miércoles, 8 de noviembre de 2023

SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT 3d

 SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT

La Verdadera Historia del Controversial Presidente de Guatemala

 Por

SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT

JOSEPH ANFUSO   Y   DAVID SCZEPANSKI

 Durante todo este turbulento período, a Efraín Ríos Montt le afectaba poco el caos político de su país. Aunque bien familiarizado con las ideas políticas, además de ser un ávido lector y cuidadoso observador de los sucesos, para él su principal preocupación era la carrera militar. Más que otra cosa, él quería llegar a ser General, Jefe respetado de un Ejército disciplinado. Para él, todos los políticos eran politiqueros, cómplices y explotadores comprometidos sólo con sus intereses personales, responsables de la corrupción en el gobierno y el Ejército.

Dentro de este concepto, Ríos Montt procuraba mantenerse fuera de ese sucio mundo de los politiqueros. Cada puesto que ocupaba, especialmente aquellos en donde tenía a soldados o Cadetes bajo sus órdenes, lo veía como una oportunidad especial para instruirlos con las cualidades y principios que siempre había tratado de mantener en su propia vida: honor, disciplina y un alto sentido de la moral. Creía firmemente que estos eran los valores que le daban a un hombre razón de sentirse orgulloso de sí mismo y del Ejército al que servía.

A los que estaban bajo sus órdenes los exhortaba diciéndoles: "Sin que importe qué están haciendo los demás, uno debe siempre hacer lo que hace con todo su corazón. Si no pueden hacer las cosas bien con todo su corazón, mejor no las hagan".

Ríos Montt hacía más que sólo predicar sus ideales Con frecuencia educaba con el ejemplo como en el caso siguiente: siendo Instructor en la Escuela Politécnica observó cómo unos Oficiales dirigían a un grupo de jóvenes Cadetes en un ensayo de sus famosos desfiles. Marchaban como sin ganas, con descuido y aun los Oficiales parecían desempeñarse con desgano. Efraín decidió intervenir.

"Rompan filas, que toda la Compañía rompa filas; y pueden retirarse al dormitorio", ordenó fríamente.

Siendo temprano en la tarde, los cadetes se alejaron confundidos, pues ninguno se explicaba por qué el Mayor Ríos Montt les había mandado a romper filas y ninguno tampoco se atrevía a preguntarle. Simplemente obedecieron, se fueron al dormitorio, y a los pocos minutos estaban durmiendo.

Entonces entró el Mayor Ríos Montt y con voz . fuerte les ordenó "Quiero que se levanten, se vistan y que estén en el campo en diez minutos. Van a repetir el entrenamiento, sólo que ahora", les gritó, "van ustedes a marchar bien"

 Efraín quería que estas dos lecciones se fijasen enla mente de los Cadetes: que si las cosas no se hacían bien, había que repetirlas hasta hacerlas bien; y que aunque el profesor diera un mal ejemplo al alumno, éste debía de tratar de hacer las cosas bien. Esa vez la marcha resultó perfecta.

Así era el estilo de liderazgo de Ríos Montt y así era su mensaje. Y cuando no podía enseñar por medio de ejemplos prácticos, simplemente les hablaba.

En una oportunidad, en la base militar Mariscal Zavala, se dirigió a una Compañía de reclutas bajo sus órdenes y les dijo: "Quiero darles un consejo que me dió mi madre; cuando supo que me venía al Ejército me advirtió: 'Hijo, no dejes hijos regados por ahí. No riegues tu sangre indiscriminadamente'. Ahora, a ustedes soldados, quiero decirles que todavía son jóvenes y tienen mucho que aprender en la vida y que deben de recordar siempre que la disciplina principia en nuestro propio cuerpo. Deben darse cuenta que su cuerpo es un templo. No lo contaminen con prostitutas".

Pero lo que le daba verdadero valor a sus pláticas moralizantes era su propio ejemplo. Para sus compañeros y para aquellos bajo sus órdenes Ríos Montt fue siempre un hombre que practicó lo que predicó. En una oportunidad, siendo Mayor asistió a un Curso de Entrenamiento Especial en Fort Bragg, Carolina del Norte, EE.UU. Un fin de semana que tenían libre le dijo su compañero de Guatemala: "Efraín, te invito, vamos a buscar a algunas gringas guapas, sus esposos están en Viet Nam y te apuesto que se sienten muy solas".

Efraín se quedó observandolo pensativamente y después le preguntó"¿Y cómo crees tú que se sentirán nuestras esposas allá en Guatemala este fin de semana?"

El compañero no volvió a insistir.


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