Trabajo de traducción libre del original idioma inglés al idioma español, realizado por el autor del blog.
LA HISTORIA DEL PROTESTANTISMO
JAMES A. WYLIE
1808-1890
113-117
Estas usurpaciones y otras similares estaban convirtiendo rápidamente el suelo inglés en una gleba italiana.( Nota del blog = un pedazo de tierra que servía como parte del beneficio de un clérigo y que le proporcionaba ingresos.)
La tierra se cultivaba para que pudiera alimentar a monjes extranjeros, y los ingleses se estaban convirtiendo en leñadores y aguadores de la jerarquía romana.
Si los cardenales de Roma quieren tener suntuosos banquetes, túnicas púrpuras y otros placeres más cuestionables, no somos nosotros, decía el pueblo inglés, los que debemos ser desplumados para proporcionar estas cosas; exigimos que se ponga fin a este juego ruinoso antes de que nos empobrezca por completo. 17 Para remediar estos agravios, que se habían vuelto intolerables, el Parlamento aprobó una serie de leyes. En el vigésimo año del reinado de Eduardo, se ordenó a todos los monjes extranjeros que abandonaran el reino antes de las celebraciones de san miguel, y sus beneficios se entregaron a eruditos ingleses.18 Por otra ley, los ingresos de todos los beneficios que tenían los eclesiásticos, cardenales y otros extranjeros se entregaban al rey durante sus vidas
.19 Se estableció además -y el estatuto muestra hasta qué punto había llegado el abuso- “que todos los enemigos extranjeros que fueran propuestos a beneficios aquí en Inglaterra (ya sea en su propio país zapateros, sastres o chambelanes de cardenales) debían partir antes de Michaelmas, (fiestas de San Miguel) y sus beneficios se destinaran a eruditos ingleses pobres”.20
Se detuvo el pago de los 2.000 marcos a los dos cardenales ya mencionados.
Se “estableció además que ningún inglés podía traer al reino, a ningún obispo u otro, bula o cualquier otra carta de Roma o de cualquier extranjero, a menos que la mostrara al canciller o alcaide de los Cinco Puertos, a riesgo de perder todo lo que tenía”. 21
Una persona, que no tuvo el temor de este estatuto ante sus ojos, se aventuró a traer una bula papal a Inglaterra; pero casi paga la pena de temeridad con su vida . fue condenado a la horca, y habría sido ahorcado si no hubiera sido por la intercesión del Canciller 22
No podemos sorprendernos de la indignación popular contra estos abusos, cuando pensamos en la multitud de males que trajeron los cardenales consigo. El poder del rey se debilitó, la jurisdicción de los tribunales fue invadida, y el tesoro se empobreció. Se calculó que el impuesto pagado al Papa por dignidades eclesiásticas era cinco veces mayor que el que se pagaba al rey por todo el reino.23 Y, además, como consecuencia de este transporte a otros países del tesoro de la nación, el aprendizaje y las artes se desalentaron, los hospitales se estaban deteriorando, las iglesias se estaban deteriorando, el culto público se estaba descuidando, las tierras se estaban quedando sin cultivo, y a esta causa el Parlamento atribuyó las frecuentes hambrunas y plagas que habían visitado recientemente el país y que habían resultado en una despoblación parcial de Inglaterra.
En particular, durante este período se aprobaron dos estatutos para poner límites a las usurpaciones papales; estos fueron los conocidos y famosos estatutos de Provisores y Praemunire( = Jurisdicciones papales) . El primero declaró ilegal obtener cualquier presentación para cualquier beneficio de la Corte de Roma, o aceptar cualquier beneficio de otra manera que la que la ley establecía a través de los capítulos y los electores ordinarios. Todos estos nombramientos debían ser nulos, las partes involucradas en ellos debían ser castigadas con multa y prisión, y no se permitía ninguna apelación más allá de la corte del rey. El segundo estatuto, que se aprobó tres años después, prohibía todas las apelaciones sobre cuestiones de propiedad de los tribunales ingleses a los tribunales de Roma, bajo pena de confiscación de bienes y prisión durante el tiempo que el rey quisiera. 24 Tales apelaciones se habían vuelto muy comunes, pero ahora se les puso fin mediante la vigorosa aplicación del estatuto; pero la ley contra las nominaciones extranjeras para beneficios no era tan fácil de hacer cumplir, y la promulgación, aunque atenuó, no abolió el abuso.
