martes, 9 de julio de 2024

POR LA FE - FELIPE MELANCHTHON Año de 1530- 17-18

 

“…que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.  Romanos 10:9-13

LA JUSTIFICACIÓN POR LA FE

FELIPE MELANCHTHON

Año de 1530

17-18

Veamos, además, otros pasajes bíblicos que enseñan la justificación por la fe.

Ev. S. Juan, 1, vers. 12: "... Dióles potestad de ser llamados hijos de Dios, a quienes creen en su nombre, los cuales no son nacidos de sangre ni por voluntad de carne, ni por voluntad de varón, sino son nacidos de Dios."

S. Juan, 14, vers. 14 y 15: "Como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así será levantado el Hijo del hombre, para que todos los que en él crean no se pierdan, mas tengan vida eterna...".

S. Juan, 3, vers. 17: "Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para que lo juzgue, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él crea no será juzgado."

Hechos de los Apóstoles, 13, vers. 38 y 39: "Os decimos, pues, hermanos que se os anuncia el perdón de los pecados por Cristo y el perdón de todo aquello que no puede justificar la ley de Moisés. Pero el que crea será justificado."

Parécenos, que apenas es posible hablar más claramente sobre el Reino de Cristo y la justificación. El Apóstol Pablo dice que no pudiendo la Ley justificar al hombre, Jesucristo hubo de ser entregado, a fin de que creamos que por él somos justificados. Como la Ley a nadie justifica, nos será imputada la justicia de Cristo si creemos que por él Dios nos hace objeto de su misericordia, perdonándonos.

Hechos de los Apóstoles, 4, vers. 11 y 12: "La piedra que vuestros edificadores desecharon, ha sido puesta por piedra angular: y no hay en ningún otro salvación, ni ha sido dado a los hombres otro nombre en el que sean salvos."

¿Mas cómo podremos creer en el nombre de Cristo si no se nos predican sus méritos y si no nos atenemos a dicha predicación? Porque por la fe en el nombre de Cristo somos salvos, pero no por la confianza que pongamos en nuestras propias obras. El nombre significa, en este caso, la causa que motiva la salvación. Por consiguiente, gloriar y confesar el nombre de Cristo es tanto como confiarse enteramente en aquel que es y se llama Cristo, creyendo que él es la causa y el precio de nuestra salvación.

Hechos de los Apóstoles, 15, vers. 9: "Por la fe fue purificado su corazón."

De estas palabras se desprende, que la fe predicada por los Apóstoles no consistía en un mero conocimiento de la vida y los hechos de Cristo, 32 Ep. Rom. 4, v.9.

33 Cap. 5, v.1.

34 Cap. 10, v.10

sino que se trata de la obra inapreciable del Espíritu Santo, el cual regenera los corazones para justificación nuestra. Nombremos únicamente dos pasajes del Antiguo Testamento, como ejemplo:

Habacuc, 2, vers. 4: "El justo por su fe vivirá". El profeta Habacuc indica, en primer lugar, que el justo será justificado por la fe, si cree que Dios le es propicio. En segundo lugar, dice el profeta: "La fe vivifica, pues engendra en el corazón y la conciencia paz, vida y gozo eternos, que empiezan ya en este mundo."

Isaías, 53, vers. 11: "Su conocimiento justificará a muchos."

Pero ¿qué es el conocimiento de Cristo sino el conocimiento de sus beneficios y su promesa, como él mismo lo anunció a los hombres y como su Evangelio lo anuncia por todo el mundo?. Conocer los beneficios de Cristo equivale a creer de verdad en él, o sea, creer que se cumplirá todo aquello que Dios ha prometido por Cristo y en Cristo. La Sagrada Escritura abunda en pasajes y testimonios como los que acabamos de aducir. Porque, como al principio dijimos, la Sagrada Escritura trata dos puntos esenciales, que son: la Ley y la promesa del perdón de los pecados y de la salvación gratuita por Cristo.

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