miércoles, 14 de mayo de 2025

MEMORIAS 63-71

 El dia de hoy, miércoles 14 de Mayo de 2025, a las diez de la mañana llegaron a  mis manos varios libros interesantes. Entre ellos:  “LOS DIAS DE LA SELVA”  Y “MEMORIAS”, el autor del primer libro es Mario Payeras  , y el segúndo fue escrito por el General Benedicto Lucas.

Considerando que la juventud guatemalteca de nuestros días, desconoce o  no le interesa mayormente el informarse acerca de la historia de nuestro país, lo cual   considero en si es un defecto, porque si no conocemos lo que concierne a nuestra patria, estaremos en desventaja de poder   soñar, no digamos de llevar  a la realidad, el progreso y desarrollo de nuestra amada patria.

El libro “Memorias” esta numerado a  la pagina 254, y “Los días...”188.

Espero ir dando a conocer partes de estas dos narrativas de dos autores que en su tiempo jugaron papeles antagónicos en la tierra que nos vio nacer.

Consideré publicar en el mismo espacio igual numero de paginas para equilibrar o comparar las narrativas. Pero siendo el libro “Memorias” de mayor paginas, comenzaré por este último.

Dejando a un lado las “simpatías”, por cualquiera de lo que representa  alguno de estos libros, el tema de la selva siempre me ha fascinado.

La selva en cualquier parte del mundo es para mí, tan atrayente, quizás  por  que siendo un niño de 5 o seis años, escuché la lectura del maravilloso libro “El mundo del  Misterio verde”  del insigne  literato guatemalteco Rodríguez Macal.

Dicho libro fue para mi el portal hacia un mundo verde, lleno de misterio y maravilla, donde los animales “ hablaban” y “sentían”, donde yo los conocí, libres, aguerridos, gallardos…sin jaulas, sin barrotes, recorriendo leguas y leguas de selva petenera.

Recuerdo que el publicar literatura en este blog, no percibo ningún tipo de remuneración monetaria, *no lleno mis bolsillos con algún dinero por estas publicaciones, al contrario, gasto dinero en comprar libros* pero lo  hago con gusto y deleite , … por un idealismo, por un quijotismo, y aunque  yo no lo sepa, quizás algún día un niño, una niña, un joven o señorita, emerja como un literato, un filosofo, un poeta…un genealogista, escritor, un arqueólogo, un antropólogo, un pensador…por “ ignición” “por la chispa”, de haber leído alguna entrada publicada en este blog, y contribuya a dar lustre en el futuro a la sufrida y noble patria que nos vio nacer. Atte. El autor del blog.

CAPÍTULO IV
VIAJE A LA REPÚBLICA DE FRANCIA

63-71

            MEMORIAS

General Manuel Benedicto Lucas García

Al regresar nuevamente en el avión, el Capitán se embarcó conmigo, ya a bordo y en pleno vuelo, me dijo que cuando regresara por favor le trajera unos cordones de los que usamos en el uniforme de gala, porque los que ahí había eran de hilo de oro, en cambio los nuestros eran o son todavía de hilo normal. Le hice la promesa de que se los traería; sin embargo, al preguntar allá por esos cordones me dijeron que no habían; por lo que al cabo de cuatro años, no pude cumplirle. Yo no me había preocupado de mi sueldo. Cuando viajábamos en el avión, el Capitán me dijo que al aterrizar me fuera con él al Departamento de Contabilidad a cobrar. Le agradecí y cuando aterrizamos lo acompañe, me llevó a la Tesorería y ahí me pagaron algo que me sorprendió, pues eran más de doscientos quetzales de aquel entonces. Cuando me anunciaron que me iba a Francia, para mí fue tan emocionante que gracias a Dios por mi calidad de deportista no me dió un infarto.

Para llevar a cabo todos los trámites que comprendían pasaporte, visa, retiro del trabajo y otros, por fortuna todo se me facilitó; además, contaba yo con algunos fondos para movilizarme, pues para efectuar todos los arreglos me dieron un mes exacto, tiempo que me sobró, porque todo el mundo me ayudaba, pues a medio mes de estar movilizándome, yo ya estaba listo para viajar al viejo mundo. Poco a poco fui conociendo a quienes serían mis compañeros de viaje, de los que viajábamos estaban cuatro civiles a quienes no conocía, siendo ellos Virgilio Viscovich Palomo, Federico Sovalvarro Mesa, Luis René Girón Ortíz y Francisco Aguilar Oliva y de ex Cadetes, Joaquín González Amésquita, quien había sido Sargento Dragón y yo Cabo degradado. Al conocernos nos pusimos de acuerdo en todo y principiamos a hacer proyectos y relacionarnos más, hasta que se llegó el día de nuestra partida.

