HEROINAS DE LAS CRUZADAS * POR CELESTIE ANGENETTE BLOSS* 9-20

HEROINAS DE LAS CRUZADAS

POR CELESTIE ANGENETTE BLOSS

1853

A MIS ALUMNAS

ESTÁ DEDICADO CON CARIÑO

POR LA AUTORA

9-20

En cierta medida, para suplir una deficiencia que la historia común no puede obviar, para hacer que el período de las Cruzadas sea interesante, al darle el hilo tangible de una narrativa auténtica, se han seleccionado y compilado, con mucho cuidado y trabajo, estas biografías de las "heroínas" que inspiraron al trovador, animaron al guerrero, o en persona "tomaron la cruz".

 La era comienza en la época de la Conquista, cuando Guillermo, sin duda el gobernante más grande de su tiempo, regresa triunfante a Normandía. No hay dos escritores que estén de acuerdo en cuanto a la edad de sus hijos, los he ordenado como mejor se adapta a mi propósito, haciendo que Cicely sea la mayor, la prometida de Harold; y la segunda hija, Agatha, la novia del conde Edwin; y Adela, cuyo carácter ambicioso está bien autentificado, la heroína de la Primera Cruzada.

 El carácter y las supersticiones de los sajones, con su amor por la "tradición legendaria", he tratado de plasmar en la vida temprana de Maude, mientras que he tratado de hacer que sus años más maduros ilustren los principios y la piedad de una maestra a la que todos ustedes sienten un gran apego.

El medio infiel Hardrager, que fue necesario para mostrar tanto el plan de la Abadía de Battle como las causas y el carácter de la peregrinación, realmente podría haber sido el líder de los Asesinos, ya que se establecieron en el Monte Líbano e incorporaron en su creencia algunas de las doctrinas del Nuevo Testamento sobre ese período. Eleanor de Aquitania fue una de las pocas mujeres cuyos años maduros en cierta medida expiaron una juventud de locura. Agnes Strickland cita autoridades para demostrar que la bella Rosamond pasó diecinueve años en un convento y murió con reputación de santa. Me disculparán por haber permitido que la muerte la cortara en "la flor de su joven belleza" para presentar un cuadro más conmovedor de los tristes efectos de la culpa. Las baladas no son mías; algunas las encontré en obras obsoletas, y una fue versificada a partir de una leyenda de los primeros novelistas.

En cuanto al Torneo y la contienda con el león en Berenguela, estoy en deuda con la misma autoridad veraz, aunque no puedo explicar por qué Richard encontró el Corazón del León tan convenientemente situado en el fondo de la garganta, excepto por el hecho de que "Fisiología e Higiene" no había asignado entonces la verdadera posición a los órganos internos.

Lamentaba mucho no haber podido hacer que Joanna fuera tan interesante como Edith en El talismán, pero esto era evidentemente imposible, en primer lugar porque no tenía el genio de Scott y, en segundo lugar, porque me propuse atenerme estrictamente a la verdad. Fue Saphadin y no Saladino quien buscó aliarse con la casa principesca de Plantagenet, y me pareció conveniente consolar su decepción otorgándole la dama ficticia que había traído para que buscara fortuna en Oriente. Michelet confirma esta decisión al afirmar que ésta era enfáticamente la era de las mujeres y que durante algunos años una mujer ejerció el poder soberano sobre los territorios del islamismo.

 Blondell, sobre cuya existencia se han puesto tantas dudas, es, creo, un personaje bien autenticado, que "interpreta su papel" con gran fidelidad y veracidad. Si no hubiera estado limitado por el espacio, el anillo en la mano del nieto de Violante habría proyectado la catástrofe de las Vísperas sicilianas. Por la misma razón, sólo podía aludir a la lucha entre güelfos y gibelinos, a las guerras civiles de Francia e Inglaterra, a la Cruzada contra los albigenses y a la fundación de la Inquisición por Santo Domingo, cuando, en busca de herejías, recorrió las colinas y valles del Languedoe y condenó a muerte a aquellos valientes que se atrevieron a ejercer el derecho del juicio privado.

