LA HISTORIA DEL PROTESTANTISMO 24-26

  LA HISTORIA DEL PROTESTANTISMO 

 JAMES A. WYLIE
1808-1890

24-26

Así, antes de que cayera el Imperio de Occidente, el obispo de Roma había establecido sustancialmente su supremacía espiritual.

Una influencia de los cuales, una principal  era el prestigio de la ciudad y el imperio, la había elevado a esta fatal preeminencia. Pero el imperio estaba cayendo  y esa supremacía que en gran medida había contribuido a acumular la caída. ¡Pero no! la ola de barbarie que llegó desde el Norte, abrumando a la sociedad y barriendo el imperio, se rompió inofensivamente a los pies del obispo de Roma.

Los  golpes que derribaron dinastías y borraron nacionalidades,  dejaron intactosu poder y su trono. En esa misma hora, cuando la sociedad a su alrededor se derrumbaba , el obispo de Roma colocaba de nuevo los cimientos de su poder, y los colocó donde pudieran permanecer inamovibles para siempre.

Ahora se lanzaba  a un camino mucho más fuerte, para que ninguna revolución en el futuro la barriese. Ahora afirmó ser el sucesor de Pedro, el Príncipe de los Apóstoles y el Vicario de Cristo.

Los cánones de los Concilios, tal como están registrados en Hardouin, muestran una corriente de decisiones del Papa Celestino, a mediados del siglo V, al Papa Bonifacio II. a mitad del sexto, alegando, directa o indirectamente, esto  imperial prerrogativa.. Cuando el obispo de Roma colocó su silla, con todos las prerrogativas y dignidades que le confieren, sobre esta base, no se mantuvo ya no sobre una base meramente imperial. En adelante no ocupó ninguno de los dos, ni de  César ni de Roma; ocupó inmediatamente el cielo.

 Lo qué un emperador  había dado, otro emperador podría quitárselo. Al Papa no le convenía ocupar su cargo con un mandato tan incierto.

Se apresuró, pues, a colocar su supremacía donde ningún futuro decreto del emperador, ningún lapso de años,(los años por venir)  y ninguna revolución venidera podría derrocarlo.

 Afirmó apoyarse sobre una base divina ; afirmó ser no sólo el jefe de los obispos y el primer de patriarcas, sino vicario del Dios Altísimo.

Con la afirmación de este dogma se completó el sistema del Papado. esencial y doctrinalmente, pero todavía no en la práctica.

 Tuvo que esperar el pleno desarrollo de la idea de vicaría, que no fue hasta los días de Gregorio VII. Pero aquí tenemos la semilla embrionaria: la vicaría, es decir, de donde ha surgido la vasta estructura del Papado.

 Este es la idea que planta y sostiene en el centro del sistema una jurisdicción pseudodivina, y coloca al Papa por encima de todos los obispos con sus rebaños, por encima de todo rey con sus súbditos

 Esto es lo que le da al Papa dos espadas. esto es eso le da tres coronas.

 El día en que se proclamó este dogma fue el verdadero nacimiento  del Papado.

El obispo de Roma se había sentado hasta ahora en el sede de César; de ahora en adelante debía sentarse en el asiento de Dios.

A partir de ese momento el crecimiento del Papado fue realmente rápido.  El estado de la sociedad favoreció su desarrollo.

La noche había descendido sobre el mundo del Norte; y en la barbarie universal, cuanto más prodigioso sea ,cuanto más pretensiones tuvieran, más probabilidades tendrían de encontrar una sumisión predispuesta.

 Los godos, al llegar a sus nuevos asentamientos, contemplaron una religión que contaba con magníficas catedrales, ritos imponentes y prelados ricos y poderosos, presididos por un sumo sacerdote, en cuyo poder representada santidad y autoridad fantasmal,(mística) encontraron de nuevo a su propio jefe Druida.

 Estos rudos guerreros, que habían derribado el trono de los Césares, se postraron  ante la silla de los Papas.

La evangelización de estos tribus era una tarea de fácil realización. La “fe católica”, que comenzaron a cambiar por su paganismo o arrianismo, consistía principalmente en su capacidad de recitar e incorporar  los nombres de los objetos de su culto, que se les dejó adorar con los mismos ritos que habían practicado en sus bosques nativos.

 No se preocuparon mucho por el estudio. de la doctrina cristiana o la práctica de la virtud cristiana. La época les  proporcionó  pocos manuales de uno,/ estudio/ y aún menos modelos del otro (practica de la virtud)