63

Partimos el 03 de mayo de 1955 a las 13:30 horas del Aeropuerto la Aurora, en el vuelo 501 de Pan American Airways.

Ahi nos juntamos los que anteriormente sabíamos que viajábamos y nos sorprendimos que también viajaban dos oficiales conocidos para mí, que fueron mis antiguos en la

Escuela Politécnica, se trataba del Teniente de Artillería Salvador Pèrez quien iba a especializarse a Francia en esa misma arma y al Subteniente de Infantería Servio Júpiter Camey Sierra, quien iba a la Escuela de Infantería. Al primero pues únicamente lo tuve de antiguo siendo yo aspirante y al segundo lo tuve de antiguo y Sargento de mi Pelotón, estando él en cuarto año, cuando únicamente se hacían cuatro años en la Escuela, pues fue a mi promociónala que le tocó inaugurar el nuevo ciclo lectivo. La despedida en el Aeropuerto fue bastante emotiva, pues para todos era la primera vez que viajábamos al exterior del país por largo tiempo y lógicamente dejamos a nuestra madre, hermanos, novia etc., que no sabíamos si volveríamos a ver. Nos despidieron y abordamos el avión con un largo suspiro por nuestra querida Guatemala. En el Aeropuerto siempre nos estuvo acompañando el Mayor Ariel Rivera Siliézar, quien no cabe duda era el oficial de Relaciones Públicas en ese período, a él yo lo conocí de Capitán en la Escuela Politécnica cuando era aspirante y, con el mismo grado cuando era cadete, siendo él quien ordenó que me castigaran por no tener máquina de rasurar. ¿Lo recuerdan?

Despegamos después de las advertencias de rigor y al poco tiempo estábamos aterrizando en el Aeropuerto de Managua, Nicaragua, allí esperamos unos 20 minutos y luego proseguimos viaje hacia Panamá, después de algunos minutos,seguimos para Maracaibo, Venezuela, aterrizando en el Aeropuerto de Maiquetía, en donde tuvimos que esperar largo rato, al extremo que nos entró la noche, porque ahí cambiábamos de línea aérea.

Por fin nuestro vuelo llegó, prosiguiendo nuestro viaje a  Puerto Príncipe Haití, a donde llegamos a las 22:00 horas. Ahí nos dijeron que nuestro vuelo llegaba hasta las 02:00 horas, por lo que dispusimos ir al centro de la ciudad a tomar algo y conocer un poco. Al llegar a un Restaurante, yo no quise bajarme porque estaba muy cansado y al ver que la gente   toda desgreñada rodeaba el taxi, como si fuéramos extraterrestres, mejor me quedé esperándolos, no por mucho tiempo, porque me contaron que adentro del Restaurante todo estaba sucio, también los rodearon y no los dejaban estar tranquilos, temiendo que algo les sucediera; decidieron salir para regresarnos al Aeropuerto y ahí esperar nuestro vuelo que más tarde abordamos y nos condujo a la Isla de Guadalupe, Fort de France, en donde nos esperaba el Porta Aviones DIXMUDE de la Armada Francesa. Un oficial de la Marina nos fue a encontrar al Aeropuerto, nos condujo al Porta Aviones y nos alojaron a cada uno en un camarote bellamente presentable. El comodoro del mismo cuyo nombre lamentablemente no se me ocurrió anotar, nos dio la bienvenida y ordenó que nos dieran un pase a cada uno, para que durante los dos días que íbamos a permanecer ahí, pudiéramos visitar la ciudad sin ningún contratiempo, lo simpático para nosotros era que cada vez que íbamos a descender o subir las escalinatas del porta aviones para ir a la ciudad o venir de ella, el centinela de a bordo hacía funcionar un instrumento como silbato, que al sonar se tenía que hacer el saludo, esto sucedía cada vez que uno salía o llegaba.

