IGLESIA PROTESTANTE HUNGRIA- TRANSYLVANIA- 1850- i-vii

 

HISTORIA DE LA IGLESIA PROTESTANTE EN HUNGRÍA,

DESDE EL COMIENZO DE LA REFORMA HACIA 1850;

CON REFERENCIA ESPECIAL A  TRANSYLVANIA

TRADUCIDO POR EL REV. J. CRAIG, DD HAMBURGO

CON UNA INTRODUCCIÓN POR J. H. MERLE D'AUBIGNE, D.D., PRESIDENTE DE LA ESCUELA TEOLÓGICA DE GINEBRA, Y VICEPRESIDENTE DE LA SOCIEDAD EVANGELICA, AUTOR DE “LA HISTORIA DE LA GRAN REFORMA”, ETC. BOSTÓN: PHILLIPS, SAMPSON Y COMPAÑÍA. NUEVA YORK: JAMES C. DERBY

1854.

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INTRODUCCIÓN,

Durante el transcurso de una gira por Alemania en el año 1846, una serie de documentos, tanto impresos como en manuscrito, relacionado con la historia de la religión en Hungría, fueron amablemente sometidos a mi consideración. Los amigos cristianos que tanto habían amado cuidado y esmero en formar esta colección, al mismo tiempo me pidieron  encarecidamente que hiciera uso de su contenido, con el propósito de escribir una Historia de la Reforma en Hungría. Pensaron que tal narrativa, al tiempo que llamara  la atención de los evangélicos cristiandad en Occidente con muchos hechos instructivos que hasta ahora eran desconocido, al mismo tiempo  que se conociera  a la expulsión  a los protestantes de Hungría ; que los grandes principios  la fe cristiana se habían hecho queridos por sus antepasados, y habían formado la base de su propia Reforma en el siglo XVI.

 Recuerdo el lugar donde se hizo esta solicitud hacia mí, y las muchas circunstancias interesantes que asistieron, junto con las personas que fueron los portadores de ella, a quienes probablemente nunca volveré a ver.

Esa época de mi vida está asociada en mi memoria. con sentimientos imborrables de respeto y amor

Sin embargo, pronto me resultó evidente que estos documentos no pertenecía tanto a la historia de La Reforma en Hungría en cuanto a la historia general. de ese país desde la primera introducción del cristianismo, y más particularmente al período posterior a la Reforma. Por eso  consideré imposible. dejar de escribir la historia de la religión evangélica en la primera mitad del siglo XVI, que que con dificultad podría lograr, entrar en una obra totalmente nueva. Por lo tanto me vi obligado a rechazar la  petición que me habían hecho; al mismo tiempo mencioné los nombres de varios escritores, tanto en Alemania como en los cantones franceses, a quien pensé bastante capaces de realizar el honorable encargo que me habían propuesto.

No escuché más sobre el trabajo en cuestión hasta hace poco. (julio de 1853), cuando supe que el libro había sido completado, y me pidieron que lo editara, o al menos preséntarlo al público cristiano escribiendo un prefacio.

amigo que preguntó. que haga esto como me instan una motivación para mi cumplimiento, que sería para el por el Evangelio y por la sufrimiento de Hungría. " El"Señor", dijo, "espero que te mostrará claramente que la demanda proviene menos del hombre que de Dios." Aunque sentí que había otros autores protestantes más capaces que yo de dar a conocer este trabajo al público, todavía no me sentía justificado para reunirme esta segunda solicitud con otra negativa, y por tanto respondi afirmativamente. Deseo, por tanto, de acuerdo con este deseo, Recomendar la narrativa a la atención de todos los amigos de la fe protestante.

No hay historia completa de la La Iglesia de Dios en Hungría aún no se ha publicado; en el período intermedio entre el reinado de María Teresa y el tiempo presente especialmente ha sido apenas esbozado, salvo en unos pocos fragmentos desprendidos. El trabajo que ahora ofrecemos al público debería, por lo tanto, para ser considerados dignos de atención, fueron sólo por su novedad, pero más particularmente en cuenta del trabajo que ha sido otorgado a su composición.

