sábado, 13 de septiembre de 2025

CAP V-1 *REDUCCIÓN LACANDONES-HUEHUETENANGO

 Lunes, 19 de noviembre de 2018

 “HISTORIA DE LA CONQUISTA DE LA PROVINCIA DE EL ITZA

REDUCCION, Y PROGRESOS DE LA DE EL LACANDON,

Y OTRAS NACIONES DE INDIOS BARBAROS, DE LAS MEDIACIONES

DE EL REYNO DE GUATIMALA, A LAS PROVINCIAS DE YUCATAN, EN LA  AMERICA SEPTENTRIONAL

ESCRIBELA

DON JUAN DE VILLAGUTIERRE SOTO-MAYOR,

ABOGADO, Y RELATOR, QUE HA SIDO DE LA REAL CHANCILLERIA DE 

VALLADOLID:

Y AHORA RELATOR EN EL REAL, Y SUPREMO CONSEJO DE LAS INDIAS

Y LA DEDICA A EL MISMO REAL, Y SUPREMO CONSEJO

nunca fué impresa la segunda PARTE que el autor ofreciera,fué hecha

en Madrid, en 1712”

CAPITULO V 

 Parte de Guatimala el Presidente, con el resto de el ejército. — Encaminase á las montañas, y entra en la villa de Gueguetenango.

 MARGINALES—Van marchando las tropas.—Religiosos que se adelantaron. —Sale de Guatimala el Presidente.—Acompañamiento que llevaba.—Llega a Jocoicnango. — Admiración de la salida del Presidente.—Don Lorenzo de Montúfar alcalde más antiguo de Guatimala.—Llega el Presidente a ltzapa.—Llega a Pazún y vuélvese Montúfar

Entra el Presidente en Gueguetenango.—Gran gozo que recibieron todos, con la llegada del Presidente.—Gran devoción del Presidente con nuestra señora. — Resábale todas las noches el rosario, y letanía.—Esfuerzan la devoción los padres misioneros.

Agrégase la compañía del capitán Melchor Rodríguez.Agrégase otra gente voluntaria.La gente de Tabasco también se agregó.—Detúvose Amézquita en Guatimala.

—Salió Amézquita de aquella ciudad.—Alcanzó al Presidente en Gueguetenango .— En qué se ocupaba el Presidente en Gueguetenango.

 Iba ya marchando, por sus tránsitos, la más de la gente, divididos en sus compañías, así de indios, como de españoles, y gran partida del bagage, y víveres, para la campaña; y también se habían adelantado, á esperar al Presidente, en el pueblo, ó villa de Gueguetenango, ú en otro de su cercanía, el padre Fray Diego de Ribas, como asimismo el padre Fray Antonio Margil, con su compañero el padre misionero Fray Pedro de la Concepción, y el maestro Cano, y otros religiosos.

 Y llegado el día señalado para la salida del Presidente,la ejecutó aquella tarde, en seguimiento del estandarte real; que desde el primer día, que se empezaron las levas en aquella ciudad, estaba enarbolado; y acompañado de los oidores, y demás ministros de aquella Audiencia, y de todos los primeros, y más principales caballeros, y personas eclesiásticas, y seculares, de la ciudad, y del resto de su ejército, y asistido de la compañía miliciana del barrio de San Francisco, del cargo del capitán don Antonio de Eriarte, salió de la ciudad, hasta el pueblo de Jocotenango, circunvecino de ella, en que se vió el más hermoso, bullicioso y numeroso concurso de personas nobles, y plebeyas, que es imaginable.  Admiráronse todos, de ver esta salida, no habiéndose creído, hasta entonces, la ejecutara el Presidente, como lo hizo, poniéndose en camino, con tan manifiesta, como notoria falta de salud. Y despidiéndose de los que se quedaban, montó briosamente á caballo; y con la comitiva de personas nobles, y de su sargento mayor, y del capitán don Lorenzo de Montúfar, que por alcalde ordinario más antiguo se hallaba corregidor de los pueblos del Valle de aquella ciudad de Guatimala; y le tocó, por esta razón, conducirle hasta el pueblo de Pazón, último de su jurisdicción.

