martes, 7 de noviembre de 2023

SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT Cap.II-a

 La Verdadera Historia del Controversial Presidente de Guatemala

 Por

JOSEPH ANFUSO   Y   DAVID SCZEPANSKI

PROLOGO POR PAT ROBERTSON

 SIERVO O DICTADOR

DIOS DA,…DIOS QUITA

 DIOS DIÓ…

DIOS QUITÓ

Job 1,21

 RIOS MONTT

Nuestra historia principia en el año de 1933, en  la ciudad de Huehuetenango, en la República de Guatemala.

  CAPITULO II
El Pequeño Soldadito

  ¡Un, dos, mar. Un, dos, mar. Alto!" La mano del pequeño Efraín empujó el portón de hierro que se entreabrió suavemente y con todo cuidado, para no golpear su rifle de madera que cargaba firmemente sobre su hombro, se deslizó por la abertura.
Siguió marchando hacia dentro y el eco de su voz resonaba entre las flores del patio de su casa: " ¡Un, dos, mar. Un, dos, mar. Alto!"
Había llegado frente a la puerta de entrada.
"Efraín", llamó la voz de su mamá "¿dónde has estado? Entra y prepárate para cenar".
"Sí mamá", dijo obedientemente, cerrandola puerta tras de sí y marchando hacia la pila para lavarse las manos.

En la cocina hervían ollas de arroz y frijoles negros, que dejaban escapar su delicioso aroma. También se sentía el sabroso olor de las tortillas de maíz cocinándose en el comal. Al otro lado de la habitación estaba Zylda, su hermana de un año mayor, poniendo la mesa para comer. Más allá, de otro cuarto, llegaban las voces de sus otros hermanos.
"¿Estabas otra vez jugando a los soldados?", le preguntó la anciana de pelo blanco que estaba junto a la pila cuando llegó a lavarse. Era su abuelita, la de la dulce sonrisa, que secándose las manos en el delantal, cariñosamente le sobó la cabeza.
"¿Está mi papá en casa?", preguntó el pequeño Efraín.
"No, pero vendrá pronto", le contestó su mamá desde el otro cuarto. "Probablemente esté cerrando la tienda".
Afuera se ponía el sol, derramando su s
uave luz dorada sobre Huehuetenango. Era la hora que la familia se reunía para cenar. Efraín Ríos Montt tenía sólo 7 años.
Había nacido en
Huehuetenango en 1926; fue el tercero de doce hijos y soñó con ser militar desde el día en que vió a los soldados desfilar en su ciudad natal. "Un día seré soldado", -se dijo a sí mismo- "tendré un uniforme, un rifle y mi familia se sentirá orgullosa de mí".
El dominio de los militares en Guatemala se remonta hasta el año de 1524, cuando el conquistador español, don Pedro de Alvarado, llegó de México. En nombre de España y de la Iglesia —pero especialmente por el oro y la fama— Alvarado conquistó y gobernó a Centro América hasta su muerte en 1540. Los mayas, que poblaban el Istmo desde México hasta Pamá, no poseían armas que se pudiesen equiarar con las espadas de los conquistadores. los que se resistían, les daban muerte, sus poblados incendiados y los sobrevivientes eslavos del Imperio. Sentenciados a una seridumbre perpetua y a una categoría civil de tercera clase, aquella raza, que fuera tan digna orgullosa, se convirtió en sirvienta de una colonia del Nuevo Mundo.
Gradualmente, a lo largo de los tres siglos siguientes, el reino de Guatemala, que abarcaba a toda la región de la América Central, fue aflojando sus ataduras de España, hasta que en 1821 declaró su Independencia. Inmediaimente se hicieron esfuerzos por mantener unida a toda la región formando la Federación de las Provincias Unidas de Centro América, que se estableció en 1823, pero que solamente duró 15 años. Poco antes de su disolución, don Juan Barrundia, el Primer Jefe de Estado de la Provincia de Guatemala, fue depuesto por medio de un golpe militar. Esto sentó un triste precedente en el panorama político de la América Central, que ha venido repitiendo desde entonces.

  Después del colapso de la Unión de Centro América, Guatemala fue gobernada por una serie de dictadores de mano de hierro. En 1898, el Dr. Manuel Estrada Cabrera, un astuto abogado de Quetzaltenango, ascendió al poder y gobernó durante 22 años. En todo ese tiempo siempre fue declarado triunfante en las elecciones, sin importar el resultado verdadero de las mismas, declarándose como fiesta nacional la fecha de su toma de posesión. La corrupcióny la violencia política prevalecieron hasta 1920, cuando miembros de la oposición pertenecientes al Partido Unionista lo declararon demente y el Congreso lo separó de su cargo.
El sucesor de Estrada Cabrera gobernó solamente un año y fue depuesto por una revuelta; luego siguieron diez años tumultuosos, en los que Guatemala tuvo seis presidentes. Final-mente en 1931, ascendió al poder como Presidente el General Jorge Ubico, dictador de mano férrea que gobernó a Guatemala durante catorce años.
Así andaban las cosas cuando nació Efraín Ríos Montt. Su joven imaginación, desconocedora de la inestable historia política de su país, fue cautivada por los soldados uniformados en Huehuetenango. "Sí, seré soldado", se juró a sí mismo. Su decisión estaba hecha.

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