domingo, 12 de octubre de 2025

LA BELLEZA DE LA PALABRA-CANTARES *MARIA WRIGTH I-VII

 

LA BELLEZA DE LA PALABRA

EN EL CANTAR DE LOS CANTARES

POR MARIA WRIGTH

LONDRES

1872

Esta pequeña obra se encomienda a la oración de todos los que aman al Señor Jesucristo con sinceridad, siendo miembros de su Cuerpo Místico quien es la cabeza y todo lo llena en todo.

Ahora vemos por espejo, oscuramente; pero entonces, cara a cara: ahora conozco en parte: entonces sabré tal como soy.

"Porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne. "Gran misterio es este: hablo acerca de Cristo y de la Iglesia" (Efesios 5:30-32). "El que está unido al Señor es un solo Espíritu" (1 Corintios 6:17).

LA BELLEZA DE LA PALABRA-CANTARES *MARIA WRIGTH I-VII

Cualquier intento de explicar, incluso la porción más simple de la Palabra de Dios, necesariamente será débil e imperfecto. Las palabras que nos han sido familiares desde la infancia tienen una profundidad de significado que el intelecto humano, sin la ayuda del Espíritu de Dios, se esforzaría en vano por comprender. Y si ocurre lo mismo con otras porciones de la Escritura, ¿qué puede decirse del sublime Cantar de los Cantares? ¡Cuán superficial debe ser nuestro análisis, cuán débiles nuestros esfuerzos por captar el significado o indagar en las profundidades de Dios, ocultas en cada versículo! Si estudiar este poema no hiciera más que convencernos de nuestra propia insensatez, sería bueno examinarlo; pero cuando Dios nos dio su Palabra, no lo hizo solo con este propósito, o quedaríamos tan descorazonados y perplejos que consideraríamos su estudio como un esfuerzo inútil.

 Con el corazón puesto en Dios en busca de sabiduría para desvelar sus misterios, podemos escudriñar con reverencia las porciones más difíciles de la Escritura, confiados en que el Señor mismo será nuestro guía y aclarará los lugares ásperos. Muchos versículos aparentemente estériles, al ser investigados, comparando con oración las Escrituras, resultarán una mina de oro y nos harán exclamar con David: «Me regocijo en tu palabra, como quien halla un gran botín» (Salmo 199, 162).

El Cantar de los Cantares se asemeja a una cadena, cuyo valor no reside solo en el precioso material del que está hecha, sino en la exquisita factura y la hermosa pertinencia con que cada eslabón está unido.

Los versículos se suceden de tal manera que cuanto más estudiamos el libro, más convencidos estamos de su origen divino. Las palabras, como las obras de Dios, resisten el microscopio y (a diferencia de las palabras y obras del hombre) muestran mayor belleza cuanto más las examinamos con atención.

Toda la Biblia debe tomarse como un comentario sobre este poema. En él vemos a la Iglesia (desde sus inicios) como un ser separado del mundo, atraído por el amor de Cristo a ponerse bajo su protección y guía. Vemos su debilidad y sus muchas caídas; a pesar de lo cual, su progreso en la vida divina continúa; y va de fortaleza en fortaleza, hasta que finalmente, en Sión, se presenta ante Dios. Naturalmente, uno imaginaría que el final del séptimo capítulo termina el libro. No es así; en el octavo, parece repasar los argumentos utilizados al alojarse en las aldeas y examinar las viñas; y luego, repasando todo el camino que el Señor la había guiado, habla de la viña que el Príncipe de Paz le había confiado y de la gloriosa recompensa prometida en su venida. No sin razón, los judíos llamaban a Eclesiastés el Pórtico; a Proverbios, el Lugar Santo; y el Cantar de los Cantares, el Santísimo de todos.

 Cuando un hombre siente la vanidad de todos los goces y ocupaciones terrenales, y llega a la conclusión de que "temer a Dios y guardar sus mandamientos" es "todo el deber del hombre", bien podemos creer que "no está lejos del reino de Dios". Cuando un hombre toma los proverbios del Más Sabio —las palabras del gran antitipo de Salomón— como regla de su vida, podemos saber que pertenece al reino y que camina por los "caminos deleitosos" y las "sendas de paz".

 

 

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