 El autor es un hombre poseído de una  piedad iluminada, buen juicio, integridad, fidelidad, y sabiduría cristiana, cualidades bien calculadas para inspirar perfecta confianza. El ha obtenido sus materiales de las fuentes más auténticas. edictos,   protocolos de convenciones, informes de visitas, y correspondencia oficial, todos han sido consultados con escrupulosa atención, como lo demuestran los numerosos citas que da.  Así ha buscado poner la autenticidad de su libro en un lugar indiscutible base, y al mismo tiempo hacerlo impermeable a los ejes de la crítica hostil. Queda para el futuro para demostrar hasta qué punto ha tenido éxito. Mientras dando testimonio honorable del cuidado que ha sido ampliado en la producción de este libro, no Quiero afirmar que, como composición histórica, es sin faltas. Pero estoy escribiendo una introducción, y no una crítica. Creo que en algunas partes La historia podría haber sido más completa y detallada; pero el autor buscó ser breve, y esto es un mérito eso ciertamente posee sus propias ventajas.

Sin embargo eso puede ser, no puedo dejar de pensar que este volumen será leído con interés, porque llena un abismo que Ha existido durante mucho tiempo en la historia del cristianismo protestante.  despliega una página en los anales del martirio que hasta ahora no ha sido leído; se abre a el cristiano protestante la visión de un sufrimiento y Iglesia oprimida; y da a conocer una nación, distante, es cierto, pero acercada a nosotros por su fe, y que alguna vez ha sido para aquellos que han vivido dentro de él un objeto de afecto cálido y sincero. "Abre tu boca por los mudos, por la causa de todos los que están destinados a la destrucción", dijo la madre del rey Lemuel a su hijo (Proverbios xxxi. 8). Este El libro obedece a ese antiguo precepto.

 Habla de malvadas persecuciones, y se pronuncia a favor de los oprimidos  mientras saca a la luz las intrigas de sus opresores.' El cristiano, cuando lo lee, seguramente se verá inducido a prestar más atención a la causa de sus hermanos que sufren en el este de Europa; a intercede ante el Cielo a favor de ellos; emprender su defensa; "para hacer justicia a los afligidos y a los necesitado" (ver. 9): porque "si un miembro sufre todos los los miembros sufren con ella” (1 Cor. xii. 26). Ahora bien, aunque este libro está bien calculado para interesar a nosotros, el pueblo cristiano de Europa occidental, también lee una lección útil para aquellos que sufren persecución. en Hungría, así como a quienes la infligen Deseo dirigir unas palabras a ambas partes, y es a nuestros hermanos oprimidos a quienes quisiera en primer lugar hablar.

Es absolutamente necesario para la existencia misma de un Iglesia verdaderamente cristiana que debería poseer dos calificaciones: una es autoridad; el otro, la libertad. La autoridad de Dios, que exige obediencia de es el principio de fe y vida; la libertad dírigida es necesaria para la acción de la Iglesia.

A pesar de Estos dos principios pueden parecer contradictorios, pero Sin embargo, están íntimamente relacionados. verdadera libertad no puede existir sin autoridad; y autoridad, ser finlandés y saludable, debe combinarse con la libertad. Hay una autoridad que debe existir en la Iglesia; y esto se lo recomendaría especialmente a los húngaros. Protestantes. No puedo darles un más fuerte prueba de mi mirada que al hacerlo, porque nunca fue más necesaria la sumisión a esta autoridad.

Los polemistas romanos parecen creer que el cristianismo consiste enteramente en la autoridad (la autoridad la Iglesia es su dogma principal); pero, mientras esto es indiscutiblemente lejos de ser cierto, no es falso afirmar que una autoridad divina (la autoridad de Escritura) forma el principio externo de la religión cristiana., y sin ella, la fe no es más que un vapor que pasa lejos.

¿No dejó Cristo mismo descansar su propia enseñanza? sobre las palabras “Está escrito”?

 hay un amplia diferencia entre la autoridad ejercida por el  Evangelio , y el reclamado por la Iglesia de Roma. Porque Roma sigue teniendo su poder sobre la autoridad terrenal. de concilios y sacerdotes, mientras que nosotros derivamos el nuestro de la voluntad del propio Dios , dada a conocer en los escritos que él ha inspirado. Uno es, la tiranía rebelde. del hombre caído; el otro, el gobierno legítimo de El cielo mismo. Rechacemos al uno y aferrémonos al el otro.