Eva es el único personaje puramente ficticio de alguna importancia en la obra, y fue dibujada de la vida real, un retrato que algunos de ustedes pueden reconocer. Fuller, en su "Guerra Santa", contradice la leyenda de Eleanora extrayendo el veneno de la herida de Edward, pero agrega: "aquel que refute esta linda ficción obtendrá poco crédito", y confieso que no tuve el coraje de intentarlo.

Quiero expresar aquí mi profundo agradecimiento a los caballeros de la Universidad de Rochester, cuya cortesía me ha permitido consultar varias obras de autores ingleses antiguos que no se han publicado en este país, de las que tengo extractos bibliográficos tanto de hechos como de lenguaje.

En conclusión, sólo puedo decir que me he esforzado por presentarles una historia verdadera en una serie de historias entretenidas. En la primera, estoy seguro de haber tenido éxito tanto en lo que respecta a los acontecimientos como a la cronología; en la segunda, tengo algunas dudas; pero si mis "heroínas" tienen el efecto de despertar la curiosidad e inducir la investigación, sentiré que "han tenido su recompensa".

 CLOVER STREET SEM., 30 de noviembre de 1852.

LIDERES DE LAS CRUZADAS

GODFREY OF BOULOGNE, FIRST CRUSADE. STEPHEN, COUNT OF BLOIS, " " Louis VII. OF FRANCE, SECOND " FREDERIC I. BARBAROSSA, THIRD " PHILIP II. AUGUSTUS, " " RICHARD I. CCEUR BE LION, " " • HENRY, COUNT OF CHAMPAGNE, .... FOURTH " CONRAD OF GERMANY, " " THIBAUT, COUNT OF CHAMPAGNE, . . . FIFTH " DANDOLO, DOGE OF VENICE, " " JEAN DE BRIENNE, KING OF JERUSALEM, . " " HUGH X. DE LUSIGNAN, COUNT LA MARCHE, " " ANDREW II. OF HUNGARY, SIXTH " FREDERIC II. OF GERMANY, " " Louis IX. OF FRANCE, SEVENTH " CHARLES D'ANJOU, KING OF SICILY, ..." " EDWARD I. OF ENGLAND, EIGHTH

ADELA

 CAPÍTULO I.

 LA NOCHE DEL 20 DE MARZO DE 1067.

 "Ondead vuestras antorchas en cada peñasco y acantilado. Que muchas luces brillen en nuestras almenas, gritadles en las pausas de la tormenta y decidles que no hay esperanza". MATURIN'S Bertram,

Toda la noche, la dama Matilde, con sus hijos, se arrodilló ante el santuario sagrado de la antigua abadía de Feschamp

Ansiosamente habían estado observando a través del crepúsculo, en busca de las velas blanqueadoras de la flota del Conquistador. No aparecieron velas, y la noche cayó oscura y tormentosa sobre el canal de la Mancha. Era apropiado que la oración ascendiera a Aquel que gobierna el destino de las naciones, porque las esperanzas de todos los tiempos futuros se balanceaban en ese mar de medianoche. El campo de Hastings fue ganado, Harold fue asesinado, Inglaterra fue sometida, y los barcos de Guillermo el Conquistador, llenos con la flor de la caballería normanda, y seguidos por el triste resto de nobles sajones, se apresuraban hacia la costa normanda.

 ¿Fue Woden, el que entronizó la tormenta, quien con implacable furia persiguió a la progenie de los vikingos, despojadores de la raza sajona? ¿Fue Thor, el que pronunció la voz del trueno, advirtiendo al orgulloso Conquistador que el gran corazón de Inglaterra todavía latía con el pulso de la Libertad, aunque el valle de Sanguelac estaba rojo con la sangre de sus hijos más valientes? ¿Fue el espíritu de una Fe más apacible que prevaleció sobre esa noche de oscuridad, extendió una mañana tranquila sobre esas aguas turbulentas y, a través de esa luz solar omnipresente, esparció bendiciones incontables como las joyas líquidas que pavimentaron la ruta de los barcos rescatados?