EL JUEGO DE LA VIDA Y CÓMO JUGARLO * FLORENCE SCOVEL* 21-23

 EL JUEGO DE LA VIDA Y CÓMO JUGARLO

POR FLORENCE SCOVEL SHINN

MARINA DEL REY, CALIFORNIA

1925

EL JUEGO DE LA VIDA Y CÓMO JUGARLO * FLORENCE SCOVEL* 21-23

Jesucristo sabía la verdad de esto cuando dijo: "Si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en los cielos". Uno se preocupa demasiado por sus propios asuntos y se vuelve dubitativo y temeroso. El amigo o "sanador" ve claramente el éxito, la salud o la prosperidad, y nunca flaquea, porque no está cerca de la situación.

 Es mucho más fácil "demostrar" algo por alguien más que por uno mismo, por lo que no debe dudar en pedir ayuda si siente que flaquea.

Un agudo observador de la vida dijo una vez: "Nadie puede fracasar si alguien lo ve triunfar".

Tal es el poder de la visión, y muchos grandes hombres le han debido su éxito a una esposa, hermana o amiga que "creyó en él". y se mantuvo firme en el modelo perfecto.

EL PODER DE LA PALABRA

"Por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado."

Quien conoce el poder de la palabra se vuelve muy cuidadoso con su conversación. Basta con observar la reacción de sus palabras para saber que no "vuelven vacías".

 A través de su palabra hablada, el hombre se autoimpone continuamente sus propias leyes.

Conocí a un hombre que decía: "Siempre pierdo un coche. Invariablemente sale justo cuando llego". Su hija dijo: "Siempre alcanzo un coche. Seguro que llega justo cuando llego". Esto ocurrió durante años.

Cada uno se había impuesto una ley distinta: la del fracaso y la del éxito

. Esta es la psicología de las supersticiones. La herradura o la pata de conejo no tienen poder, pero la palabra hablada y la creencia de que le traerá buena suerte crean expectativa en el subconsciente y atraen una "situación afortunada".

 Sin embargo, esto no funcionará cuando el hombre haya avanzado espiritualmente y conozca una ley superior. Uno no puede volver atrás y debe desechar las "imágenes talladas".

Por ejemplo: Dos hombres de mi clase habían tenido mucho éxito en los negocios durante varios meses, cuando de repente todo se desmoronó. Intentamos analizar la situación y descubrí que, en lugar de hacer sus afirmaciones y buscar el éxito y la prosperidad en Dios, habían comprado un "mono de la suerte".

Dije: "Ah, ya veo, han estado confiando en los monos de la suerte en lugar de en Dios".

"Deshazte de los monos de la suerte e invoca la ley del perdón", pues el hombre tiene el poder de perdonar o neutralizar sus errores.

 Decidieron tirar los monos de la suerte a una carbonera, y todo volvió a la normalidad.