sábado, 18 de octubre de 2025

CÓMO MEMORIZAR* EVANS*25-27

  CÓMO MEMORIZAR

POR WILIAMS EVANS

CHICAGO

1909

Tengo una habitación donde nadie entra excepto yo sola; allí se sienta un recuerdo bendito en un trono. Allí se centra mi vida. —Christina G. Rossetti.

CÓMO MEMORIZAR* EVANS*25-27

1.          Al principio, contentate con dominar un poco cada día.

Muchas personas fracasan en el trabajo de memoria al intentar lograr demasiado de una sola vez.

 En fisiología se nos enseña que no es la cantidad de comida que ingerimos lo que nutre y fortalece el cuerpo, sino la cantidad que digerimos.

 Lo mismo ocurre en la mnemotecnia —el arte de memorizar—: no es la cantidad de información que podemos abarcar, sino la que podemos retener, lo que beneficia nuestra estructura mental.

Palabra tras palabra, línea tras línea, precepto tras precepto: que esta sea tu regla,

// ¿A quién se enseñará ciencia,  Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; 11 porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo,..Isaias 28.10//

y pronto descubrirás que mientras que al principio de tus estudios solo podías aprender una línea en un tiempo determinado, después de un tiempo podrás aprender una página en el mismo tiempo.

 Una mano demasiado codiciosa no agarra el puñado más grande. Recuerda esto y regula tus estudios en consecuencia. Confórmate con saber poco, pero conoce ese poco bien.

2.   DISFRUTA DE TU ESTUDIO.

 Hazte creer que te gusta, te guste o no. Al principio, esto puede parecer difícil y antinatural. Continúa haciéndolo y muy pronto descubrirás que amas cada tarea. Es una ley indiscutible de la memoria que aprendemos más fácilmente aquello que más nos gusta. Deléitate, por lo tanto, en tu trabajo y podrás esperar grandes resultados.

“Miércoles, 1 de octubre de 2025

"LOS PERFECCIONISTAS"

“¿Cómo había de imaginar que hu­biera alguien que, obligado a escri­bir diez veces una cosa, la escribiera veinte? Si el león hubiera sabido que yo acostumbraba, una vez en casa, llenar hojas enteras de papel de en­volver con frases griegas, sólo por el placer de hacer un juegoEn el segundo año la emprendi­mos con Homero. Todos los días cinco líneas aprendidas de memoria perfectamente, o si no... Todos los días nos levantábamos a recitar el primer libro desde la línea inicial hasta completar la cuota del día. Una pronunciación descuidada, y teníamos que volver a comenzar, lo que resultaba pesado cuando había que hacerlo empezando doscientas líneas atrás.Pero Henry Sherrard me obligó a recorrer los dos primeros libros de la Ilíada línea por línea; y al final del año me tenía entonándolos com­pletos, conociendo cada palabra que enunciaba y comprendiéndolo todo casi como si estuviera en inglés.Pronto era capaz de desa­rrollar en pocos minutos temas dia­rios para los cuales se nos daban varias horas.He hallado dos clases de hombres que no se satisfacen con nada menos que la perfección los sabios ver­daderamente grandes que luchan por la exactitud hasta la quinta cifra decimal, y los oficiales del Estado Mayor alemán. todos deberían  de caer, por lo menos una vez en la vida, bajo el hechizo de un perfeccionista fanático. Sólo así puede llegar el hombre corriente a comprender sus propias y sorpren­dentes posibilidades. Observar a un hombre dedicado por completo a alcanzar el ideal más alto posible, es más que una educación. Es como una conversión religiosa

Cuando era estudiante en Alemania conocí a varios generales y a muchos oficiales jóvenes. Pensaban y vivían como Sherrard. Pero jamás olvidaré la pasión de perfecciona­miento que habitaba en ese hombre de triste y desmirriada figura.

Diez mil años después  que yo haya muerto, esa extraña llama seguirá ardiendo en otras razas, en otros pueblos. El día que esa llama se ex­tinga en el alma humana, desapa­recerá la humanidad”

¿Por qué un niño es tan reacio a serrar madera, lo cual exige poco esfuerzo físico, y sin embargo, tan deseoso de montar en bicicleta, lo cual, en todo caso, exige mucho más esfuerzo físico que serrar madera? Porque disfruta montando en bicicleta, pero no le gusta serrar madera. La misma regla se aplica al trabajo mental.

Decídete entonces a disfrutar de tus lecciones. Nadie quiere recordar lo que no le interesa.

3.  Aprende tu lección con la intención de recordarla para siempre.

Muchos estudiantes aprenden una lección simplemente para recitarla en clase o para un examen. Como resultado, después de la recitación y el examen, la inobediencia a la intención de su maestro libera de toda responsabilidad por el trabajo posterior.

 Se le encomendó una tarea durante una hora; retuvo la lección durante una hora, y no más.

“yo acostumbraba, una vez en casa, llenar hojas enteras de papel de en­volver con frases griegas, sólo por el placer de hacer un juego” .Pronto era capaz de desa­rrollar en pocos minutos temas dia­rios para los cuales se nos daban varias horas.He hallado dos clases de hombres que no se satisfacen con nada menos que la perfección los sabios ver­daderamente grandes que luchan por la exactitud hasta la quinta cifra decimal, y los oficiales del Estado Mayor alemán. todos deberían  de caer, por lo menos una vez en la vida, bajo el hechizo de un perfeccionista fanático. Sólo así puede llegar el hombre corriente a comprender sus propias y sorpren­dentes posibilidades. Observar a un hombre dedicado por completo a alcanzar el ideal más alto posible, es más que una educación. Es como una conversión religiosa” “Miércoles, 1 de octubre de 2025"LOS PERFECCIONISTAS"

 Aprende tu lección como si quisieras recordarla para siempre. Trata la memoria de esta manera y lo más probable es que retenga lo aprendido para siempre.

Para una ocasión, pero para siempre. Que este sea tu lema.

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