COUNT RAYMOND OF TOULOUSE,
AND THE
CRUSADE
AGAINST THE ALBIGENSES,
UNDER
POPE INNOCENT III.
BY
CHARLOTTE ELIZABETH,
NEW-YORK:
ICK CHURCH CHAPEL, OPPOSITE CITY HALL.
1848.
1-3
El presente volumen es el último trabajo que procedió De la pluma de Charlotte Elizabeth. Le ocupó gran parte de su tiempo y pensamientos durante los últimos dieciocho meses de su vida; y la historia y su existencia terrenal llegó a su fin casi al mismo momento.
La obra presenta un caso singular, también, de una labor literaria que perseveró y se llevó a término; en circunstancias de lo más dolorosas de este personaje.
Poco después de haber comenzado esto narrativa, una dolencia que finalmente resultó ser se el cáncer que acabó con su vida el 12 de julio de 1846. Su vigor mental, sin embargo, apenas se vio disminuido por ello, incluso hasta muy cerca del fin de sus días. En su colección personal, los métodos a los que recurrió, durante su enfermedad, se describen así:
“Continuó dirigiendo su Revista ; y a Para efectuar el funcionamiento mecánico de la escritura, inventó durante una de sus noches de insomnio una máquina que fue construido inmediatamente por un hábil carpintero. Constaba de dos rodillos sobre un bastidor; en el de abajo se enrollaron muchos metros de papel y, rápido mientras llenaba una página, escribiendo con el marco apoyado de rodillas, al dar vuelta a un pequeño cabrestante deslizaba el manuscrito al rodillo superior y lo subía una nueva superficie limpia de papel. De esta manera ella escribir artículos para la prensa y cartas a amigos,- Mide tres, cuatro o seis yardas de largo-. El dictado le resultaba muy difícil; excepto ella misma podía seguir sus pensamientos con suficiente rapidez, Tampoco recurrió a este modo de escribir, hasta verse absolutamente obligada a ello, durante los dos últimos meses de su vida.”
Fue con la ayuda de esta maquinaria que se escribió el presente volumen. Pero estos trabajos, realizados ante tal sacrificio de comodidad física, para que su alma entusiasta, entregada a la causa de la Verdad, la impulsaban, han llegado a su fin.
Para las Horas finales de alguien cuyo carácter notable invistió incluso escenas ordinarias con tan absorbente interés, se remite al lector a su libro publicado recientemente y su memoria, que cierra con el siguiente párrafo:
" También ordenó que no se pusiera ninguna piedra por aquí; pero que su lugar de descanso debería estar marcado por una simple lápida, que dictara el epitafio. que, con la adición de la fecha, ha sido así inscrito.
“AQUI QUEDAN LOS RESTOS MORTALES DE CHARLOTTE EIIZABETH LA AMADA ESPOSA DE LEWIS HYP0LYTUS JOSEPH TONNA, MURIÓ EL 12 DE JULIO, MDCCCXLVI. MIRANDO HACIA JESUCRISTO”
CONTENIDO CAPÍTULO I. Página LA IGLESIA DE CRISTO EN EL SIGLO XII CAPÍTULO II. ANTICRISTO . '. , . . . .45 CAPÍTULO III. LOS CRUZADOS CAPÍTULO IV. LA CAVERNA I5l CAPÍTULO V. LA DAMA DE LAVAUR • . . . . 178 CAPÍTULO VI. EL DESGASTE 219 CAPÍTULO VII, CONCLUSIÓN .... • . . 259 APÉNDICE 302
GUERRA CON LOS SANTOS.
CAPÍTULO I.
LA IGLESIA DE CRISTO EN EL SIGLO XII
"'Él no aflige voluntariamente ni entristece al hijos de los hombres."
Así habló el Profeta inspirado, en medio de uno de los más amargos lamentos jamás pronunciado por labios mortales o escrito por mano mortal. Una visita de ira terrible había abrumado a su nación ; cuya severidad, a los ojos de un piadoso israelitas, apenas nos es posible, ni siquiera vagamente, concebir; Jerusalén fue derrocada, aquí palacios destruido; la santa y hermosa casa donde los niños habían adorado, fue quemada en el fuego, y con él se perdió un tesoro como ningún pueblo en la tierra alguna vez había poseído: tablillas en las que el dedo de la Omnipotencia había trazado en caracteres visibles los grandes mandamientos de su ley eterna: la porción milagrosamente conservada, de lo que el salmista llama "comida de ángeles", el sustento con el que, por Durante cuarenta años, Israel había sido alimentado diariamente desde el cielo, y que fue depositado, por mandato Divino, como un testimonio de las generaciones venideras; la rama seca también, de donde en una noche habían brotado la hoja y la flor, y el fruto había madurado, para ser establecido por milagrosa aceptación del Sumo Sacerdocio de Aarón y sus hijos sobre toda la casa de Israel
Todos esos (tesoros) se perdieron: y con ellos el propiciatorio, sobre el cual descansó la gloriosa Shejiná, la manifestación visible de la presencia Divina. Judá también se había ido en cautiverio, los palacios de Sión fueron abandonados, sus poderosos baluartes fueron derribados, yLa ciudad estaba solitaria porque había estado tan llena de gente. Para intentar una descripción de lo que entonces era la agonizante aflicción de aquellos que contemplaron la ruina, por igual de la tierra, la ciudad y la gente, sería para transcribir íntegramente aquella conmovedora Lamentación de Jeremías; sin embargo, en medio de todo, en su lucha se levanta, fuerte y no deprimido, aunque su corazón está retorcido con tristeza, y sus ojos desfallecieron con el día del llanto y noche por la destrucción de su gente ; y dice: ''El Señor no desechará para siempre; pero aunque cause dolor, aun así lo hará ten compasión, conforme a la multitud de sus misericordias. Porque él no aflige voluntariamente ni entristece. los hijos de los hombres."
Esto es lo más notable, porque, bajo la dispensación mosaica, los derechos nacionales y prosperidad individual en las cosas temporales contadas como muestra del favor divino: fue prometido como semejante ; su retirada fue una confesión expresa de ira contra el que sufre; y la plaga total que ahora había caído sobre el pueblo judío, la disolución de su gobierno, la extinción de su reino; sobre todo, la profanación y ruina de sus cosas más sagradas, con su propia expulsión forzosa de la tierra que Dios les dio a sus padres, fue una prueba de fe la más ardiente que se haya podido podría ser sometido por Él, quien, como refinador de plata, se sienta para juzgar y purificar a su pueblo
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