EL CANTAR DE LOS CANTARES
MILTON S. TERRY
CINCINNATI
1893
EL CANTAR DE LOS CANTARES* TERRY *1-7
1. Bajo este título encontramos en las Escrituras Hebreas un poema exquisito, cuyo propósito evidente es celebrar la pasión del amor humano.
El autor conocía bien la Tierra Santa, desde las tiendas de Cedar hasta las alturas del Líbano. Menciona el Carmelo, Sarón, Amaná, Senir, Hermón, Damasco, Galaad, Baal-hamú, Hesbón, Bat-rabim, En-gadi, Jerusalén, Tirsa y Tarsis. Muestra un profundo deleite por los paisajes rurales y la vida de los pastores, y habla de arroyos, jardines, viñas, árboles, lirios y flores; de cabras que retozan en la ladera, gacelas que saltan en las montañas y palomas que se esconden en los recovecos de las rocas. 2. Algunos se han mostrado preocupados por la presencia de este libro en el canon sagrado, y, sin duda, los defectos de nuestra versión común en inglés han contribuido en gran medida a crear prejuicios contra él. Los traductores han introducido alusiones poco delicadas donde el texto original no las requiere. No hay, de principio a fin en este hermoso drama, un solo sentimiento que pueda ser justamente condenado como ofensivo al buen gusto.
3. Pero muchas y diversas son las interpretaciones que se han dado al lenguaje poético del drama. (1) La antigua teoría alegórica lo convierte en un retrato del amor existente entre Dios y su pueblo, o de Cristo y su Iglesia. (2) Estrechamente relacionada con esto está la interpretación semi-alegórica o simbólica, que convierte el cántico en una parábola de Cristo y su amada esposa, la Iglesia. (3) Según otros, el cántico celebra el matrimonio de Salomón con la hija del Faraón (1 Reyes 3, 1), aunque también podría tener una aplicación alegórica para Cristo y la Iglesia. (4) Otra opinión es que la novia no es la hija del faraón, sino una doncella desconocida del norte de Palestina, a quien Salomón amó y trajo de su tierra natal para ser una de las favoritas entre las setecientas esposas mencionadas en 1 Reyes 11:3. Y (5) otra opinión, adoptada en la siguiente exposición, es que la heroína de este drama poético debe entenderse como una joven y bella doncella del norte de Palestina, a quien se supone que el rey Salomón intentó conquistar en vano. Ella resiste todos sus halagos, rechaza todas sus ofertas y permanece fiel a su amante pastor, a quien finalmente es restituida.
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