domingo, 5 de noviembre de 2023

LA BRISA DE LA VIDA 51-52

LA BRISA DE LA VIDA  51-52

LA BÚSQUEDA FINAL

Rick Joyner

1997

51

LA BÚSQUEDA FINAL

EL VIENTO DEL ESPÍRITU

Cuando el águila miró a los heridos su rostro se transformó. En lugar de lo feroz y resuelto que se había visto previamente, para con los heridos era como un abuelo, delicado y lleno de compasión.

El águila desplegó sus alas y comenzó a agitarlas suavemente, iniciando una brisa fresca que fluía por encima de los heridos. Era incomparable con ninguna otra brisa que hubiese sentido antes.

 Con cada respiro fui ganando fortaleza y claridad mental. Pronto los heridos estaban de pie, adorando a Dios con una sinceridad que trajo lágrimas a mis ojos.

Nuevamente sentía una profunda vergüenza por haber despreciado a aquellos que habían permanecido en este nivel. Parecían débiles y tontos para aquellos de nosotros que estábamos ascendiendo el monte, pero habían perdurado mucho más que nosotros, y permanecían fíeles. Dios los había guardado, y ellos lo amaban a Él con un gran amor.

Miré hacia la parte superior del monte.

 Todas las águilas estaban batiendo suavemente sus alas. Todos en la montaña estaban siendo refrescados por la brisa que ellas generaban y comenzaron a adorar al Señor. Primero había cierto desacorde entre la adoración que venía de los distintos niveles, pero con el tiempo todas las personas en cada nivel estaban cantando en perfecta armonía.

Nunca sobre la tierra había escuchado algo tan bello; no quería que terminara jamás. Pronto me di cuenta que era la misma adoración que habíamos conocido en el jardín, pero ahora sonaba más rica y llena. Sabía que esto se debía a que estábamos adorando en la misma presencia de nuestros enemigos, en medio de la oscuridad y del mal que rodeaba al monte, lo cual lo hacía parecer mucho más bello.

No sé cuanto tiempo duró esta adoración, pero finalmente las águilas dejaron de batir sus alas y se detuvieron

. «¿Por qué no siguieron? », pregunté al águila con la cual estaba hablando.

 «Porque ahora están sanos», respondió indicando que los heridos, quienes ahora estaban de pie, se encontraban ya en perfecta condición. «La verdadera adoración puede sanar cualquier herida», añadió.

52

EL RETORNO DE LAS ÁGUILAS

«Por favor hazlo de nuevo», le rogué.

 «Haremos esto muchas veces, pero no nos compete a nosotros decidir cuando.

 La brisa que has sentido era del Espíritu Santo. Él nos dirige a nosotros y no nosotros a Él.

Él ha sanado a los heridos y ha comenzado a traer la unidad que se requiere para las batallas futuras. La verdadera adoración también derrama el precioso aceite sobre la Cabeza, Jesús, que luego fluye hacia abajo por todo su cuerpo, haciéndonos uno con Él y los unos

con los otros. Nadie que entra en unión con Él permanecerá herido ni sucio. Su sangre es vida pura, y fluye cuando estamos unidos a Él. Cuando estamos en Él también estamos unidos al resto del cuerpo, de manera que su sangre fluye a través de todos. ¿No es así como se sana una herida del cuerpo, cerrando la herida de manera que la sangre pueda fluir hasta el miembro herido, trayendo regeneración? Cuando una parte de su cuerpo está herida, debemos unirnos con esa parte hasta que esté totalmente restaurada. Todos somos uno.»

 

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