LOS CRISTIANOS EVANGÉLICOS
DE LOS VALLES DEL PIAMONTE.
, PRINCIPALMENTE DE “EL ISRAEL DE LOS ALPES”.
POR A. W. MITCHELL, M.D.
1853
37-41
Pero Es poco probable que los hombres abandonaran sus hogares en el hermoso, cálido y fértil país de Italia, por lo salvaje de las montañas desoladas; de valles abandonados, valles que requerirían todos los esfuerzos de trabajo severo ,de cultivo asiduo; que ningún trabajo podría hacer productivo, a menos que algunos causa suprema y dominante los habría obligado a. emprender tal emigración.
Ahora una causa, precisamente de esta descripción, la encontramos en las persecuciones que durante durante los siglos II, III y IV se produjo bajo los emperadores Marco Aurelio, Maximino, Decio, Valeriano y Diocleciano".
CAP. III
CONDICIÓN ANTES DE LA REFORMA
El carácter de los primeros valdenses de la iglesia es expuesto con singular verdad y belleza en su antiguo insignias, una copia de la cual es aquí dada.
Los Valdenses de Piamonte son, en nuestra opinión, cristianos primitivos que se han se han conservado en estos valles de las sucesivas alteraciones introducidas por la Iglesia de Roma en el culto del mundo evangélico culto. No fueron ellos quienes se separaron del romanismo, sin embargo el Romanismo fue el que se separó de ellos, al modificar el culto primitivo. De ahí la imposibilidad de asignar un fecha precisa de su origen. La iglesia de Roma, que, en sus inicios, también formó parte de la primitiva iglesia, no se modificó de golpe; pero, como se convirtió poderosa, asumió, junto con el cetro del gobierno, la exhibición, el orgullo y el espíritu de dominación que normalmente es su acompañante; mientras que, en medio de los valles valdenses, esta iglesia primitiva, existente rodeada de comparativa oscuridad, permaneció en su aislamiento, libre y sin tendencia a abandonar la pura sencillez de su infancia. La independencia de la diócesis de Milán, y que afirmó por la sede episcopal de Turín, en su resistencia, en el noveno siglo, al culto de las imágenes, contribuyó a mantener ellos en esta posición.
**** El siguiente relato de las opiniones de Claudio, obispo de Turín, 817-839, se deriva de las "Observaciones sobre la Iglesia Eclesiástica" de Allix. Historia de las antiguas iglesias del Piamonte :" —
" Sólo necesitamos leer su comentario sobre la Epístola a los Gálatas, para asegurarnos que él en todas partes afirma la igualdad de todos con San Peter, ( = No hay preeminencia de un apóstol sobre otro apóstol ) aunque las ocasiones le parecieron naturales lo encargó para establecer el primado de San Pedro y el de su supuestos sucesores. Esto lo encontramos en diez varios pasajes de ese comentario; sólo declara el primado de San. Peter para consistir en el honor que tuvo de fundar la iglesia tanto entre los judíos y gentiles, pág. 810. Y de hecho en todas partes a lo largo de su escritos que sostiene, que Jesucristo es la única Cabeza del Iglesia. "Él derriba la doctrina de los méritos de tal manera, que derriba todas las bonitas distinciones de los papistas sobre ese tema. "Pronuncia anatemas contra las tradiciones en materia de religión: hasta ahora estaba lejos de dar ocasión a que otros sospecharan que los hizo parte del objeto de su fe, como la iglesia de en este momento lo hace. " Sostiene que sólo la fe nos salva, que es el punto que tan extremadamente provocó a la iglesia de Roma contra Lutero, quien afirmó lo mismo. "Él sostiene que la iglesia está sujeta a error, contrariamente a lo que en Hoy en día los romanistas pretenden de una manera tan irrazonable Él niega que las oraciones después de la muerte puedan ser de alguna utilidad para aquellos que los han exigido. "Él ataca muy inteligentemente la superstición y la idolatría que luego comenzó a renovarse, siendo apoyado por la autoridad del Sede romana.
"Estas cosas las encontramos en su comentario a la Epístola a los Gálatas: pero los demás escritos de este gran hombre, manuscritos y impreso, nos muestran aún más de su mente. De hecho, lo encontramos dando signos muy públicos de su celo por la pureza de la religión en varios aspectods. Primero, propone la doctrina de la iglesia, en referencia a la eucaristía, de manera totalmente conforme al juicio de la antigüedad, siguiendo en ella a los más ilustres médicos de la iglesia cristiana, y mostrando que él estaba, en cuanto a ese asunto, en la distancia más lejana de las opiniones que Paschasius Radbertus (inventor de que Cristo se hace presente en forma literal y corpórea en la hostia, y no solo como un simbolismo de recuerdo de la muerte y pasión del Señor JesuCristo) Avanzó dieciocho o diecinueve años después de que Claudio hubiera escrito su comentario sobre St. Mateo."
Valió la pena tomar nota de estas opiniones de Claudio, porque los papistas han reconocido que los valles del Piamonte conservaron las opiniones de Claudio en el noveno y décimo siglo.
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