DONACIÓN SISTEMÁTICA.
CONSIDERADO BAJO DOS TÍTULOS,
EL DERECHO DE DIOS COMO SOBERANO, SEÑOR Y CREADOR
COMPROBADO POR LAS ESCRITURAS.
1. EL DERECHO DE DIOS COMO SOBERANO, SEÑOR Y CREADOR.
2. 2. LA RESPONSABILIDAD DEL HOMBRE COMO RECEPTOR DE LAS BENDICIONES DE DIOS
CHARLOTTE HOSTERMAN
HALIFAX
1888
Con un profundo sentido de la grandeza del tema y una convicción profunda de su importancia vital para el bienestar del mundo en general, y de su componente religioso en particular, el autor presenta este trabajo en forma de un "Ensayo sobre la donación sistemática".
EL DERECHO DE DIOS * MRS. HOSTERMAN* 1-9
“En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, Gén.1.1
El nombre de Dios, que expresa poder omnipotente. En hebreo significa fuerte y poderoso. El salmista prorrumpe en cánticos de alabanza al contemplar la gloria de las obras de Dios. “Cuando veo los cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú no formaste, ¿qué es el hombre, para que de él te acuerdes, y el hijo del hombre, para que lo visites?”, preguntó.
Las alusiones en el tercer versículo llevan a la idea de que este Salmo fue escrito por David en su juventud, cuando sus vigilias de pastor le brindaban frecuentes y recurrentes oportunidades de observar la gloria y la majestad de Dios, como se muestra en la extraordinaria belleza y brillo del astro. Salmo 8, 3-4: “Alabadle, sol y luna; alabadle, vosotras todas, estrellas y luz”. Salmo 148, 3. Que el sol, fuente de luz y alegría, precioso emblema de la “Luz que ilumina a todo hombre”; que la luna, que gobierna la noche y es tipo de la iglesia que da al mundo la luz recibida del Sol de Justicia; que las estrellas, por tanto, vastas en número y hermosas en su brillo, alaben siempre a Aquel que las creó y las bendijo en el principio. “Los cielos declaran la gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra de sus manos”, Salmo 19, 1. Volviendo al Salmo 8, el dulce Cantor de Israel contempla al hombre, la última y más noble obra de todas: las dignidades y capacidades que le fueron otorgadas, la posición que le fue asignada, a saber, la gloria, el honor y el dominio, tal como era antes de la caída, y tal como volverá a ser cuando sea restaurado por Cristo, a quien, como el único y perfecto hombre, las expresiones de este Salmo son especialmente aplicables.
“Tuyos son los cielos; tuyos; tú fundaste el mundo y todo lo que hay en él”. “Tú hiciste el norte y el sur: Tabor y Hermón se regocijarán en tu nombre”. Él creó los cielos, y la tierra, el norte y el sur, las colinas nevadas del Líbano, los desiertos áridos y resecos de África y Arabia, la altura del Hermón al este del Jordán, cerca de donde Jesús fue bautizado, y el Tabor al oeste, donde se transfiguró, son suyos, porque Él los hizo; y sin Él nada de lo que fue hecho fue hecho. Él ha creado todas las cosas con sabiduría y las llenará de su amor.
La prerrogativa soberana y creadora de Dios queda plenamente demostrada por los versículos ya citados y tratados, y las referencias marginales* merecen una lectura atenta y una comparación entre sí, pues todas sustentan la misma enseñanza y señalan a Dios como el gran "Yo soy" tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, y están llenas de expresiones de la gloriosa majestad del Dios Trino. De entre muchas otras, cerraré este capítulo con algunas observaciones sobre los siguientes versículos: "Regocíjese Israel en su Hacedor, y los hijos de Sión se regocijen en su Rey". Este Salmo, lleno de gozo y júbilo, no tiene otro título en hebreo que... “Aleluya”, toda alabanza y todo gozo, esperando con ansias el momento en que Cristo venga y entre en Jerusalén, manso y humilde, pero reconocido por Pilato en la hora de su más profunda humillación como “Rey de los judíos”, y más allá del sufrimiento y la muerte, hasta ese momento en que el Señor Jesús reinará en majestad sobre el mundo radiante, y sus santos lo alabarán con un solo corazón y una sola voz, como el Creador de todo y el Rey visible y reconocido de todo. Dirán: “Aleluya al Señor Dios omnipotente que reina”.
Alaben al Señor! Es bueno elevar sus corazones y voces en Su alabanza; Su naturaleza y Sus obras nos invitan a hacer de este deber nuestro deleite. Él formó las estrellas, esas llamas celestiales, Él cuenta su número, llama sus nombres, Su sabiduría es vasta y no conoce límites, Un abismo donde se ahogan todos nuestros pensamientos. ° Canta al Señor, exáltalo, Quien extiende Sus nubes por el cielo, Allí prepara la lluvia fructífera, No deja que las gotas desciendan en vano, Él hace que la hierba adorne las colinas, Y viste los campos sonrientes de maíz, A las bestias con alimento sus manos provee, ' Y a los cuervos jóvenes cuando mueren,
- John 1: 1,2. Heb. 1: 10, Psalm 102: 25. ‘Isaiah 44: 24. Jer, 10; 12, Qo); 2; 16,17. Heb, 11:3, Zech. 12; 1, Psalm 149: 2.
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