miércoles, 31 de diciembre de 2025

SALMOS MESIÁNICOS *ROSENMULLER *i-iii

 ANOTACIONES SOBRE

 ALGUNOS SALMOS MESIÁNICOS;

DEL COMENTARIO DE

 ERNST FRIEDRICH KARL ROSENMULLER;

 CON LA VERSIÓN LATINA Y NOTAS DE FECHAS

TRADUCIDO POR ROBERT JOHNSTON

EDIMBURGH

1871

SALMOS MESIÁNICOS *ROSENMULLER *i-iii

PREFACIO.

 El propósito general de la serie a la que pertenece este volumen es promover el aprendizaje bíblico; el objetivo particular del volumen es presentar al lector una muestra de crítica erudita y laboriosa, aplicada a una pequeña, pero importante porción de las Escrituras Hebreas. Si reflexionamos sobre las peculiaridades distintivas del idioma hebreo, en particular su antigüedad y carácter sagrado, podemos percibir que posee importantes reclamos para nuestra atención. Quizás no creamos, o al menos no creamos que sea demostrable, que fuera el idioma del paraíso, el medio de comunicación entre el Ser Divino y los padres de la humanidad, el idioma en el que a estos últimos se les enseñó a comunicar sus pensamientos entre sí y a su descendencia. Pero aunque podamos dudarlo, no podemos dudar de que fue uno de los primeros idiomas escritos; y tenemos buenas razones para inferir que fue un idioma hablado en un período aún más temprano.

 La autenticidad de los libros de Moisés está plenamente demostrada; y no se conoce la existencia de otros escritos bien autenticados de igual antigüedad.

Ahora bien, el idioma en el que Moisés escribió fue el hablado por sus hermanos, el pueblo hebreo, y, como podemos concluir razonablemente, sustancialmente el mismo que hablaron sus progenitores patriarcales, Abraham, Isaac y Jacob. Abraham, si podemos confiar en la exactitud de la cronología, nació antes de la muerte de Noé; en cuyos días, se dice, «toda la tierra era de una sola lengua y de una sola palabra». Es lícito suponer, por lo tanto, que nos ha sido transmitida, encarnada en el hebreo, una porción considerable del idioma primitivo de la humanidad. Naturalmente, sentimos respeto por las cosas antiguas. Contemplamos con reverencia las colinas eternas y las rocas que han conservado su posición y forma desde los primeros tiempos del mundo. El pilar, con sus figuras y caracteres esculpidos, que fue contemplado por hombres que vivieron hace miles de años, no puede contemplarse sin sentimientos de profundo y solemne interés. El lenguaje de la antigüedad nos conmueve de forma similar. Cuando leemos la narración de la entrevista de Abraham con los extranjeros que lo visitaron en el valle de Mamre, «mientras estaba sentado a la puerta de la tienda, en el calor del día», la impresión se refuerza al reflexionar que tenemos ante nosotros, probablemente, las palabras expresas que se usaron en esa ocasión.

Cuando leemos el testimonio de Jacob: «He esperado tu salvación, oh Jehová», inmediatamente antes de que «recogiera sus pies en la cama, expirara y se reuniera con su pueblo», parece, en sus propias palabras, tener toda la autoridad de un documento autógrafo.

 O, si deseamos escuchar, por así decirlo, la voz del Hijo de Dios, tenemos en el profeta, las palabras precisamente pronunciadas por él cuando leyó, en la sinagoga de Nazaret, sobre su misión de "predicar el evangelio a los pobres" — "proclamar el año agradable del Señor". Estos, podría decirse, son meros placeres de la “imaginación.” Sea como sea: son, sin embargo, tan reales y tan racionales como los derivados del uso de los escritores clásicos "en las lenguas originales"; y se entiende que compensan ampliamente el esfuerzo de aprender las lenguas clásicas. En realidad, no es de esperar que el hebreo sustituya al francés, el italiano o el alemán como materia de estudio cortés y de moda. Tampoco es probable que interfiera jamás con el estudio del griego y el latín en nuestras escuelas y universidades; aunque, al mismo tiempo, ofrece al hombre de letras ventajas nada desdeñables, considerado simplemente como una rama del saber general. Se nos permite mencionar aquí el uso que se le puede dar en el Estudio de la filología; un estudio en el que todo erudito encuentra una fuente tanto de placer como de progreso. Al rastrear el progreso y las relaciones lingüísticas, se arroja mucha luz sobre el origen y la historia de las naciones, sobre las migraciones y las divisiones de la gran familia humana. Así se descubren verdades, por otros medios quizás inaccesibles.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

ENTRADA DESTACADA

*2*CALENDARIO AÑO "2026"*31 12 25

  *2*CALENDARIO AÑO "2026"*31 12 25   BIBLIA, FE Y   ORACIONES DE LOS POETAS Algo para recordar   LIBRO DIARIO Los hijos d...