PASATIEMPO POETICO
UN ROMANCE DE MELENDEZ VALDÉS
MONNER SANS
BUENOS AIRES
Talleres Gráficos Schenone Hnos. y Linari, Pasco 735
1921
PASATIEMPO POETICO
"Pero había de venir del cielo el divino rocío que quebrantase la dureza de la tierra y la hiciese fructificar. Apareció Meléndez, y apenas oyeron su divino acento, que tanta analogía tiene con los escritores clásicos andaluces, como por encanto poblóse Sevilla de poetas, generosa descendencia de la antigua escuela, hoy ya más numerosa que ella".
Comenzó por enamorarse de una damita a la que dedicó varias poesías, las primicias por supuesto de su poético ingenio, ocultándola bajo el nombre de Ciparis. De que ella correspondía a la juvenil pasión amorosa de nuestro vate, buena prueba es el hecho de que adoleciendo de grave enfermedad en 1776, el padre de la doncella, acompañado de su hija, lo llevara a un cortijo de su propiedad cerca de Salamanca, para que se divirtiese mientras convalecía, viendo vendimiar las viñas propiedad del rico castellano.
De esta Ciparis hablan Jovellanos y Fr. Diego González.
El primero de estos autores, en su epístola titulada Jovino a sus amigos de Salamanca, nombra a Ciparis, a Julinda y a Mirta, las enamoradas de Batilo, Delio y Liseno.
En esta epístola le aconseja, no sin dejar de llamarle ardiente, que deje la lira pastoril
y
. . .aplique
a sus dorados labios la sonante
trompa para entonar ilustres hechos.
No fué feliz consejero en esta ocasión aquel portentoso polígrafo, pues, Meléndez, más que por sus elevados cantos, brillará siempre en la lírica del siglo XVIII por su natural sencillez y refinada delicadeza.
Ignoramos lo que pasaría entre los enamorados, mas lo cierto es que nuevas simpatías vinieron a reemplazar en el corazón de Batilo el cariño que por ella sintiera.
Rosana ocupa en el pecho del poeta, el lugar en que parecía bien
aposentada la cándida Ciparis.
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