*Porta aviones DIXMUDE de la Armada Francesa, en el cual nos fuimos de
Guadalupe, forte de France hacia Marsella, Francia, pasando por Casa Blanca
y Bizerta, Africa del Norte. La X Muestra mi Camarote.‑fotos*

Después de dos días de visitar la isla, por cierto muy hermosa, con gente de otra cultura. Zarpamos rumbo a Casa Blanca, Marruecos, viaje en el cual tardaríamos 15 días, pero no sé por qué circunstancias el primer día a unas 10 millas náuticas de la costa, fondearon el porta aviones y cuando quisieron levar anclas, éstas ya no se elevaron, por haberse trabado bado a saber en qué, por lo que tuvo que descender al fondo un buzo, para poder destrabarlas. Así continuamos nuestro viaje. Los tres primeros días pasamos mareados, en los restantes ya era de observar las maravillas del mar y el infinito del mismo. Nos acompañaban dos dragaminas que se abastecían cada cierto tiempo de combustible en el Porta Aviones, lo que también constituía para nosotros un espectáculo, más durante la noche que la marea era bastante alta y que, cuando los pequeños Dragaminas con sus luces se elevaban, al extremo que se veía como si vinieran sobre nosotros, cuando bajaban desaparecían totalmente en lo profundo de las olas. Otro espectáculo, eran los delfines en la quilla de el porta aviones y los peces voladores.

Los Dragaminas acompañaban al Porta Aviones, porque la segunda guerra mundial acababa de pasar y se temía que todavía existieran minas submarinas y flotantes en el mar, especialmente en esas regiones que fueron escenario de muchas batallas.

Durante las horas de la noche, siempre encontrábamos a un marino de origen español, quien se mantenía oyendo música de su país en un pequeño radio de baterías, aprovechando nosotros oír un poco de música en nuestro idioma.

 En el comedor, el oficial más joven era el encargado de leer el menú, el que todos escuchaban con mucha atención, inclusive nosotros que no entendíamos mayor cosa; pero Joaquín González haciendo chiste dijo, "muchá ya oyeron que vamos a comer gato", pues de esa ocurrencia todos nos reímos, porque sí el oficial que leyó el menú pronunció la palabra gateau que en francés quiere decir pastel y se pronuncia Gató y gato en Francés es Chat; por lo tanto; Joaquín quiso hacerle una broma a alguien. A los quince días, lo que no recuerdo con exactitud divisamos tierra, era toda una novedad, puesto que se trataba del Continente Africano, pues nos acercábamos al bello Puerto de Casablanca.

Conforme nos íbamos acercando, nos aparecieron repentinamente dos aviones super sabre del Ejército de los Estados Unidos, haciéndonos escolta. Para nosotros todo era espectáculo. Atracamos en el Puerto antes mencionado, había muchos barcos de distintas nacionalidades, a todo esto ya nos había entrado la noche y después de varios días de no ver tierra, lógicamente estábamos ávidos de descender e ir a conocer parrte de las bellezas de Africa del Norte. Solicitamos el permiso correspondiente y nos lo autorizaron por escrito, no sin antes hacernos la advertencia, que Casa Blanca era un Puerto peligroso, porque Marruecos pretendía su independencia total de Francia; por lo tanto, había toque de queda en ciertos barrios, especialmente donde habitaban los musulmanes, que era La Medina, a donde nos prohibieron ir por ser demasiado arriesgado, diciéndonos que quien entraba a ese barrio, no salía vivo.

Salimos juntos los ocho guatemaltecos y, lo primero que hicimos fue preguntar por mujeres de la vida alegre. Casualmente nos encontramos con un señor de origen español de unos sesenta años aproximadamente, quien nos dijo que él nos llevaba con mucho gusto a un lugar conocido. Le agradecimos su fineza, sin saber que justamente nos conducía al barrio que nos habían prohibido frecuentar. Lo sospechamos cuando no veíamos a nadie, todo estaba en la oscuridad, sin embargo ya estábamos enfrascados en la aventura y no podíamos regresar, no sé si las intenciones del español eran buenas o nos estaba llevando a una trampa, lo cierto es que sorpresivamente fuimos detenidos con mucha exigencia y fuerza por una patrulla integrada por miembros de la Legión Extranjera, bastante bruscos cuya procedencia era de diferentes nacionalidades, que eran muy apreciados y admirados en Francia, por ser la fuerza elite del Ejército Francés, quienes eran los mejor remunerados del mismo y que combatían en primera línea.

