CARRASCON
POR FERNANDO DE TEJEDA
PARA BIEN DE ESPAÑAXXIX-XXXVIII
Ni Cristo , ni sus apóstoles hablaron nunca a los santos de Purgatorio , donde los hombres , ya difuntos, sean purgados de sus pecados.
Decir al pueblo que hay purgatorio ,
equivale a negar paladinamente , que
la sangre de Cristo limpia de todo
pecado.
En 8. Lucas 1x. 54— 56 Responde
Cristo a los que deseaban qne bajase
fuego del cielo para consumir a los
que no le recibian ; —« Vosotros no
sabeis de qué espiritu sois:»— Y le
riñio , y les dijo — «que no habia
venido el Hijo del hombre, para
destruir las vidas de los hombres ,sino para salvarlas. » —
Luego , segun
esto:
No es -cristianismo., el haber destruido en España, y quitado la vida, a
un gran numero de hombres y de mujeres , porque desaprobaban ritos y
ceremonias. Y los verdugos , ator-mentadores , y jueces de esos infelizes , fueron sin duda peores , que los
que deseaban descendiese fuego del
cielo , para quitar la vida a los hom-bres. A esos dijo Cristo que no sabian
de qué espiritu eran. Los que persiguieron , atormentaron, y quemaron
hombres , por causa de relijion , ; de
qué espiritu eran? ; Cuando mando
Cristo , o alguno de sus apostoles , o
enseño con su ejemplo ; que a quien
les desobedeciese , o desechase su
doctrina y relijion , se le persiguiese ,
aprisionase , o castigase , con armas
carnales ?
- Ni Cristo, ni sus apóstoles , fueron nunca a casa de los cordeleros ,
comprar cuerdas para azotar y ahorcar jentes que disintiesen de ellos :
como hacian los Inquisidores. Ni
Cristo fué nunca a casa del herrero ,
para mandar hacer cadenas , grillos y
cerrojos : ni fué a donde los cuchilleros y espaderos , a comprar cuchillas
y espadas:: ni edificó carceles y calabozos , para , con tales medios , forzar a los hombres recibir su doctrina. Ni un ejemplo, ni un precepto
dado por Cristo , a sus apéstoles ,
nos señala como legal o licito el uso
de. tales armas y de tales instrumentos.
No , españoles : nada de eso es
cristianismo.
Y asi como en todo el Testamento
Nuevo , no se halla un solo caso , de
que Cristo o sus apostoles , acudiesen
al publico poder , o a la espada del
majistrado , para forzar al. pueblo a
que los mantuviese; asi tampoco se
lee un solo caso , de que Cristo o sus
apostoles , predicasen por dinero.
Los apostoles movidos por el amor de
Cristo , impulsados interiormente por
el Espiritu Santo , predicaron y ministraron el evanjelio de valde , por- que devalde le recibieron : y para no
ser cargaa los ‘otros, trabajaron con
sus proprias Manos para ocurrir a sus
necesidades. El dinero es para los traficos humanos : para los hombres es ,
que Dios se le dió , Criador y dador
detodo , y que de nada necesita : —
Y el cristianismo , Españoles , no es
cosa negociable ; y ni se vende , ni se
compra con dinero.
Cierto es, que la supersticion enjendró, y que la educacion y el ejemplo , y la falta de consideracion , sancionó entre nosotres como leyes critianas (con muchas igualmente nocivas , que omito) , otras tantas proposiciones contrariasa las que se.acaban de exponer : — pero no es menos
cierto , que ni Cristo , ni su doctrina,
pueden variarse a voluntad de los
hombres ,o a norma de los tiempos:
y que , por desgracia , son aplicables
_a muchos españoles , las palabras que
leemos en Lucas VI. 46. == Mas, ; por-
qué me llamais,, Señor, Senor’, y no
haceis las cosas que digo ?»
Ahora bien : perdénesenos el haber
incurrido en tanta prolijidad , llevados del deseo de probar, que el Autor de este libro, no se aparta de los
principios del Cristianismo, tanto como sus contrarios. Si en él se hallan
errores , no son seguramente de tanto
bulto como los que acabamos de indicar. Confréntesele sino, con el Testamento Nuevo.
Una idea, hoy jeneralmente muy
recibida en España , entre los que se
dan nombre de jentes decentes y de juicio , pero que , en realidad , solo se
sigue por espiritu de moda ; hara que
~se mire este libro, a primera, vista ,
con repugnancia y hasta con odio.
Porque es , por desgracia , bien cierto, que entre nosotros, el dictado, de
blasfemia , no se aplica, al que habla
irreverentemente de Dios; sino, al
que habla con poco. aprecio. de clérigos, frayles y monjas.
