EL YO
CON EL QUE TENGO
QUE VIVIR
WINFRED RHOADES
1938
"EL YO CON EL QUE TENGO QUE VIVIR " WINFRED RHOADES 51-54
Y aquí hay una más: una imagen de uno mismo como una persona que ya no es víctima de las circunstancias, sino que se ha convertido en dueño de su propia identidad. Amplitud de miras, claridad de visión, honestidad absoluta hacia uno mismo y hacia los demás, imparcialidad en el juicio, dominio propio en todo momento, aplomo en cualquier circunstancia, amabilidad en el comportamiento, magnanimidad (¡qué palabra tan espléndida!), un espíritu comprensivo hacia todos con quienes se trata: estos son algunos de los elementos que pertenecen a tal imagen
Mantén en tu mente, sin dormir, una imagen estimulante del tipo de persona que quieres ser, y toda tu respuesta a la vida mejorará, y poco a poco verás cómo tu inadaptación se transforma en adaptación.
Hay que lidiar con situaciones indeseables y desagradables a diario. Con frecuencia, las condiciones en sí mismas no se pueden cambiar.
Todo lo que uno puede hacer es cambiar su forma de afrontarlas y reaccionar ante ellas. Pero eso es precisamente la adaptación a la vida.
Cada uno de nosotros es una mezcla heterogénea de instintos, impulsos, sentimientos, ambiciones, fracasos, anhelos inmortales y decepciones mortales. Si se quiere lograr una vida feliz, saludable, progresista y exitosa, es necesario armonizar internamente esa mezcla de tendencias, intereses y deseos, y también establecer relaciones constructivas con las realidades de la vida externa.
Adaptación al mundo y sus exigencias, a las condiciones laborales, al embrollo familiar y al choque de temperamentos, a la propia mezcolanza física, emocional, mental y espiritual —adaptación a la prosperidad o la pobreza, al éxito o al fracaso, a la salud o la enfermedad, a los altibajos de la experiencia, de cualquier tipo, según se presente— CONVIRTIENDO LA INADAPTACIÓN EN AJUSTE 53 adaptación al trasfondo de misterio insondable con el que la mente tiene que lidiar, y a los anhelos innatos del espíritu siempre hambriento —adaptación a la ley de la lucha como ley de la vida y a la imposibilidad de liberarse jamás de sus exigencias: hasta que esto se cumpla, la vida solo puede ser un caos y una enfermedad.
Un hombre que vivía en una vieja casa de madera, solo en una o dos habitaciones vacías del piso superior, con pocas de las cosas que la gente busca para su satisfacción, hablaba con un trabajador con quien había tenido algunos tratos en una clínica pública. "Quiero decirte una cosa", dijo: "cuando controlas tus facultades, la cuestión de la riqueza y la pobreza es de poca importancia". Y siguió alegremente su camino.
Aunque tengas que vivir la vida del trabajador, recuerda que, después de todo, son los trabajadores quienes mantienen el mundo en marcha y lo mantienen estable. Para la mayoría de nosotros, debemos comprender que nos hacemos importantes en el mundo si nos comportamos con valentía, pensamos y hablamos con honor, y centramos nuestra vida en aquellas actividades de la mano, la mente, el corazón y el espíritu que tienen permanencia.
La vida es un desafío para alcanzar el éxito como persona, como personalidad, sin importar la fortuna que nos acompañe
Uno de los hábitos más dañinos que un hombre o una mujer pueden adoptar es el de autocompadecerse.
Eso altera toda la vida: las relaciones con uno mismo y con los demás, el juicio, el sentido común, la salud mental. Echa a perder la felicidad propia, la felicidad de aquellos con quienes uno vive y tiene un efecto perjudicial incluso sobre la salud física.
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