miércoles, 8 de noviembre de 2023

SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT IV

SIERVO O DICTADOR RIOS MONTT

La Verdadera Historia del Controversial Presidente de Guatemala

 Por JOSEPH ANFUSO   Y   DAVID SCZEPANSKI 

CAPITULO IV

Amarga Recompensa

"Este es el quinto informe que nos llega, ¿qué es lo que está pasando allá?" pensó el General Ríos Montt al momento de colgar el teléfono ese día de Mayo de 1973.
Desde cinco fuertes le habían llegado noticias que la guerrilla estaba operando en Alta Verapaz, un departamento al norte de Guatemala. Como jefe del Estado Mayor del Ejército, tenía que actuar.
En 1962, un grupo de jóvenes oficiales cansados de la corrupción e inmoralidad a que el gobierno del General Ydígoras Fuentes estaba llevando al Ejército de Guatemala, decidió rebelarse, y al fallarles el apoyo ofrecido por otras Bases, huyeron a las montañas a refugiarse y se declararon como las Fuerzas Armadas Rebeldes, inicio del movimiento guerrillero en Guatemala, que pronto tuvo adeptos en muchas partes. Para mediados de la década de 1970 había abarcado a la mayor parte del país. Denunciando las áreas débiles del sistema político de Guatemala, -como la concentración de capital en unos pocos, la oligarquía dominante, la extrema pobreza de las masas indígenas, la falta de representación de la porción más grande de su población, la falta de sensibilidad de los gobiernos, la dudosa legitimidad de los presidentes de turno y en fin, estas y muchas otras cosas,- crearon banderas que enarbolaban para respaldar lo que llamaban el mandato moral del movimiento.
Para aquellos reclutados por los insurgentes, luchando contra "el sistema opresor", este movimiento les ofrecía la esperanza de una vida mejor. Si esta esperanza era o no justificable, era algo que no se detenían a preguntar; tampoco el hecho de que a través de este movimiento se estaba produciendo una acelerada infiltración comunista. Lo que a ellos importaba era su liberación de la oligarquía opresora y alimento para saciar su hambre.
Aunque el General Ríos Montt recibía frecuentes informes de las actividades guerrilleras en el altiplano, lo normal era que el Comandante de cada región tomase sus propias decisiones respecto a las operaciones ofensivas. Sólo en casos muy serios acudía al Jefe del Estado Mayor. Después de una breve consulta con sus asesores, el General Ríos Montt dió órdenes para que varias unidades se movieran a las áreas en donde se informaba de la presencia de las guerrillas. Sin embargo, estas órdenes eran estrictas en cuanto a no abrir fuego si no era por disposición abierta de su Comandante. Efraín quería estar seguro que los informes que le enviaran fueran exactos.
Sus sospechas eran justificadas. Cuando llegaron al area precisa en donde se había informado de la actividad guerrillera, sólo encontraron a un puñado de indígenas sembrando maíz. Una investigación posterior reveló que la información, que les había llegado a través de cinco conductos diferentes, provino toda de un mismo punto de origen: una firma empacadora de carne que quería, precisamente, esas tierras, para construir una nueva planta, y como los indígenas no se las daban, creyeron que la mejor manera era denunciar que en esa área había guerrilla y entonces el Ejército les resolvería el problema matando a los "guerrilleros".
Estas tácticas de los comerciantes y los políticos de querer usar al Ejército para sus propios fines indignaba a Ríos Montt. La guerrilla era una cosa, estaba tratando de destruir al país y había que tratarlos como enemigos. Pero cuando los enemigos de Guatemala eran su propia gente, que no sentían ningún amor por su patria y sus hermanos, él se sentía muy decepcionado y también furioso. Pero lo que más le ofendía era que tratasen de usar al Ejército de Guatemala para lograr sus sucios fines.


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