BOHEMIA Y MORAVIA. *POR A. BOST* 1-3

DE LOS

HERMANOS DE BOHEMIA Y MORAVIA.

 POR A. BOST,

 GINEBRA.

TRADUCIDO DEL FRANCÉS Y ABREVIADO.

CON UN APÉNDICE,

QUE CONTINÚA CON LA HISTORIA HASTA LA MUERTE DE ZINZENDORF

 Y UN ESQUEMA DEL ESTADO ACTUAL DE LA IGLESIA MORAVA.

LONDRES:

 SOCIEDAD DE TRATADOS RELIGIOSOS;

 instituida en 1799;

VENDIDA EN EL DEPÓSITO, 56, PATERNOSTER ROW) Y POR LOS LIBREROS.

 1834,

LONDON

:J. Hill, Black Horse Court, Fleet Street.

1-3

HISTORIA DE LOS HERMANOS BOHEMIOS Y MORAVOS.

 CAPÍTULO I.

 DESDE EL COMIENZO DE LA ERA CRISTIANA, HASTA 1373 D.C.

 Los hermanos de Moravia son descendientes de un pueblo que, como los Vandois del Piamonte, nunca se doblegaron bajo el yugo romano, sino que se puede rastrear a través de la iglesia griega, directamente a la iglesia primitiva. Observemos brevemente el origen de esta sociedad, que ha sido conocida en la cristiandad, durante los últimos cuatro siglos, con el nombre de los Hermanos Unidos.

Ya en los días de los apóstoles el evangelio se predicaba en Iliria y Dalmacia, Romanos xv. 19. 2 Timoteo iv. 10;

* “Porque no osaría hablar sino de lo que Cristo ha hecho por medio de mí para la obediencia de los gentiles, con la palabra y con las obras, ¹⁹ con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo he llenado del evangelio de Cristo. ²⁰ Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, ²¹ sino, como está escrito:

Aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de él, verán;

Y los que nunca han oído de él, entenderán.”  Apóstol Pablo- Romanos 15.18* * “y Tito a Dalmacia.”

 y, en los siglos segundo y tercero, leemos de obispos y mártires en esos países.

Durante algún tiempo, los cristianos de Iliria, como en otros lugares, vivieron dispersos entre sus vecinos paganos. Sin embargo, poco a poco, la religión cristiana se extendió por esos países, de modo que, en el año 680, se esperaba a los obispos ilirios en el concilio general de Constantinopla, y estuvieron ausentes sólo porque se negaron a tolerar el culto a las imágenes.

 Sin embargo, no fue hasta el siglo IX, que los moravos abrazaron el cristianismo como nación, por medio de la predicación de Cirilo y Metodio, dos piadosos y eruditos eclesiásticos griegos, que fueron presentados por la hermana del rey. Se dice que Cirilo fue el autor de esa traducción de la Biblia que todavía se usa entre los eslavos que siguen apegados a la iglesia griega.

El cristianismo se extendió gradualmente desde Moravia a Bohemia; pero, en este último país, aquellos que recibieron el evangelio sufrieron crueles persecuciones, por parte de sus compatriotas que continuaban en el paganismo. Sus lugares de culto fueron cerrados; a los predicadores se les prohibió enseñar; y, durante más de diez años, soportaron toda clase de crueldad y opresión, hasta que fueron aliviados por la interposición del emperador Otón I. Pero él sólo intervino con el propósito de someterlos a la iglesia de Roma, y a partir de ese período surgió otra contienda, que duró varios siglos.

 Un evento que contribuyó mucho al avance de la religión romana en ese país, fue una visita de la hermana del gran duque de Bohemia a Roma. Los obispos y sacerdotes que había visto hasta entonces en Bohemia vivían en humildad y pobreza, como su Maestro, y se dedicaban diligentemente a enseñar al pueblo en su lengua nativa, sin pompa ni ostentación; Pero el esplendor de la corte papal y el culto latino, repleto de ceremonias imponentes, tuvieron tal efecto en ella que, a su regreso a Bohemia, no pudo descansar hasta que indujo a su hermano a tomar la fatal resolución de introducir la religión romana en sus dominios. Esto ocasionó una sucesión de problemas y de persecuciones sangrientas durante varios siglos.

Como los estados de Bohemia se opusieron a esta innovación, el gran duque se esforzó por introducirla gradualmente. Constituyó un obispado en Praga, la capital de Bohemia; nombró a un católico romano alemán como obispo y ordenó que se utilizara el ritual latino en el culto público. Los bohemios resistieron enérgicamente esta última invasión de sus derechos. Al principio se hicieron algunas concesiones, pero lo que un papa concedía era revocado por otro. La contienda, sobre este punto solamente, continuó más de un siglo, hasta que fue terminada por el papa Gregorio vii, quien devolvió la siguiente respuesta al príncipe Wratislao, sobre sus renovados esfuerzos para obtener para los bohemios sus antiguas libertades:

 — “ Gregorio, obispo y siervo de los siervos de Dios, envía saludos y bendiciones al príncipe bohemio Wratislao.”