Estos señores ingresaban al ejército con sede en Mequinés, Africa del Norte, huyendo de la justicia de sus países por una ú otra razón y, hasta los cinco años si es que vivían, podían dar su verdadero nombre, país al que pertenecían, motivo por el cual se habían ido a refugiar a la Legión Extrajera y, como entre ellos había personas que habían cometido faltas graves, se comportaban con mucha rudeza, tratando a la gente como sospechosa, porque siempre mantenían su vida expuesta.

Todo esto por supuesto lo desconocíamos, hasta que yo en lo personal tuve más adelante la oportunidad de convivir con algunos de ellos y como miembro del Ejército de Guatemala, aprendí bastante del compañerismo que mantienen y su hombría de bien.

Los Legionarios, quienes nos sorprendieron totalmente, nos tenían arrinconados en la pared, lo malo es que el español no decía nada, estaba totalmente callado y nosotros no entendíamos lo que preguntaban, hasta que se nos ocurrió presentar el permiso que nos habían extendido, fue que se nos acercó uno de ellos que hablaba español. Le explicamos que éramos Guatemaltecos, que teníamos mucho tiempo de navegar y que andábamos buscando un prostíbulo, que para eso le habíamos hablado al señor que nos acompañaba. Se rieron y nos dijeron que los siguiéramos, y así fue. Cuando llegamos a la casa de citas, parece que ellos no eran bien recibidos y un hombre fornido aparentemente luchador, los insultó desde adentro, ellos lo que hicieron fue patearle la puerta y amenazarlo.

 El hombre nos abrió la puerta, nos hizo pasar adelante y nos presentó a varias mujeres, por cierto muy guapas y con un cuerpo bien esbelto, al español no lo volvimos a ver.

 Virgilio Viscovich fue el primero en llevarse a una muchacha al piso superior, después fui yo, ya a los demás no los vi, pero seguramente se ocuparon.

 De ese lugar salimos a las 22:00 horas ya sin necesidad del español. Salimos del barrio peligroso y llegamos a las calles bien iluminadas y transitadas de Casa Blanca, o sea la otra cara de la moneda, aún cuando al día iSguiente siendo aproximadamente las 11:00 horas, un vehículo de color negro que se desplazaba a toda velocidad, pasó arnetrallando a un policía de tránsito. Haciendo comparación, podríamos decir que la Medina era de Casa Blanca, lo que la limonada o la Ruedita son para Guatemala. Como a las dos horas, regresamos al Porta Aviones, en donde para sorpresa nuestra, ya tenían conocimiento de lo que nos había pasado. Al día siguiente volvimos a salir a temprana hora, para seguir conociendo la ciudad, fue entonces cuando presenciamos el ametrallamiento que antes mencioné. En realidad la ciudad estaba dividida en dos, la parte bella y lujosa donde se encontraba todo el comercio y la parte fea y asquerosa en donde se encontraban los musulmanes.