 Llegaron al pueblo de ltzapa, donde pasaron aquella noche; y la del siguiente día en el de Pazón; desde donde habiéndose vuelto el capitán Montúfar, prosiguió sus jornadas el Presidente, hasta la villa de Gueguetenango, donde entró el día veinte y tres de aquel mes de Enero, habiendo caminado cuarenta y seis leguas que hay de distancia, desde la ciudad de Guatimala á aquella villa.

No es explicable el gozo, que recibieron los afectuosos padres misioneros, los cabos y demás gente, que en aquel pueblo estaban esperando al Presidente, con su llegada, por ser lo más digno de alabanza, y de todo encarecimiento; y tampoco se puede dejar de decir la especialísima devoción,que el Presidente tenia con la sacratísima virgen Maria, madre de Dios, y señora nuestra; pues lo manifestó, en llevarla por norte y guía para esta empresa, en una pequeña y perfectisima imagen, dentro de un primoroso, y dorado nicho, y después en un adornado y curioso cajoncillo.  Y en que en presencia de esta señora, con toda veneración y rendimiento devoto, en altas y acompasadas voces, hizo, se rezase todas las noches el rosario y letanía, con toda su familia, y las personas de su comitiva, y toda la demás gente, que podía acudir, continuándolo desde que llegó al pueblo de Pazón. (Patzún)

Y en esta villa de Gueguetenango, se esforzó más la devoción, con los exortos y pláticas espirituales, tan doctas, como fervorosas, que hacían los padres misioneros, Fray Diego de Ribas y sus compañeros, que mientras duró la residencia en aquel pueblo, perseveraron con su asistencia en el rezo, con manifiesto placer, y especial alegria; acabando el ejercicio cotidiano, con alabar al señor omnipotente, y á la purísima virgen María; lo cual se estableció de tal manera, que en noche alguna no se faltó á esta devoción, aún en los sitios, y parajes muy desacomodados, sin escusarse de asistir á ella los más fatigados, del cansancio del camino, y trabajo de las armas, y faenas.

 Agregóse en esta villa de Gueguetenango la compañía de cincuenta hombres, que se habían reclutado en aquel partido, á cargo del capitán Melchor Rodríguez Mazariegos, quien se había ofrecido, él, y su alférez Juan Salvador de Mata, y su sargento Pedro de Chávez Galindo, y el ayudante Antonio Galindo, á servir sin sueldo, con sus armas y caballos, en la facción.

 Y también se agregaron otras muchas personas voluntarias, de aquella villa, y de otros pueblos de su partido, y de otras partes. Y también se incorporó la gente que se había levantado en la provincia de Tabasco.

 Y como el nombramiento de Auditor General, que el Presidente había hecho en Don Bartolomé de Amézquita, hubiese sido en los días próximos á su partida de Guatimala, y le fuese preciso á Don Bartolomé desembarazarse de algunos negocios pendientes, de su incumbencia, y aviarse de un todo para la jornada, se detuvo en la ciudad de donde salió algunos días después, que el Presidente, á quien alcanzó también en esta villa de Gueguetenango; el dia veinte y nueve de aquel mes de Enero; tan. temprano, que por no haber aun luz del día se había propasado al pueblo de Chíantla; de donde, después de haber adorado la milagrosa imagen de nuestra señora, volvió á Gueguetenango.

 Ocupábase el Presidente los días que se detuvo en esta villa, en hacer pagas á la gente, que había llegado de nuevo, como era, á los de Melchor Rodríguez, á los de Tabasco, y á otros; y en proveer de caballos á los infantes, que no los tenían; en hacerlos disciplinar, y enseñar; en registrar las armas, municiones, herramientas, y pertrechos; y en determinar la conducción y avío de todo. Y en estas disposiciones, y otras, le dejaremos en Gueguetenango, pasando á referir lo que por este tiempo se ejecutaba y disponía en la Provincia de Yucatán, por don Martín de Ursua, su gobernador, y los suyos.

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