“THE ISRAEL OF THE ALPS” **ALEXANDER BROWN *9-14

  “THE ISRAEL OF THE ALPS”

WILLIAM ALEXANDER BROWN

9-14

El pueblo italiano, en general, es indiferente a la Iglesia Romana. Grandes multitudes aún desean el bautismo, el matrimonio, la extremaunción y la sepultura en sus manos, pero por lo demás son indiferentes a ella, y su clero está desacreditado a los ojos del pueblo.

 No saben dónde buscar nada mejor, y el escepticismo y la infidelidad prevalecen ampliamente.

 A menos que esto se enfrente con la presentación de un evangelio puro, el panorama para Italia es ciertamente sombrío. Como se dijo 1 antes, la respuesta a esta pregunta depende en gran medida de la Iglesia de Cristo. Como miembro de esa Iglesia, ¿qué papel se propone usted desempeñar en la gran obra de ayudarla a tomar la decisión correcta y a ser sabia para la salvación? Los metodistas y los bautistas del sur tienen misiones en Italia, pero el resto de las congregaciones protestantes han reconocido en la Iglesia Valdense un instrumento divinamente escogido para la evangelización de esa tierra y, por lo tanto, le han dejado este campo a ella y no han establecido misiones propias.

 Durante muchos años, sin embargo, los cristianos evangélicos estadounidenses, de cualquier denominación, han mostrado un profundo interés en «El Israel de los Alpes» y su ferviente labor por difundir el Evangelio por su amada Italia.

 En consecuencia, se organizaron Sociedades de Ayuda Valdenses en varias ciudades estadounidenses con el objetivo de brindar asistencia financiera a esta antigua Iglesia y permitirle continuar su labor misionera.

 Estas sociedades finalmente se hicieron tan numerosas y su campo de actividades tan amplio, que se hizo evidente la necesidad de una organización nacional, y en el año 1906 se constituyó la Sociedad de Ayuda Valdense Americana, con sede en la ciudad de Nueva York. Desde entonces, un gran número de las sociedades locales más antiguas se han afiliado a la nueva organización nacional como sociedades filiales, y se han formado muchas nuevas.

Una de las características más importantes e interesantes de las Misiones Valdenses es su labor educativa. En el sur de Italia y Sicilia, en los distritos que reciben el mayor contingente de emigrantes, los Valdenses cuentan con florecientes escuelas diurnas y nocturnas, a las que asisten miles de niños y adultos, respectivamente. Estas escuelas están ubicadas en Rio Marino (Isla de Elba), Forano, Falerna, Salle, Vittoria, Pachino, Grotte, Riesi, Palermo y otros lugares, y se mantienen a un costo extraordinariamente bajo. Por ejemplo, la escuela de Grotte, con quinientos niños y cinco maestros, cuesta solo $750 al año. En el norte de Italia, las mejores escuelas Valdenses se encuentran en Florencia, Livorno, San Remo y Siena. Todos estos edificios escolares se utilizan también para las escuelas nocturnas y sabáticas, cumpliendo así una triple función. Como problema económico, la educación de estas personas en su propia tierra merece la consideración del pueblo estadounidense.

 El Sr. W. S. Munroe, de la Escuela Normal Estatal de Montclair, Nueva Jersey, enviado por el gobierno de Estados Unidos para informar sobre las condiciones educativas en Italia,

afirma: «Las escuelas valdenses son ahora las mejores de Italia, y el porcentaje de analfabetismo es menor en los valles valdenses que en cualquier otra parte del reino. Con los fondos tan limitados a su disposición, es sorprendente que hayan logrado tanto y realizado su trabajo con tanta eficacia. Sus profesores son los mejor formados que he encontrado en Italia, y sus métodos de enseñanza están a la altura de los de los países más progresistas del noroeste de Europa». Se han fundado instituciones filantrópicas en muchas ciudades, entre ellas cuatro hospitales, cinco hogares para niños y niñas, un refugio para enfermos incurables y dos residencias para ancianos.

