izquierda, el FUR estaba a su izquierda. Sus oponentes buscaban formas de difamarlo. Un día apareció una noticia en un periódico diciendo que María Teresa de Ríos Montt era miembro afiliado del Partido Comunista de Hungría. Efraín, después de leer la noticia, le preguntó a María Teresa: "Mi linda, hemos estado casados por 22 años. ¿Puedes decirme cuándo estuviste en Hungría?"
El partido de Laugerud también hacía por su cuenta otras publicaciones difamatoria de Ríos 67Montt, llamándolo el nuevo Lenin y asociándolo con los guerrilleros comunistas. Llegaron incluso a traer de Chile a un Coronel para que hablase a los guatemaltecos respecto a la conexión existente entre el Partido Democracia Cristiana y los Partidos Marxistas. La DC, por su parte, contraatacó con anuncios que denunciaban al gobierno como "el partido de la violencia organizada". Otro anuncio de la DC desplegaba un enorme ¡BASTA YA! refiriéndose a los titulares periodísticos que daban cuenta de los asesinatos y muertes por violencia.
El mes de marzo se acercaba y la campaña llegaba a su fin. La victoria parecía segura. La confianza del General Ríos Montt era tan fuerte que no prestaba oídos a los rumores que circulaban respecto a un posible fraude electoral.
Una tarde confió a su esposa: "La gente me quiere a mí para Presidente, así que pronto los estaré dirigiendo". Después de ésto se quedó pensativo, meditando sobre la responsabilidad que empezaba a sentir sobre sus hombros. La decisión de aceptar la oferta de la DC la había tomado él solo, sin consultar a nadie, simplemente tomándola y decidiéndose a regresar a Guatemala, para involucrarse en la agitada campaña electoral desde el momento de su llegada. Ahora empezaba a meditar más detenidamente sobre lo que le esperaba.
"Señor, dame fortaleza para cumplir con lo que he prometido a la gente y si no puedo, haz que pierda las elecciones", dijo en voz alta y tensa sorprendiendo a María Teresa, que estaba a su lado.
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