LA PALABRA DE VERDAD
POR F. BETTEX
TRADUCCIÓN AL INGLÉS
POR ANDREAS BARD
CONSEJO LITERARIO ALEMÁN
IOWA
1914
LA PALABRA DE VERDAD * F. BETTEX *1-6
PRÓLOGO
Un eco milenario de voces, desafiando a Dios y su Palabra, se oye a nuestro alrededor. Nuevas religiones proclaman un falso Cristo. Libros de incredulidad inundan el mercado. En este pequeño volumen intentaremos tranquilizar a quienes dudan en la fe. No hay motivo de alarma. Repitamos un hecho tan a menudo olvidado: “¡La Palabra de nuestro Dios permanecerá para siempre!”
F. BETTEX.
Ueberlingen, Alemania,
Agosto de 1907
¡Cuán insignificante es el hombre en esta pequeña tierra, girando a través del espacio infinito junto con millones de mundos desconocidos para él!
¡Qué fugaz su vida y qué poco valor!
Venimos a la tierra como bebés diminutos e indefensos. Tenemos que ser cuidadosamente protegidos durante años, requiriendo que otros nos alimenten y vistan. Un tercio de nuestra existencia es necesario para la preparación. Otro tercio se dedica a una lucha más o menos ardua por el pan de cada día.
Antes de que nos demos cuenta, llega la vejez, el ocaso de la vida. Unos pocos años más y tienes una senilidad canosa, relegada a un segundo plano por la generación ascendente. Breves períodos de decrepitud, enfermedad y muerte.
Estos son hechos duros y sobrios. Ninguna fanfarronería puede cambiarlos.
Y aunque el arte y la ciencia hubieran alcanzado dimensiones mil veces más gigantescas que las actuales, no podrían cambiar ni un ápice de la miseria y la lucha humanas.
¿Cómo podrían aliviar tus preocupaciones y preocupaciones familiares, tus dificultades financieras, tus escándalos y calumnias, tu enfermedad, tu vejez y tu decadencia?
Tampoco te ayudarán cuando la muerte se acerque sigilosamente a tu cama, invisible pero paciente, cobrando lenta pero seguramente tu vida.
Además, no estamos seguros de nada. ¡Accidentes en tierra y mar, ataques paralíticos, desastres inimaginables por todas partes! Miles de nuestros semejantes desaparecen continuamente, sus planes y sueños relegados al limbo del olvido. ¿Adónde se han ido?
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