Los resultados completos de la obra de los Valdenses no pueden conocerse a menos que consideremos su efecto en muchos otros países a los que los conversos de la misión emigran constantemente. Esto es especialmente cierto en Estados Unidos. Actualmente, hay alrededor de tres millones de italianos en este país. Existen alrededor de trescientas cincuenta iglesias y misiones protestantes italianas en Estados Unidos y Canadá, con una población protestante total de aproximadamente veinte mil. De las trescientas cincuenta iglesias mencionadas, ¡unas ciento veinticinco han sido fundadas por personas que se convirtieron en las misiones Valdenses de toda Italia antes de emigrar a este país! De los miembros de una sola estación misionera en Sicilia, Grotte, se han establecido siete iglesias protestantes italianas en Estados Unidos, mientras que una octava se está organizando en la ciudad de Nueva York al momento de escribir este artículo. Para apreciar estos hechos, debe tenerse presente que la población de Italia es de treinta y cuatro millones,// año 2025 según datos de internet= 59 millones// de los cuales sesenta y cinco mil son protestantes, o menos del dos por ciento.

Estas cifras de protestantismo incluyen una considerable población extranjera compuesta principalmente por ingleses, estadounidenses, alemanes, etc. Por lo tanto, se observará que, mientras que la población protestante de Italia, incluyendo a los extranjeros, es menos del dos por ciento del total, los protestantes en la población italiana de Estados Unidos, todos ellos italianos y sus hijos, representan cinco por ciento, o más de dos veces y media el porcentaje de protestantes en Italia, y que, gracias a Dios, esto se ha logrado en gran medida gracias a los esfuerzos misioneros de la Iglesia Valdense en Italia

Este hecho curioso e interesante tiene para las muchas buenas personas que prefieren enfatizar el trabajo en casa en sus esfuerzos y dones, la sugerencia de que gran parte del trabajo misionero en casa entre los italianos en los Estados Unidos puede realizarse de manera más efectiva y económica en Italia, evangelizando a tantos italianos como sea posible antes de que vengan aquí.

 Se han descubierto tantas ventajas derivadas de la Obra Misionera Valdense en Italia para la causa de la evangelización de los italianos en los Estados Unidos, que la Sociedad Americana de Ayuda Valdense abrió un nuevo departamento hace varios años como una Oficina para cuidar del Bienestar Religioso de los Inmigrantes y Emigrantes Protestantes Italianos. Esta Oficina está a cargo del Reverendo Profesor Alberto Clot, durante varios años Delegado del Sínodo Valdense ante las Iglesias Cristianas de América, con sede en la ciudad de Nueva York, y de dos colportores ubicados en los dos grandes puertos marítimos de la emigración italiana: Génova y Nápoles, donde se venden o distribuyen las Escrituras, la literatura religiosa y una Guía, preparada por el Director, que contiene información sobre la historia de los Estados Unidos, los deberes y requisitos de la buena ciudadanía, junto con instrucciones de viaje que ayudarán a los emigrantes a llegar a sus destinos en puntos distantes de sus puertos de desembarque en los Estados Unidos. Se ha adoptado este procedimiento porque se ha considerado más prudente distribuir la literatura en el puerto de embarque, ya que el emigrante puede tener tiempo libre durante el viaje para leer lo que se le ha proporcionado, mientras que a su llegada se distrae con la emoción del desembarque y su extraño entorno, y tiene poco tiempo, o ninguno, para leer.

Esta Iglesia histórica, que ha vivido en el crisol de la prueba durante tantos siglos, está atravesando otra prueba en los tiempos que vivimos.

La participación de Italia en la Gran Guerra ha supuesto nuevas tareas y responsabilidades para los Valdenses.

 Actualmente, el ejército cuenta con unos 4.000 hombres de los Valles y las Misiones de toda Italia, de los cuales unos 300 son oficiales, incluyendo un Mayor General de Artillería —un hombre de gran carácter, que no duda en distribuir tratados y evangelios entre sus hombres—, varios coroneles, etc. La mayoría, si no todos, de estos hombres son Alpini, las mundialmente famosas tropas alpinas de Italia, cuyas hazañas en los Alpes austríacos los han convertido en dignos descendientes de sus heroicos antepasados.