No recuerdo cuantos dias estuvimos ahí, creo que tres días y zarpamos para Tánger, otro Puerto en otro país de Africa del Norte, en Túnez, ahí estuvimos dos días, lugar en donde había muchos militares estadounidenses, especialmente de la Fuerza Aérea. Luego nos fuimos para Marsella, Francia, no sin antes deleitarnos a nuestro paso por el Estrecho de Gibraltar, paso obligado para entrar al puerto Francés en el Mediterráneo. Atracamos en el Puerto de Marsella, la despedida fue bastante triste, ya que el Comodoro del Porta Aviones nos dijo: "Hasta aquí llegamos, ha sido una compañía placentera, les deseamos muy buena suerte en su estancia en nuestro país". Ustedes deberán tomar el tren que los conducirá a París, donde en la estación los estará esperando un delegado de la Misión Diplomática de Guatemala, buena suerte". Nos despedimos con un abrazo bastante nostálgico, desembarcamos y buscamos la Estación del Tren y el horario de partida. Todo se nos simplificó. Cambiamos algunos travel check, compramos nuestros boletos de, viaje y partimos hacia la capital del mundo. A París llegamos amaneciendo, se veía desde la ventanilla del Tren cierta bruma provocada por el humo de algunas chimeneas y del tránsito. No cabe duda que para nosotros, esto era algo inusual. Llegarnos a la Estación del Oeste, en donde nos estaba esperando el Cónsul interino de Guatemala de apellido Soto, era el único, no tenía ni siquiera Secretaria o Secretario, no había Embajador. Se presentó ante nosotros y en su vehículo nos condujo a la sede de la Embajada, 23 Rue de Coucelles París 8me. muy cerca de los Campos Elíseos. El señor Soto no era el Cónsul sino el Secretario, pero estaba fungiendo como tal, por el descuido total de nuestras autoridades diplomáticas, en no haber hecho los nombramientos requeridos para tener una digna representación. En el edificio de la Embajada nos alojaron y nuestros alimentos los teníamos que preparar de acuerdo a nuestras posibilidades, ya que económicamente estábamos muy mal, pero muy mal, al grado de que a veces comíamos y a veces no, llevábamos una pensión mísera de 50 quetzales mensuales, que muchas veces se olvidaban de mandarla, hasta que se reclamaba. Al fin después de ocho días de permanecer en el edificio de la Embajada, los seis que íbamos para la Escuela de Saint Cyr, nos embarcamos en la Estación del Tren del Oeste hacia la ciudad de Rennes Ile et Villane, en donde al llegar nos fue a recibir un oficial que hablaba perfecto español y que más tarde sería nuestro brillante maestro del idioma francés. Nos embarcó en un pequeño autobús y nos llevó hasta el paraje de Guér, lugar en donde funciona la Escuela Militar Inter Armas, Saint Cyr. Y donde por dos años consecutivos sería nuestro futuro hogar.

Cuando nosotros llegamos, los alumnos salían de vacaciones, por lo tanto en ese ínterin, nosotros recibimos un curso de francés intensivo, con un maestro excelente, que mencioné anteriormente, que cuando sentí yo dominaba el idioma casi a la perfección, el cual con el tiempo lo llegué a escribir hasta abreviado y se me facilitó no cabe duda, por el dominio del idioma maya keck'chi, que es inclusive más gutural que el francés y que tiene palabras pronunciadas exactamente como el francés solo que con diferente significado.

Cuando terminaron las vacaciones de los cadetes que regresaban para continuar su carrera y los de primer ingreso se presentaron, yo fui asignado a la 6º. Compañía de la Sección Legac, asignación que se le daba a las Secciones de acuerdo al apellido del Comandante.

Por cierto, el Tte. Legac me tenía mucho aprecio porque yo participaba en todos los eventos, aún cuando no estuviera entrenado para ellos; además, yo sobresalía en las prácticas de campaña, flaqueando un poco en las marchas forzadas, las cuales eran verdaderamente duras y también en gimnasia. Durante los fines de semana, me inscribí en el equipo de vuelo libre, oportunidad que le   daban a los amantes del deporte, no solo en aviación sino en otros campos.

Las promociones en Saint Cyr son nominadas por nombres de Mariscales, Generales, Coroneles o Tenientes Coroneles que hubiesen sobresalido en las guerras que Francia ha enfrentado, tal el caso de la nuestra Franchet d'esperey, General del Ejército. En realidad el entrenamiento en Saint Cyr era bastante. duro, para Joaquíny para mi talvez no tanto, pero para los otros compañeros creo que sí, Entrenábamos día y noche, no todas las noches por supuesto, pero si mucha guerrilla y contra guerrilla, no solo porque Francia acababa de pasar una guerra de guerrillas en Viet Nam, sino también porque estaba combatiendo guerrillas sanguinarias en Africa del Norte, en donde cuando un Legionario caía en manos de los felhaga, (rebeldes guerrilleros), les cortaban la lengua en vida, les sacaban los ojos y las uñas antes de matarlos; por eso me contaban compañeros que yo tuve en otra Escuela quien más adelante mencionaré, ellos pagaban con la misma moneda.

Durante nuestra estancia en la Escuela recibimos en varías oportunidades la grata visita del ilustre General Charles (le Gaulle, un hombre fornido, alto, que a través de su alocución le inyectaba a uno un espíritu de cuerpo extraordinario, que después de hablar en el transcurso de dos horas, terminaba erguido diciendo "Vive la France".

Antes de salir de vacaciones y finalizado el curso, se  llevó a cabo la designación de Escuelas de Especialización, los primeros 1,000 alumnos de acuerdo a su vocación, el resto de acuerdo a las vacantes en cada Escuela de Especialización.

