MENSAJES DE ESPERANZA
GEORGE MATHESON
1908
(Pastor quedo ciego desde su adolescencia)
MENSAJES DE ESPERANZA*MATHESON*17-20
¡Cuéntame tus esperanzas para los agobiados! ¡Envíame tu suspiro para los tristes! Indícame la gloria invisible: el oro cubierto por la hierba marchita, la claridad tras las nubes, el poderoso destino oculto en el polvo momentáneo. Entonces daré una mano a las masas rechazadas; porque la caridad, muerta por la vista, vivirá por el poder de la fe.
LA FUENTE DE LA FIRMEZA CRISTIANA
"FORTALECEOS EN EL SEÑOR Y EN EL PODER DE SU FUERZA." — EFESIOS 6:10
«El poder de la fuerza de Jesús» —¡qué frase tan desgarradora para el imperio romano! «Fortaleced en el Señor»— ¡debió parecer la más descabellada de las paradojas!
Para aquel mundo romano, el Señor de los cristianos era todo menos fuerte. Un hombre de semblante humilde, un hombre de mansedumbre,, un hombre que daba la mejilla a los que lo herían y que cuando lo insultaban no respondía con insultos— era la última imagen que esperaríamos que transmitiera a los contemporáneos de Pablo la idea de fortaleza.
Debió sonarles como hablar de un círculo cuadrado.
Podíamos entender que el apóstol dijera: «Sean mansos en el Señor», «Sean pacientes en el Señor», «Sean pacíficos en el Señor»; pero señalar a Jesús como un ejemplo de la fortaleza romana era extraño. Sin embargo, el instinto que lo impulsaba era profundamente cierto. No dudo en decir que la cualidad de la fuerza de Cristo era romana, pues su rasgo esencial era la tenacidad de voluntad.
Pero lo extraño es que le llegó por un proceso opuesto al que le llegó a los romanos. Alcanzó esta fortaleza de tenacidad a los romanos por la supresión de los sentimientos de ternura;//alcanzó// al Hijo del Hombre por el despertar de los sentimientos de ternura.// Bienaventurados los misericordiosos, bienaventurados los pacificadores, bienaventurados los que lloran,bienaventurados los mansos de corazón…//
La tenacidad de la voluntad de Cristo provino del hecho mismo de que su corazón se derretía de amor. Lo robusto y lo sentimental suelen considerarse opuestos; pero es un error.
Nada produce una voluntad de hierro como un corazón de suavidad; es la dulzura la que te engrandece.
¿Cuándo adquiere la voluntad su férrea tenacidad? Es cuando la mente se ablanda con un profundo afecto. Se dice que la juventud es más inestable que la edad adulta, más vacilante en su resolución, más propensa a la tentación. Creo que esto es cierto; pero ¿por qué es así? No porque la juventud sea más apasionada, sino porque la juventud tiene menos lazos que la ablanden. Cuando llega el amor, cuando llega el hogar, cuando llega la paternidad, cuando la carga de las responsabilidades recae sobre el corazón, entonces es cuando la voluntad se vuelve firme, entonces es cuando la determinación tiene la fuerza del bronce.
Esa es la fuerza del Señor. Es firmeza cimentada en el sentimiento; es valentía creada por la carga; es voluntad endurecida por el peso. Pablo bien podría decir: «En lo que soy débil, allí soy fuerte»; pues son las influencias suavizantes del amor y caridad las que nos hacen intrépidos, y es la ternura conmovedora del amor la que nos da poder para soportar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario