WATCHING AT GOLGOTHA
MEDITATIONS
ON THE WORDS FROM THE CROSS
Dedico este librito a MI MADRE
BY CAMILLE ESTORNELLE,
1928
MIRANDO AL GOLGOTHA *ESTORNELLE *46-48
No sentimos la pasión de Jesús por los amigos. La razón es obvia. Nunca pensamos que la responsabilidad va con la amistad, que debe llevarnos por los caminos de la vida para encontrar amigos siendo amigos. La única forma de amistad que hemos enfatizado mucho es la de la "asistencia". Construimos hogares para niños sin amigos y erigimos instituciones para los hombres y mujeres sin amigos de esta tierra. Esto es excelente hasta cierto punto, pero no es suficiente. Creemos que la amistad termina cuando construimos el edificio, cuando en realidad apenas ha comenzado. La amistad personal y el interés deben sustentarla. Esta forma de amistad de "asistencia" se manifiesta en nuestra concepción moderna de la caridad, que manejamos mediante comités, secretarios y fideicomisarios, entre otros.
Dar dinero de forma promiscua, en nombre de la caridad, es un pecado moderno contra Dios y contra quien lo recibe.
El mendigo que llama a tu puerta puede necesitar dinero. En la mayoría de los casos, necesita más que dinero. Necesita un amigo. Necesita palabras de aliento. Necesita tu interés. Necesita la oportunidad que puedas brindarle. El dinero no es la panacea. Es más grande que el dinero. Es Amabilidad.
Nuestro actual sistema de vida puede requerir instituciones de misericordia para cuidar de los “desafortunados” de la vida, pero estas instituciones no sustituyen las amistades personales. Sé amigo personal de aquellos con quienes te relacionas, independientemente de su distinción social. «No hay distinción social en el Cielo. Vive al lado del camino», como dice el poeta, «y sé amigo de todo el mundo».
La mayoría de nuestros estallidos nacionales e internacionales se deben a la falta de ese dulce espíritu de amistad y comprensión mutua. Cristo fue amigo de María, Marta, Lázaro, Pedro, Juan, Santiago y todos los demás en la lejana Israel.
Su amistad no ha cesado. ¿Es tuya? ¿La has reclamado? ¿La valoras? Si respondes afirmativamente, te digo que es el deseo de tu Amigo que imites su amistad.
Escucha, Él habla: “Quizás en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”. Santo Salvador, Amigo Invisible, los débiles, los desfallecidos, pueden apoyarse en Ti; ayúdame, a lo largo de las diversas etapas de la vida, a aferrarme a Ti por la fe.
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