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CAPÍTULO 3
LA BATALLA DE WICLIFFE CONTRA ROMA
POR LA INDEPENDENCIA DE INGLATERRA I
Impaciencia del Rey y la Nación — Asamblea de los Lores y los Comunes — ¿Debe Inglaterra inclinarse ante Roma? — El debate — La reivindicación del Papa repudiada por unanimidad — Inglaterra en el camino hacia el protestantismo — La influencia de Wicliffe — Wicliffe atacado por un monje anónimo — Su respuesta — Vindica la independencia de la nación — Un asunto trascendental — Una victoria mayor que Crecimiento — Su apelación a Roma perdida — Comienza a ser considerado como el centro de una nueva era.
CUANDO Inglaterra empezó a resistir al Papado, empezó a crecer en poder y poder Liberando su cuello del yugo de Roma, levantó su cabeza orgullosamente entre las naciones
Inocencio III., coronando una serie de usurpaciones por la sumisión del rey Juan,- (un acto de bajeza que es único en los anales de Inglaterra) *( Nota del blog-La corona real de Inglaterra fue tirada tierra y pisoteada por el legado papa. Acto por el cual, los barones nobles de Inglaterra se indignaron en demasía)* -se había sostenido como dueño del reino. Pero Al gran Pontífice se le ordenó, con cierta brusquedad, que se mantuviera al margen.
Los nobles del norte, que sabían poco de teología, pero se preocupaban mucho por independencia, serían dueños de su propia isla, y dejaron al altivo portador de la tiara.
lo sabían cuando redactaron la Carta Magna. Pasando al rey Juan le dijeron, en efecto, que si iba a ser esclavo de un Sacerdote italiano, no podía ser el señor de los barones normandos. la marea una vez girado continuó fluyendo; los dos famosos estatutos de Provisores yfueron promulgadas para ser una especie de doble parapeto: El primero estaba destinado a impedir la avalancha de usurpaciones que se estaba produciendo de Roma hacia Inglaterra; y el segundo pretendía cerrar la puerta contra los diezmos, rentas, apelaciones y obediencia, que fluían en una corriente cada vez mayor desde Inglaterra al Vaticano. Gran Bretaña nunca realizó un acto de resistencia al Papado pero llegó con ello una aceleración de sus propias energías y un fortalecimiento de su libertad. Así era ahora; su alma comenzó a elevarse hacia arriba. 117
Éste fue el momento elegido por Urbano V. para adelantar su insolente exigencia. ¡Cuántas veces los Papas no han sabido leer los signos de los tiempos! urbano tenia claramente lo que hizo hizo. La nación, aunque todavía se sometía en lo espiritual a las cargas de Roma, se estaba inquietando bajo su supremacía y exacciones pecuniarias. El Parlamento había iniciado un curso de legislación para poner límites a estas avariciosas usurpaciones
. El rey también estaba recibiendo dolor por esta "desfiguración de las leyes antiguas y deterioro de su corona", y con los laureles de Crécimiento en la frente, no estaba de humor para volver a Roma como ordenó Urbano, y pagar mil marcos por permiso para llevar la corona que tan bien supo defender con su espada Eduardo reunió su Parlamento en 1366 y, poniendo las bases de la carta papal que tenía delante, le pidió que consultara y dijera cuál debería ser la respuesta. regresó. "Dadnos", dijeron los estamentos del reino, "un día para reflexionar sobre el asunto". El rey de buen grado les concedió ese espacio de tiempo.
Se reunieron de nuevo al día siguiente, prelados, señores y comunes. ¿ Que debe hacer Inglaterra, ahora? ¿Debe inclinarse a los pies del Papa, o convertirse en la dueña de los mares? es un gran ¡crisis! Escudriñamos con entusiasmo los rostros del consejo, por el futuro de Inglaterra. pende de su resolución ¿Retrocederá la nación a los días de Juan, o ¿Irá hacia una gloria aún mayor que la que alcanzó bajo Eduardo?
Wicliffe estuvo presente en esa ocasión y dejó un resumen de la discursos . El registro es interesante, ya que quizás el primer debate del que se tenga noticia en el Parlamento, y aún más interesante por la gravedad de las cuestiones dependiendo de ello
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