lunes, 6 de noviembre de 2023

LAS PUERTAS DE LA VERDAD 54-55

LA BÚSQUEDA FINAL

Rick Joyner

1997

LAS PUERTAS DE LA VERDAD

El águila se levantó de la piedra sobre la cual había estado posada y se remontó sobre la orilla del peñasco del nivel en el cual estábamos parados. «Ven», dijo él. A medida que me acerqué vi pasos que conducían hacia abajo, a la misma base de la montaña y una

puerta pequeña.

«¿Por qué no he visto esto antes?», pregunté.

 «Cuando recién llegaste a la montaña, no te quedaste en este nivel suficiente tiempo como para ver a tu alrededor», respondió.

 «¿Cómo supiste eso? ¿Estabas aquí cuando llegué a la montaña?» «Hubiera sabido esto aunque no hubiese esto allí, porque todos aquellos que pasan de largo esta puerta lo hacen por la misma razón; no obstante, yo estaba

aquí», respondió. «Era uno de los soldados que rápidamente pasaste

en tu camino hacia la parte superior de la montaña.»

55

LA BÚSQUEDA FINAL

Fue entonces que me di cuenta que el águila era un hombre que había conocido poco después de mi conversión, y con quien había tenido algunas pocas conversaciones. Continuó: «Entonces quería seguirte. Había estado en este nivel por tanto tiempo que necesitaba un cambio. Simplemente no podía dejar a todas esas almas perdidas a las cuales estaba procurando conducir hasta acá. Cuando finalmente me comprometí a mí mismo para hacer la voluntad del Señor, fuese de quedarme o seguir, Sabiduría apareció y me mostró esta puerta. Dijo que este era un camino más corto hacia arriba.

Esta es la forma como llegué arriba antes que tú. Allí fui transformado en águila

Recordé entonces que había visto puertas como esta en niveles. Incluso había mirado rápidamente en una de ellas y recuerdo cuan asombrado había estado por lo que vi. No llegué muy lejos porque estaba demasiado enfocado en la batalla, tratando de llegar a la cúspide de la montaña.

 «¿Pude haber entrado por cualquiera de aquellas puertas y haber llegado hasta la cúspide?», pregunté

. «No es así de fácil», respondió el águila, quien parecía un poco irritada.

«En cada puerta hay pasadizos, uno de los cuales conduce a la cúspide.

» Anticipando mi próxima pregunta, continuó, «los otros conducen a otros niveles sobre la montaña. El Padre diseñó cada pasillo para que todos pudieran escoger el nivel de madurez que le ha sido dado.»

«¡Increíble! ¿Cómo logró eso?», pensé dentro de mí, pero el águila escuchó mis pensamientos. «Fue muy simple», continuó el águila como si yo hubiese dicho mis pensamientos en voz audible.

 

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