Asi, a este libro , que a nuestro parecer , dice
bien , y con verdad , algo , de lo mucho , a deque se puede decir, acerca (DO re ce Ce ma at retme ARnt Hmanie leh gertitligee tan armenia a seemed ) clérigos , frayles y monjas; va ; ‘por el
pronto , a hacerle odioso ; el espiritu
de la moda. Pero éste pasara ; y no
el espiritu de verdades , contenidas
en el Carrascon.
Yo no niego , que la ndmiseble flexibilidad ; y el conjunto de fuerzas de
la Iglesia Romana ; me parecen (como
dice un hombre de gran talento),
espantoso, o maravilloso: monumento
de astucia, o', si se quiere’, de sabér:
que se acomoda muy bien , a los diferentes gustos , pasiones , y necesidades ‘de los hombres: y que a_ los
medios de su influjo y de su dominio ,
nada puede oponér el protestantismo,
si no la variedad de sus sectas.
No niego tampoco , que lo: relijion
Romana , se dice 4asi misma una y
ee sola , pero qu 'tiene variedad singu-lar de formas y de aspectos.:
Que para
el aficionado a formulas y exterioridades relijiosas.,. la Iglesia Romana
a tiene , un ritual jeneroso. Que para el mero hombre mundano , tiene un Papa en‘alto trono, obispos en palacios,(
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ee LOL AD ea eae F ee eneane, 1 RONG.
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y todo el esplendor del dominio terreno. Que para el ascético , el mistico, y el fanatico ; tiene todas las varias condiciones de la vida monastica.
Al que quiere macerarse penitente ; le
ofrece una disciplina, o le da. un cilicio. Al espiritualista que desea mortificarse con el hambre ; le provee de la
cuaresma. Al anacoreta; le prepara
el sepuleral silencio de la Trapa. A la
mujer joven y apasionada , le muestra
los arrobos de Santa Teresa, y los
desposorios de Sta. ‘Catalina con el
Salvador. Para el inquieto peregrino ,
cuya devocion ha menester campo
mas variado que la celda de un frayle;
tiene Santuarios, Sepulcros, reliquias,
y lugares de romeria, sobre todo el
Santo Sepulcro , junto al Calvario. Al
Simpatizador entusiasta y jeneroso ;
le. presenta Hermandades , como la
‘del Refujio o Hermanas de la Caridad.
Al que se propone escalar 0 tomar
el Cielo a viva fuerza; le proporciona penitencias numerosas , y variadas
cuanto se quiera.
Y¥ a los. que desean conciliar ambos mundos , temporal y
eterno ; les ofrece un Purgatorio, tan
endulzado con las misas del ‘ eclesiastico , y los responsos y oraciones del
seglar; que sus fuegos se amortiguan,
y se anticipa y afirma la esperanza de
Salvación.
Todo esto es admirable :
todo esto , nos muestra la sagacidad
mañosa, con que el Catolicismo se
acomoda o se presta, a los varios
gustos y propensiones de la humana
naturaleza.
Pero nada de esto, da idea justa , natural, y noble, verdadeera del Cristianismo : : idea que los hombres no pueden tenér, sino sobreponiéndose, y, por decirlo asi, elevandose sobre el Catolicismo. Entonces
solo , pueden conocér claramente el
gran “objeto esptritual del Cristianismo
:
y solo entonces , podran dar culto
verdadero a Dios «en Espiritu y en
verdad » Y mal puede conocerse la
verdad , y de ella penetrarse el espiritu’, si la razón permanece atada y
oprimida , con las cadenas del Catolicismo.
La fraylia y el monacato ,
XXXVI |
ni son, ni podran ser jamas otra cosa;
_que uno de los cimientos mas _ solidos
del despotismo pontificio. De aqui dimana , que la existencia de los conventos de frayles y monjas ; ni se aviee, ni avendra nunca con la existencia de la libertad.en su estado. mas
perfecto; esto es, con la existencia de
la libertad cristiana en ningun pais.
Asi , pues, el Autor de este Libro ,
declarandose promovedor de. los. sagrados fueros de la conciencia humana; mostrandose favorable a la libertad de conciencia; no podia menos
de combatir , uno de los ostaculos
mas funestos que nuestro- entenebrecido pais presenta al conocimiento ver-
dadero del Cristianismo’; y con él,.
al establecimiento de la libertad de
conciencia. entre nosotros. Los frayles y las monjas personifican ese ostaculo :-y por eso el Autor tuvo que
combatirlos. Y la manera con que
los combate, es a, mi ver, la unica propria, en las circunstancias y
estado de los tiempos en que vivió. .
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