VIENTOS REFRESCANTES DEL ESPIRITU
GEORGE MATHESON
LONDRES
1890
(Pastor y escritor, quedó ciego desde su adolescencia)
BRISA REFRESCANTE *MATHESON*4-7
II. La esperanza del Espíritu.
"Mi Espíritu no siempre contenderá con el hombre." — Génesis 6:3.
NO, no siempre; habrá paz al fin. No es posible que haya dos poderes eternos; uno debe vencer y ser todo en todos. ¿Será la carne o el Espíritu?
El diluvio responderá a esa pregunta. Toda carne será destruida; toda carnalidad será ahogada; toda lujuria mundana será sepultada en las olas y el amor reinará supremo. Oh gloriosa profecía, tú redimes la oscuridad del diluvio.
Tú ya eres la paloma sobre las aguas, pero hablas de un descanso superior al de Ararat.
Hablas de un tiempo en el que no habrá más mar, ni más pasión, ni más pecado. Tú, el mayor de veranos sin tormenta, de mañanas sin nubes, de momentos sin miedo. /7 de primavera sin fin// Tú eres mejor que el arcoíris establecido como pacto entre las aguas. Solo prometiste la liberación del castigo futuro; tuya es la garantía de la liberación del pecado futuro. Tu garantía será la esperanza del Espíritu.
Redimidos cuando se cumpla la profecía de Patmos: «Los reinos de este mundo se han convertido en los reinos de nuestro Señor y de su Cristo».
Espíritu Divino, ¿por qué estoy en guerra contigo? Nada más está en guerra contigo. Hablamos de las injusticias de la naturaleza y obramos bien. Toda la naturaleza es tu ley y la cumple; solo este corazón mío se ha negado a decir: «Hágase tu voluntad».
Yo mismo soy el milagro del universo, // y sin embargo me deleita practicar// la violación del orden natural. Soy lo único en la creación que lucha contigo, que necesita reconciliarse contigo.
Dicen que creer en Ti es creer en aquello que contradice la razón; no, es encontrar algo que destruya la contradicción.
Ahora soy la contradicción de la razón, el milagro de la naturaleza, la única excepción al reino de la ley universal.
Espíritu de Cristo, Espíritu del Padre celestial, conquista mi voluntad para que el pecado sea destruido. Reconcilia mi corazón con el tuyo, para que no haya más violación de la ley.
Une mi propósito a tu propósito en armonía con todas las cosas y para que todas las cosas cooperen para mi bien.
Hazme conocer por primera vez la alegría de no ser una anomalía de pecado en el universo de la vida, ninguna interrupción en el orden de la naturaleza. Todas las cosas estarán sujetas a Ti cuando haya dejado de esforzarme// de seguir en mi rebeldía//
III.
LA PRÁCTICIDAD DEL ESPÍRITU
"Y Faraón dijo a sus siervos: ¿Acaso podemos encontrar a alguien como este, un hombre en quien esté el Espíritu de Dios?" — Gén. 11:38.
Cualquiera habría pensado que este hecho habría sido una descalificación a los ojos de Faraón. Faraón era mundano; ¿cómo podía respetar lo que no era mundano? Todos sus motivos estaban guiados por los intereses del momento; ¿cómo podía acoger a un hombre que pertenecía a las inmensidades y eternidades?
Es porque la eternidad incluye el momento presente, y quien tiene el espíritu de la eternidad también tiene el espíritu del tiempo. ¿Creen que son ateos y que el amo consentiría tener un siervo ateo? No, él sabría que la obra temporal no se haría bien. Quien quisiera hacer bien la obra temporal debe estar más allá del tiempo.
Ningún hombre puede navegar por el océano de la vida si su mirada no está en las estrellas. ¿Serías apto para tu servicio? Entonces debes ser superior a tu servicio. La vida sería demasiado para ti si no vieras lo que te espera; 6 LA PRACTICIDAD DEL ESPÍRITU. Eres salvo por la esperanza. No puedes ser un hombre de mundo sin una mente equilibrada, y una mente equilibrada es una mente en paz. La paz de Dios no es algo con lo que morir; es algo por lo que vivir. Sin ella, aunque seas solo medio hombre: incapaz de Egipto, incapaz de Faraón, incapaz de la hambruna venidera. Con ella, eres más un hombre de la época que aquellos que se dicen estar al día con la época; quien quiera estar al día con la época ya debe haberla superado, pues el mundo actual está iluminado por el mundo venidero.
Espíritu de Cristo, prepárame para la tierra en la que habito. Solía pedirte que me prepararas para el fin del mundo; tu principal misión es prepararme para la vida. Solía pedirte que me prepararas para las cosas que están por venir. Invisible y eterno; Tu verano es la madurez para las cosas visibles y temporales. Cada vez me impresiona más la solemnidad de vivir que la de morir.
Cada vez me impresiona más la necesidad de Ti en las cosas comunes que en las trascendentales.
Te necesito no para que me ayudes a salir del mundo, sino para que me ayudes a vivir en él.
Te necesito tanto para los siete años de abundancia como para los siete años de hambruna. Sin Ti no puedo soportar ni lo uno ni lo otro. Sé mi columna de nube de día; sé mi columna de fuego de noche.
Enséñame mi nada en la hora de mi prosperidad; dime en mi adversidad que soy algo para Ti.
Redime del polvo mis tardes y mis mañanas para que pueda reclamar como dones tuyos no solo ángeles y principados, sino también el mundo y la vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario