miércoles, 24 de diciembre de 2025

ORO SALOMON AMERICA- 3-4

 ORO DE SALOMON EN AMERICA

ONFROY DE THORON

PUBLICADO EN 1868

FRANCIA

ORO SALOMON AMERICA- 3-4

Antes de mostrar la ruta que sigue una fracción de las poblaciones asiáticas para establecerse hacia el Pacífico, en América meridional, debemos señalar que, desde el origen de su establecimiento en esta región, hasta el día de hoy, ha estado al borde de cualquier gran invasión, capaz de derrocar, aniquilar o destruir su autonomía y su lengua primitiva. De hecho, las Antillas del Perú, del Ecuador y de Bolivia habitan las tierras altas, las mesetas de los Andes y las cordilleras de estas tres repúblicas.

La considerable altitud y escarpada pendiente de este territorio, por un lado; la vasta extensión del Pacífico, por otro; y finalmente, las cuatro mil millas de espesos bosques vírgenes que separan las inexpugnables montañas de las Indias Occidentales de las costas del Atlántico, han preservado de su destrucción a la colonia asiática, establecida hace unos miles de años en la región de la que venimos señalando. Su lengua, que se convirtió en la de los incas, alcanzó, bajo el gobierno de estos reyes, cierto grado de perfección en sus formas gramaticales; conserva, no obstante, su pronunciación original (1) y, especialmente, uno de los principales rasgos característicos de su gran antigüedad, ya que once consonantes y tres vocales de nuestro alfabeto bastan para la escritura. Además del carácter primitivo de esta lengua, vemos que el caldeo y el hebreo, ya antiguos, escribían con veintidós letras, a las que en tiempos más modernos se les han añadido trece signos masoréticos. En cuanto al sánscrito, consideremos su título como la fuente de las lenguas indoeuropeas. A pesar de su antigüedad, su alfabeto consta de treinta y nueve caracteres, y comprende las dos letras védicas: / et {A); por lo tanto, está lejos de poseer el prestigio primitivo de la lengua de las Indias Occidentales; etc. Su amalgama con varios dialectos antiguos de Asia no nos parece dudosa. La lengua de los Antis, o la de los incas, (1) El hebreo y el caldeo, formando y habiendo conservado un gran número de palabras de la lengua quichua, que pueden servir a los hebreos para restaurar la pronunciación correcta de las palabras comunes al quichua y a la lengua semítica; pero deben evitarse las corrupciones de letras introducidas por los españoles en varias palabras. es decir, se llama quichua; Y es bajo esta denominación única que abordaremos de aquí en adelante, evitando el término quichenne aplicado, aunque mal documentado, por Humboldt y Klaproth, o quichua; por lo tanto, no deben confundirse las dos lenguas completamente distintas: el quiché, perteneciente a México,//Guatemala, Centroamerica// y el quichua, hablado en las Américas del Sur. Se entiende que esta denominación no debe aplicarse únicamente a la lengua mexicana. Bajo el dominio inca, el quichua se usaba desde el segundo grado de latitud norte de Quito, en Ecuador, hasta Maulerio, en Chile, punto ubicado en el trigésimo quinto grado de latitud sur. Esta lengua se habla también en el Tucumán, que forma parte de la Confederación Argentina, así como en toda la cuenca oriental de las Cordilleras y territorios adyacentes de Ecuador, Perú y Bolivia, de donde descienden varios y grandes arroyos, en parte navegables, que descienden a la cuenca alta del río Amazonas.

Así, se ha llegado a la conclusión de que el idioma quichua se ha hablado en un territorio cuya extensión era de 2.960 kilómetros de norte a sur, y cuya anchura es mediana y variable, de 800 kilómetros de oeste a este; pero una gran cantidad de topónimos, preservados en los afluentes y riberas del río Amazonas, dan la certeza de que, en la antigüedad, el idioma quichua se hablaba a lo largo de este río, hasta 1.900 kilómetros de las orillas del Pacífico; y es precisamente en la cuenca del Alto Amazonas donde deseamos centrar la atención de nuestros lectores.

Antes de demostrar que los objetos reportados por las naves de Salomón e Hiram tenían sus nombres en lengua quichua y se apoderaron de los territorios dependientes de las Indias Occidentales, nos parece natural distinguir primero los lugares que frecuentaban las flotas de estos soberanos y, por lo tanto, cada vez, tras tres años de ausencia, regresaban cargados de madera preciosa, tesoros y objetos de curiosidad. Ÿ Comenzaremos señalando que los autores que investigaron Ofir y Tarsis omitieron el nombre de Parvaim, que figuraba en la Biblia. El análisis de este nombre es, sin embargo, de suma importancia: es, por sí solo, toda una revelación. En el libro II de los PARALIPOMENS o CRÓNICAS, cap. 11, v. 6, se dice que «Salomón adornó su casa con finas piedras preciosas, y que el oro provenía de Parbaim». Este rey se abastecía de oro en otros lugares, además de Ofir y Tarsis.

Los filólogos no prestan atención a esta circunstancia; sin duda porque el nombre de Parvaim falta en casi todas las versiones bíblicas, y los traductores, en lugar de decir, como en hebreo, el oro de Paruim, zab-Paruim O5 25, se ven obligados a decir que «Salomón orna sa house of beautiful precious stones and du best gold». No entienden este término de Paruim, plural de Paru, y quizás ni siquiera lo tomaron como nombre. Este nombre aún existe en los textos hebreos, caldeos y sirios; y la omisión que se ha cometido demuestra que no sabíamos demasiado y pusimos todo el cuidado posible en recopilar los textos de libros antiguos. Además, la pronunciación de Parvaim no es precisa en las traducciones, ya que tanto en caldeo como en hebreo, este nombre se escribe Paruim D\9. Ahora, especificaremos los lugares donde se ubicaba Paruim. Paru es el nombre propio de un río del territorio oriental del Perú, y sus aguas, provenientes del sureste, se unen, hacia los 10° 30’ de latitud meridional, con las del Apu Paru. Estos dos ríos provienen del nombre de Paru, por lo tanto, en plural, el Paruim de los hebreos (1).

Estos arroyos, habiendo recibido de la provincia peruana, llamada Caravaya (2), el río aurífero /nampari y varios otros afluentes aún más ricos por el oro que poseen, confundirán sus aguas con las del Uïilcamayu, de Paucartampu y del Apurímac, que descendía de la provincia del Cuzco. Todos estos ríos atraviesan los territorios famosos de Paititi, llamado por los españoles l’£/-Oro; compiten por el Ucayali, uno de los grandes afluentes del río Amazonas, y que, en su curso, baña por un lado el Pampa de la Sacramento, y por el otro las tierras del antiguo imperio de Znin o /nim, hoy en día legendario. El nombre del río Ucayali es hebreo, por su etimología en à, 12= 12 =D uca= ca = esto, términos que siguen a todos «coraje, resolución, fuerza»; en un segundo término hebreo ?n" tal, «esperar, tener esperanza»; dns tal también significa: «él quiere, él consiente»; luego en un segundo término ia/y, «ellos emprenderán o él emprende»; también existe ‘bn iuly, «esperamos, aguardamos, emprendemos». El significado de Ucayali es así: «Con coraje, esperanza»; o bien: «Con la resolución, emprendemos»; o también: «Con coraje, esperamos».** im indica el plural, (2) Caravaya es corrupto de Cara huaylla "bosque de corteza": aquí se alude a árboles de quinquina, que abundan en esta provincia.-***

 

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