“ROMPECABEZAS” DE LA BIBLIA
J.H VINCENT
1887
“ROMPECABEZAS” DE LA BIBLIA *VINCENT *16-18*
ESTUDIE LA BIBLIA.
POR EL REV. HORATIUS BONAR, D.D.
No la hojee ni la lea, sino estúdiela, cada palabra; estudie toda la Biblia, el Antiguo y el Nuevo Testamento; no solo sus capítulos favoritos, sino la Palabra de Dios completa de principio a fin.
No se moleste con los comentaristas; pueden ser útiles si se mantienen en su lugar, pero no son su guía.
Su guía es «el Intérprete», el único entre mil (Job 33, 23) que lo guiará a toda la verdad (Salmo 16, 13) y lo guardará de todo error.
No es que ya no deba leer ningún libro aparte de la Biblia.//puede leer miles, siempre con el cuidado de que enseñanza positiva nos dejarán//
Todo lo que es verdadero y bueno vale la pena leerlo, si tiene tiempo; y todo, si se usa correctamente, lo ayudará en el estudio de las Escrituras.
Que la Biblia sea para nosotros el único libro del mundo, cuya palabra es verdad y cada versículo sabiduría.
Al estudiarla, asegúrense de tomarla como lo que realmente es: la revelación de los pensamientos de Dios, dados en Sus palabras. // por supuesto, con la herramienta de los idiomas humanos- *Hay idiomas angelicales* // Si solo fuera el libro de pensamientos divinos y palabras humanas, de poco serviría, pues nunca podríamos estar seguros de si las palabras realmente representan los pensamientos; es más, podríamos estar seguros de que el hombre fracasaría en sus esfuerzos al intentar encarnar los pensamientos divinos; y que, por lo tanto, si solo tenemos palabras humanas, esa es la traducción humana de los pensamientos divinos
Pero, sabiendo que tenemos pensamientos divinos encarnados en palabras divinas mediante la inspiración de un traductor infalible del volumen celestial,(= E.S) seguros de que encontraremos en todas sus enseñanzas la perfección de la sabiduría, y en su lenguaje la expresión más precisa de esa sabiduría que el lenguaje finito del hombre podría expresar.
Toda palabra de Dios es tan perfecta como pura (Sal. 19, 7; 12, 6). Leamos y releamos las Escrituras, meditando en ellas día y noche; nunca envejecen, nunca pierden su savia, nunca se secan.
No dejes que el libro del hombre arrincone el libro de Dios; no dejes que los comentarios ahoguen el texto; no dejes que lo verdadero y lo bueno ahoguen lo más verdadero y lo mejor.
Cuidado con la lectura ligera. Las novelas de mala calidad son la maldición literaria de la época; son para el alma lo que los espíritus ardientes son para el cuerpo.
Procura que tu entusiasmo por la Biblia esté por encima de cualquier otro goce, y en el momento en que comiences a sentir mayor agrado por cualquier otro libro, déjalo hasta que hayas buscado liberación de tal trampa, y hayas obtenido del Espíritu Santo(=E.S) un gusto más intenso, un apetito más vivo por la Palabra de Dios (Jeremías 15:16; Salmo 19:7, 10).
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