CAMILA LA BELLA ROMANA, LLEGARÁ... 70-71

EL CENTVRION

Novela de los Tiempos Mesíanicos

A.B. ROUTHIER

1909 

XVII

CAMILA

Voy a darte una noticia que espero ha de complacerte.

El viejo senador Claudio, amigo íntimo de tu familia, ha salido para Oriente, con su hija Camila.

El noble anciano advertía desde algún  tiempo que iba siendo sospechoso. Era uno de los raros miembros del Senado que resistía, a veces, a las órdenes enviadas desde Capri, y los delatores amenazaban inscribir su nombre en las listas de proscripción que diariamente envían a Tiberio. Y él sabía bien que su parentesco con el dios, amo del mundo, no bastaría para salvarlo.

Advertidas del peligro, su mujer, Flavia, y su hija Camila, le apremiaban para que abandonase a Roma. Ya hacía tiempo que su yerno, Poncio Pilatos, procurador de Judea, y Claudia Procla, su mujer, le invitaban a visitarles en Jerusalén.

Por fin, cediendo a las instancias de sus mejores amigos, se embarcó para Oriente, en Ostia, con su hija Camila, disponiendo que si su estancia allí se prolongaba, su

mujer iría a reumrse con ellos.

Piensan hacer escala en Pompeya, donde los hospedarán sus amibos, los Holconios: detenerse después en Alejandría, recorrer el bajo Egipto, y darse, por último, a la vela para Cesárea, donde Pilatos habita parte del año.

Los he despedido y conversado con ellos.

Si los encuentras, en Jerusalén o en otra parte, verás cuánto ha crecido y cuánto ha ganado Camila.

No posee esa belleza que a primera vista deslumbra y parece imponer los homenajes; pero sus facciones, sin ser perfectas, son finísimas, y reciben encantadora expresión de sus magníficos ojos, llenos de serena luz y de dulzura.

Cuando se calla y baja la mirada, parece su fisonomía improvista de vida, pero apenas toma la palabra su rostro se anima.

En sus pupilas enciende su brillante espíritu una llama que derrama por toda la cara esos tonos cálidos y simpáticos característicos en las bellas romanas.

Su elegante estatura , completa su distinción, pero lo que yo admiro especialmente es su sonrisa, que le gana los corazones y parece como un rayo de sol que filtra entre los pétalos de una flor.

Cuanto más la conozcas, más fácil te será olvidar a la hermosa Myriam.

El solitario de Tibur te saluda.

15 de Marzo ,782. —Tibur