0 A los extranjeros nos dieron a escoger, fue así como González, Girón y yo, seleccionamos la Escuela de Ingeniería Militar, localizada en Anger Maine y Loira, Virgilio Viscovich la Escuela de Artillería en Shalón, Sovalvarro la de Infantería en Saint Mexent y Agüilar la de Caballería Blindada en Seaumur. Cuando llegaron las vacaciones finales, yo dispuse viajar para visitar algunos países Europeos, aprovechando que mi futuro suegro trabajaba en los ferrocarriles y tenía opción a pasajes con descuento, por lo que le pedí favor de conseguirme uno, en ,yo pudiera descender en cualesquiera de las estaciones del Ferrocarril de los países en los que pasara el tren.

Al regresar de ese viaje, me casé en Rennes con la que fue mi
novia durante un año, Renné Simonne Pinnel Levilaine, con quien  procreamos dos hijas Nelly Josefina y Olga Beatriz Lucas
Pinnel, la. primera nacida en Francia y la segunda aquí. Renté
un apartamento confortable en la localidad de Angers, en
donde  alojé a mi esposa con mi hija Nelly que ya había nacido porque cuando me casé, ya iba adelantada. Me sentí bastante cómodo.

Entré a la Escuela de Ingeniería Militar y, la sorpresa más grande fue que tenía que estudiar con ingenieros civiles que habían salido de Versalles y eran alumnos sobresalientes con un coeficiente bien alto, por lo cual les llamaban equis. Quienes después de pasar por la Escuela, serían designados a la fuerza aérea, artillería, marina y Fábricas y proyectos científicos.

Por supuesto, los admirábamos y los buscábamos para ver que aprendíamos de ellos, por lo menos yo si aprendí bastante, "la humildad".

En la Escuela de Ingeniería nos especializamos en la construcción de carreteras, puentes y manejo de explosivos, especialmente minas de circunstancia, porque en ese entonces Francia venía de perder una guerra en Indochina, en Dien Bien Fú, donde tuvieron grandes bajas 10,000 Legionarios y 7,000 Coloniales, lo cual fue humillante para ellos y, en esos momentos, sostenía una guerra de guerrillas muy severa en Africa del Norte, especialmente en Argelia.

 En nuestras prácticas nos servían mucho las fortificaciones dejadas por los alemanes cuando ocuparon Francia. Los franceses comentaban que esa guerra de guerrillas, la habían perdido por la ayuda que los vietnamitas habían recibido no solo de Rusia y China sino también de los Estados Unidos de Norteamérica, país que también se enfrascó en una guerra irregular con Viet Nam para conquistarla y le costó la Humillación y una derrota bastante onerosa económicamente y en oficiales y tropa.

 Además, nosotros llegamos a Francia poco tiempo después de haber terminado la segunda guerra mundial, y se sentía un malestar en contra de los Norte Americanos, lo que nos extrañó, porque creíamos que tenían para ellos un agradecimiento especial, ya que ellos fueron determinantes en la liberación de Francia; sin embargo, comentaban que para las operaciones quienes hablan hecho todo el trabajo habían sido los "Maquis". Civiles y militares que estuvieron actuando clandestinamente en el interior de Francia, recibiendo órdenes a través de la radio en clave desde Inglaterra primero y del Africa después del General Charles de Gaulle.

Saboteando comboyes, destruyendo emplazamientos de Armas y municiones, obstruyendo carreteras, asesinando a soldados alemanes y destruyendo puentes, para evitar el desplazamiento rápido de las unidades alemanas. Además de proporcionar información de todos los movimientos que efectuaban, habiendo deempeñado un papel importante para la invasión.

Despedida de nuestro comandante de Sección Tte. LEGAL,
por ser trasladado al Africa del Norte. Argelia    -fotos

Festejando el final de un año lectivo.-fotos

Se decía a tal extremo, que sin el apoyo incondicional de ellos, la invasión no hubiera tenido éxito. En cuanto al General Charles de Gaulle, ya mucho se ha escrito al respecto,pues los Ingleses y los Norteamericanos desestimaron su liderazgo y, para no tomarlo en cuenta en las operaciones, lo mandaron al Africa del Norte; sin embargo, los Maquis exigieron

 

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